Bendita locura
Recordamos el primer disco de Amor Sucio. Cantaban que tenían el corazón entre sus piernas, era difícil etiquetar su punzante blues-rock salpicado de funk y surgieron cuando la Movida agonizaba y al indie aún no le salía el acné.
Recordamos el primer disco de Amor Sucio. Cantaban que tenían el corazón entre sus piernas, era difícil etiquetar su punzante blues-rock salpicado de funk y surgieron cuando la Movida agonizaba y al indie aún no le salía el acné.
Polar fueron el eslabón perdido local de una conjunción de las melodías de The Velvet Underground, Galaxie 500, Codeine, Yo la Tengo o Pavement. Rara avis en una escena poco acostumbrada a las atmosferas y el sosiego sónico. Alcanzaron su cenit creativo con «A Letter For The Stars» que, ahora, rememoramos.
Si no fuera porque hubiera sonado a grupo rancio de los ochenta, igual Los Canadienses deberían haberse llamado La Ley de Murphy. Tal y como relata, a continuación, el que fuera cantante y guitarrista de la banda, Javier Canales, sobre su primer disco, todo lo que pudo salir mal, salió.
1982, tres estudiantes de Psicología formaban un grupo reggae que sería la semilla de lo que después se conocería como Jah Macetas. La aparición de su primer LP, «Toda una vida», cautivó no solo por lo que significaba escuchar reggae en castellano, sino porque contenía una estupenda colección de canciones. El guitarrista de la banda, Sergio Monleón, escoge aquella que daba nombre al disco para trazar su relato de recuerdos sobre la grabación del mismo.