Soy Esther Moya, aunque la mayoría de la gente me llama Jesther. Soy copywriter y especialista en maketing digital. Me apasiona la comunicación, la publicidad y el marketing. Soy de esas personas que siempre están creando cosas, mi cabeza no para.
Después de trabajar para agencias de publicidad y marketing en Madrid y Valencia y para diferentes clientes finales, ahora lo hago desde casa, desde una cafetería o desde cualquier ciudad, desde la libertad y la elección de ser freelance.
Me encanta escribir y crear historias, sea en el formato que sea. Llevo la locura y la creatividad por bandera en todos los ámbitos de mi vida. Tanto, que una vez decidí crear la fiesta de mis sueños y organizar @minoboda, una fiesta de amor propio donde me casé conmigo misma y, la verdad, es que un poquito se me fue de las manos.
Y es que, como buena alumna improvisadora, llevo la regla del sí, y además a todos los ámbitos de mi vida. Por eso, también me adentro cada semana con @losculpablesdetodo y sus @actividadescultubares a hacer el ConcurSong, un quiz divertido donde la gente participa por equipos a medir cuánto saben de música, pero sobre todo para llevarse vino.
Desde siempre he pensado que hay una forma mejor y más bonita de contar las cosas. Y eso es lo que hago o, al menos, lo que intento.
Una canción:
Pondría todas las de OT porque, la verdad, es que a frikie no me gana nadie, pero la primera que me viene a la mente cuando me hacen esta pregunta es Sargento de hierro, de Morgan.
Una película:
Nunca me canso de Efecto mariposa. Verla una vez más es descubrir siempre algo nuevo.
Un montaje escénico:
Voy a llevarme esta pregunta al mundo de la publi y a sacar mi frikismo como copy. Hace ya unos años tuve la suerte de hacer mis prácticas en Ogilvy y me enamoré de muchas campañas que hicieron. En concreto, El Monstruo, una acción de ING Direct para Unicef, me flipó por su manera de integrar el concepto, de hacer que el público objetivo interactuara con la campaña y de conseguir los objetivos de la marca.
Una exposición:
Me gustan las acciones que remueven y crean incertidumbre. Y no sé si se puede considerar una exposición, pero sí me impactó por la curiosidad que genera la Escultura de niebla, de Fujiko Nakaya, que pude disfrutar en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Un libro:
Si hay uno que he leído y releído, que está con 200 anotaciones para que no se me escape ninguna idea y del que incluso he transcrito los mini textos para reflexionar con mis niños de scouts es El universo de lo sencillo, de Pablo Arribas, a quien admiro como autor y como persona.
Una serie:
No me canso de ver y de reírme con Paquita Salas.
Un podcast:
Me sale innata una sonrisa cada vez que hay un episodio nuevo de La Ruina. Y también disfruto mucho con Estirando el chicle.
¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?
Mi casa parece la casa museo de @sidro_ilustracion, quien ya me ha diseñado hasta uno de mis tattoos. El siguiente paso ya es un retrato. Sus ilustraciones de humor gráfico me apasionan. Así que no podría decir a otro artista.
Una comida:
Mi Erasmus en Italia me hizo amar aún más la carbonara en todas sus formas.
Un bar de València:
Taberna Amparín. Es especial en lo personal por muchas cosas, pero es que, además, si pienso en las mejores bravas de Valencia, solo se me pueden venir a la cabeza las suyas.
Una calle de València:
No es una calle, pero si hay un momento en el que siento aún más orgullo de vivir Valencia es cuando cruzo el Puente de Serranos con las torres de frente, el solecito en la cara y el buen ambiente acompañándome mientras me adentro en El Carmen. Es una de mis imágenes preferidas y de mis paseos favoritos.
Un lugar de València que ya no exista:
He crecido en la Ronda Norte cuando aún no era nada de lo que es hoy. Y, si pienso en mi infancia, siempre recuerdo los caminos por la huerta desde casa a la piscina de Benicalap y cómo cogíamos sandías. Esa huerta como tal ya no existe, pero ese tramo de la ronda siempre me traslada a mis 9 años con mis amigas y mi hermana.
¿Con quién te tomarías un vermut?
Con los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrossi). Si puedo elegir, me da igual si en uno de sus rodajes o en una de sus fiestas en casa, esas cabezas son una fantasía en cualquier lugar y de cualquier forma.