Soy Ana Bonmatí, nací en Santa Pola, pero resido en València desde el año 1990. Llegué con el propósito de estudiar Filosofía en la Universitat de València y aquí me he quedado, en València y en la Universitat.
Trabajo como Directora de Gestión Cultural en uno de los edificios históricos más bonitos de la ciudad, La Nau. Suertuda me dicen, pues sí, así me siento. Elegir entre lo que me gusta me cuesta un horror, me llevo mejor con el descarte.
Un disco: Los instantes felices suelo identificarlos con facilidad, debo de ser muy reactiva a la música porque siento una explosión dopaminérgica en el sistema límbico (así de físico es todo) cuando escucho Vier Letzte Lieder de Richard Strauss, interprete Jessye Norman, con la Gewandhausorchester de Leipzig, director Kurt Masur. Para mí, un disco imprescindible que me regaló un amigo psicoanalista y acertó de lleno.
Una película: Amarcord, Fellini y Nino Rota, el humor y la harmonía con la que quisiera ver la vida todos los días.
Un montaje escénico: En Junio de 2003, Peter Brook llevó al Teatre Micalet Tu mano en mi mano, esta joya de Chejov, interpretada por Michel Piccoli y Natasha Parry. Me la aconsejó un amigo querido y admirado y todavía no me creo que la vi, cerquísima de tanta belleza y llorando como nunca en público.
Una exposición : He tenido la oportunidad de participar en la producción de muchas exposiciones, algunas han dejado amistades rotundas con artistas, comisarios, montadores, galeristas…pero me gustaría subrayar el año 2008, se cumplían 30 años desde que Charpa abrió su primera Galería, recorrimos juntas ese camino a través de Charpa. Una Historia. Charpa, un referente del arte contemporáneo en Valencia que se nos ha ido dejando mucho que recordar.
Un libro: El quadern gris, de Josep Pla.
Una serie: Soy poco de series, pero después de leer la recomendación de Áurea Ortiz, me vi de un tirón Succession. Tengo que reconocer cierto desencuentro con este tipo de lenguaje audiovisual. En general, demasiado rápido, demasiado evidente.
Una serie de animación: No recuerdo cual fue, ni cuando fue la última vez que vi una serie de animación. No tengo relato o fantasía sobre ello. No sé que hubiese dicho Oliver Sacks al respecto.
Una revista: Verlanga ¿no?
Un icono sexual: Mi marido, por supuesto.
Una comida: Caldero de mi pueblo y hecho por mi madre.
Un bar de Valencia: Como buena hija de marinero, soy muy de bar y de barra. Cruzo la puerta de El Tap, en la calle Roteros, y casi me siento mejor que en casa. Virtud de Jesús que trata igual de bien al bacalao que a los clientes.
Aprovecho esta entrada para expresar el dolor que me provoca la situación por la que está pasando la hostelería y otros sectores transidos de desamparo.
Una calle de Valencia: La calle Liria, antiguos almacenes memoria de otra cultura y hoy en decadencia absoluta, paredes que sirven al graffiti y cerca de Na Jordana. Apenas respira por un pulmón, pero sigue viva.
¿Con quién te tomarías un vermut? Con Julio Camba, no tengo ninguna duda, lo que daría por una crónica suya de la Europa actual y, por supuesto, le dejaría elegir el vermut.