Superchunk, 30 años no es nada
Los de Chapel Hill celebran tres décadas como grupo en plena forma.
El power trío valenciano ha publicado el mejor disco de su carrera, «Decadencia».
El plazo se termina el último minuto del 1 de marzo de 2018.
Ana Curra acabó siendo parte de la Movida gracias a un concierto de Los Zombies al que acudió como público.
El plazo termina el 30 de enero de 2017.
Ritmos sincopados, una voz de chica desgañitándose, versiónes de «Surfin Bird» y «Fever», una iconografía siniestra con unas gotas de morbosa sexualidad, The Cramps vs Iggy Pop o el malditismo con muerte trágica incluida. Ellos eran Desechables y ahora el documental «El Peor Dios» les retrata.
Rock and roll sí, pero con apuntes de blues chatarrero, actitud punk o frescura surf. Las canciones de Aullido Atómico son así. Una invitación al baile y el jolgorio. Diversión en dosis de tres minutos.
Las canciones de Vamps eran (y son, para qué engañarnos) irresistibles. Esa mezcla perfecta entre punk y glam, de estribillos adictivos, se tradujo en un fantástico disco a finales de los ochenta. José Vicente Ferrando (guitarra y voz del grupo) viaja hasta entonces para recordar todo lo que envolvió a la formación de la banda y a la grabación del álbum.
Los Radiadores presentan su nuevo disco, «Gasolina, santos y calaveras», en directo. Pero eso ya lo veréis encima del escenario. Aquí no vamos a charlar sobre él, sino sobre musica y sobre la vida. Hey, ho!
Son dos de los grupos con más personalidad de la escena valenciana. Los primeros gracias a su garage-beat-punk demoledor y los segundos a su combinación explosiva de soul, funk y rhythm’n’blues que hace sudar hasta a los ladrillos. Les pedimos a los unos que hablen de lo otros y viceversa.
Aullido Atómico son puro rock and roll y diversión, demoledores estribillos, contagiosas melodías que incitan al baile descocado, instrumentales trotones, coros que parecen aullidos, letras sobre chicas, aires surf, blues pantanoso, retazos punk, actitud y un puñado de buenas canciones.
«Acidez house» es el cuarto disco de Las Ruinas. 14 canciones impregnadas de melodías con nervio, que raramente traspasan los tres minutos por corte, abonadas al pop de oleaje oscuro.
La poesía de Felipe Zapico es directa, fresca, con un toque saludable e inteligente de humor y nada complaciente. Le pedimos que elija una canción que le traiga buenos recuerdos y se decanta por los Ramones, un grupo que cumple todo lo apuntado sobre sus versos.