Hola, soy Quique Medina. Y, sin duda alguna, mi hora de beber preferida es la del vermut. Nada mejor que un sábado soleado y una buena conversación musical mientras se practica, con o sin moderación, el levantamiento de vidrio. Tengo la edad de Cristo y soy periodista de vocación, aunque también lo dice un título que descansa en algún cajón.
Ya son más de 10 años escribiendo sobre música en diferentes medios. Desde hace 7 temporadas dirijo la revista musical/digital Redacción Atómica. También estoy al frente de la promotora Vinilo Valencia y, junto a otros románticos, organizando el Deleste Festival. De los 1.000 proyectos que se arremolinan en mi cabeza, me conformo con que cuaje uno. Estoy enamorado. En mis ratos libres leo o nado…aunque siempre sin dejar de pensar en música.
Por cierto, para disfrutar del vermut pediré un Americano (Campari, Martini , gaseosa y mucho hielo). Ahora sí, gracias.
Un disco: Va, dejadme decir tres o cuatro. Por perfecto y eterno: Pet Sounds de Beach Boys. Por cariño, amor e impacto: Largometraje de La Habitación Roja. Por obsesión: Una semana en el motor de un autobús de Los Planetas. Por actual y placer: cualquiera de Band of Horses (aunque preferiblemente los dos primeros).
Una película: Voy a volver a excederme, cosas del vermut. Obra maestra: Pulp Fiction. Para reírme siempre: El jovencito Frankestein. Para ver con una chica: Los amantes del Círculo Polar. Para ver con amigos: Wayne’s World. Para ver siempre: La primera trilogía de Star Wars.
Un libro: Sin duda, La conjura de los necios de John Kennedy Toole . Cualquiera de Houellebecq. Y español, Cuatro amigos de David Trueba.
Una serie de tv: Búscate la vida (¡que la repongan ya!) y todo lo que hagan “los chanantes”.
Una serie de dibujos de tv: D’artacán. La que hacían en los 80 y que los personajes eran perros. Qué grandes los mosqueperros.
Una revista: De música: Rockdelux en papel y Redacción Atómica en digital. Cultural: El País Semanal en papel y Verlanga en digital. Los domingos, la Cuore.
Un icono sexual: Leonor Watling. Cualquier mujer que toque la batería (aunque las bajistas también me ponen bastante).
Una comida: Plato combinado (carne, huevo y patatas) y gaseosa con vino.
Un bar de Valencia: Empezaría en cualquier terraza de Ruzafa con unas cañas y algo de picar. Luego un concierto vespertino en Electropura. Cenar algo en la Bodega Fila. Después, esa esquina de la barra de Wah Wah viendo otro directo. Unos bailes en Murray Club (sala Jäger Room). Y, si hay fuerzas y falta de conocimiento, acabar cerrando La Bounty.
Una calle de Valencia: Gran Vía Marqués del Turia. Toda ella y sus calles adyacentes.
Otro Americano. A este invito yo.