Si viniera un ser de otro planeta y se encontrara con Rafael Santandreu, saldría corriendo. Seguramente, muchos de nosotros haríamos lo mismo. El psicólogo defiende el optimismo extremo. Hace unas semanas le preguntó Arturo Checa en Las Provincias sobre cómo se puede ser feliz, por ejemplo, si se acaba de perder un hijo. «Dándote cuenta de que a tu hijo no le ha pasado nada malo. Tan solo se ha muerto, indiscutiblemente un hecho normal. Lo preocupante sería que no nos muriésemos nunca», le contestó. Este señor vende millones de libros en un país donde lee muy poca gente. Puede que datos como este ayuden a explicar mejor la realidad que nos envuelve. Lo llaman autoayuda y parece más bien una mano al cuello. Al artista Eugenio Merino le entrevistaron en la revista _Faaan! este verano. El titular de la charla debería reproducirse en carteles, con luces de neón para que sean visibles a todas horas, por todos los barrios. «España necesita más psiquiatras», dijo.