Me llamo Carlos Garsán. Soy Libra y nací en los años noventa, así que la cosa va regular.
Para pagar las facturas hago preguntas y junto palabras, lo que significa que durante un número indeterminado de horas al día me pongo el traje de periodista. Supongo que los amigos de Verlanga me han invitado por esto último y no por lo de ser Libra, así que no me detendré en cuestiones personales. Mi primera experiencia como periodista fue en un blog que me inventé con unos amigos para poder colarnos acreditarnos en eventos porque, seamos honestos, la carrera de Periodismo te deja mucho tiempo libre.
Estudié en la Universitat de València y pasé un curso en la Université Lumière Lyon 2, lo cual me sirvió para sacarme un titulito de idiomas, entender alguna serie francesa y poder fardar un poco. También estuve unos meses rompiendo mano en el gabinete de prensa de la Cinémathèque royale de Belgique y fui estilista accidental en la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil, pero no recuerdo qué vino antes. Otro día os cuento esto último, qué me lío.
En fin, que he trabajado -y aprendido- en Las Provincias y desde hace algunos años soy redactor jefe de Culturplaza, el periódico cultural de Valencia Plaza, que cuenta con periodistas más interesantes que yo, la verdad.
Se me da mejor decir lo que no me gusta que lo que sí, pero esta no es mi casa.
Un disco: &, de Julién Doré, para cuando llueve y estás de bajona. Para todo lo demás, Spiceworld de las Spice Girls.
Una película: Una jornada particular, de Ettore Scola, con Sophia Loren y Marcello Mastroianni. Cuantas más veces la veo más detalles encuentro en los que no me había fijado antes. Es insuperable.
Un montaje escénico: Vortex de Phia Ménard, que trajo 10 Sentidos a Rambleta el año pasado. Me removió todo por dentro.
Una exposición: En la vieja normalidad me lo pasé bomba en Espai Tactel con la exposición Concrete Effect, de Carlos Saez, que además es un tipo genial. Aunque tengo que reconocer que la primerísima vez que me emocioné en una exposición fue frente a un cuadro de Henri Rousseau en la National Gallery.
Un libro: Uno reciente, El olor del bosque, de Hélène Gestern. Aunque cualquiera de Eduardo Mendicutti me hace feliz.
Una serie: No me canso de recomendar Please Like Me, de Josh Thomas (la podéis ver en Netflix), porque te hace reír y llorar al mismo tiempo, como las buenas canciones pop. Hace poco sacó una nueva, Everything’s Gonna Be Okay, pero en Filmin subieron solo cuatro episodios de los 10 totales y, después de una semana, los retiraron. Me escribieron un tuit muy amables explicándome porqué. No les guardo rencor. Creo.
¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato? Muchísimos. Voy a decir Juanjo Sáez porque tengo una lámina suya delante, que compré en su exposición en Pepita Lumier. Además, seguro que va al grano. Me pregunto qué pondría en el bocadillo…
Una app: CamScanner. Cualquier cosa que me haga la vida más fácil: sí, gracias.
Una comida: cro-que-tas.
Un bar de Valencia: En Federal siempre me tratan con mimo y hay tarta de limón que, tal y como están las cosas, no es poco.
Una calle de Valencia: Corretgeria, porque en una calle desde la que puedes ver el Micalet y a Rosita Amores (¡qué vuelva la lona!) siempre pasan cosas buenas.
Un lugar de València que ya no exista: La plaza redonda antes de la remodelación. No me escondo: yo cambiaba cromos y tazos de Pokémon allí. Me sigue faltando Pikachu, por cierto, así que si alguno de vosotros lo tiene contactadme.
¿Con quién te tomarías un vermut? Si pudiera, con Chavela Vargas.