Caricias y mimos en el paladar
Pasan los años y Benimaclet no cambia. En todo caso, mejora. Mantiene ese espíritu de pueblo, con negocios de barrio y ritmo pausado, y suma brotes modernos en el mejor sentido de la palabra. Un equilibrio perfecto que trasciende incluso a sus negocios, como por ejemplo, Al-Paladar.