Armando Guerra

Tomarse un vermut con Armando Guerra debería estar subvencionado por alguna institución pública (no proponemos un ministerio para evitar el chiste fácil). Estupendo conversador (para el que la pedantería no tiene lugar) es además un magnífico «escuchador». En estos tiempos que corren eso le convierte en un «rara avis». Con una cámara en la mano es capaz de ver lo que el resto ni intuimos.