Claudia Pastomas. Foto: Nyàs Mov (Charlie Gradoli, Xama y Belén Pons).

Me llamo Claudia Pastomas y nací en Valencia en 1998, donde estudié Bellas Artes y ahora finalizaré el Máster de Producción Artística de la UPV.

Desde pequeña he sido muy reflexiva e interesada por lo que envuelve al ámbito artístico. Actualmente estoy dedicada plenamente al arte, llevo a cabo proyectos de carácter instalativo y pictórico que generalmente giran en torno a mi espacio de trabajo, un antiguo taller de ebanistería, donde me crié. En este espacio trabajaba mi abuelo y posteriormente mi padre. Recuerdo estar por las tardes jugando por allí con mi hermano, moviendo las carretillas, los muebles…

Tras un largo tiempo volví a reencontrarme con el taller. Un espacio que ha sufrido muchos cambios, pero es ahí donde encuentro infinidad de recursos, formas, métodos de producción y materiales dejados de lado, con los que ahora puedo trabajar y con los que me cuestiono diferentes problemáticas del contexto actual en este ámbito.

De manera simultánea me he ido enriqueciendo de diferentes experiencias laborales. Actualmente compagino mi tiempo en el taller con el trabajo en Kreak, un estudio de Interiorismo, Arquitectura y Diseño, encargándome de la dirección artística. Y sin que este vermut se haga demasiado largo, otro espacio con el cual también mantengo una relación especial es mi pueblo, Rubielos de Mora. Allí es donde realmente desconecto, disfruto del campo y de mi familia.

Por cierto, aún podéis visitar mi exposición individual Coraza y ornamento en SACECA (Sagunto Centro de Cálculo).

 

Una canción:

Pues dentro de las múltiples posibilidades voy a decantarme por la canción que más me gustaba de pequeña: «Walking On Sunshine», de Katrina & The Waves, una canción bastante típica pero que he tenido que preguntar a mi madre porque nunca me acuerdo y siempre que la escucho es desde el factor sorpresa.

Una película:

Little Miss Sunshine o Un funeral de muerte, ambas de un género que no suele cumplir mis expectativas, la comedia.

Un montaje escénico:

The Mountain. Una obra que vi en el Teatre El Musical del Cabanyal y fue una auténtica pasada, traspasaban los límites del teatro a través de texto, performance y vídeo para reflexionar sobre el mito de la verdad.

Una exposición:

No sabría decir solo una… entro en una parálisis por análisis y no logro decidirme. Sin embargo, he disfrutado de muchas exposiciones. En este momento, me resulta más fácil mencionar que me he quedado con ganas de ver la exposición de June Crespo en el CA2M, comisariada por Marc Navarro. Y en lo que respecta al contexto cultural de València, considero que actualmente hay un buen panorama artístico que merece ser tomado en cuenta.

Un libro:

Arrugas, una novela gráfica de Paco Roca que me hizo entender muchas cosas, también por el momento en el que me encontraba. Y el que me estoy leyendo ahora: El arte de la mediación, de Oriol Fontdevila.

Una serie:

No suelo ver series la verdad, estoy siempre abierta a recomendaciones, pero si tengo que mencionar una diré Black Mirror. Es una buena serie para reflexionar sobre el desarrollo tan acelerado de las nuevas herramientas tecnológicas y su relación con la experiencia cotidiana.

Un podcast:

Lo último que he escuchado ha sido: Miradas habladas, de Blueproject Foundation

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

David Zarzoso, que hace maravillas y encima es de mi pueblo.

Una comida:

Donde esté un buen almuerzo valenciano que se quite lo demás. Con su respectivo ritual: Bebida, cacahuetes, olivas, bocata y cremaet.

Un bar de València:

¿Aquí es donde tengo que desvelar mi Top 1 de bares de almuerzos no? Qué duro.

Se llama Bar Daniel’s, está en una zona bastante céntrica, los bares que me gustan más suelen estar por la “contornà” de la ciudad, pero este no es el caso. Es un bar de toda la vida, lo lleva una pareja muy agradable que hacen unas tortillas buenísimas. El logo del bar es bastante particular: un caballo blanco sobre un fondo rojo. Este diseño lo ves por todas partes: en los azulejos exteriores del bar, en un cuadro gigante del interior que combina con las lámparas y los ventanales verdes y en el reloj que está encima de la barra. Lo importante es que el ambiente es muy agradable y los bocadillos están tremendos

Una calle de València:

La calle Sagunto, comienza en el río y pertenece al barrio Zaidía. Además de un parque y su tranquilidad, destacaría un negocio familiar dedicado a las confecciones y venta de artículos de marroquinería, tapicería y artesanía, llamado Fornituras Caus. Al entrar, notas el olor a cuero, las paredes están repletas de diferentes hebillas y broches. Y en las estanterías no cabe ni una bobinas más de cintas, cuerdas, espumas o telas… Es un mundo.

Un lugar de València que ya no exista:

El kiosco que estaba enfrente de mi antiguo colegio. Se llamaba Arte 4 y vendían desde unas chuches, pegatinas o cromos, hasta botes de spray, pinturas y lienzos

¿Con quién te tomarías un vermut?

Pues ahora mismo me encantaría disfrutar de un vermut con mi hermano. Hace más de un año que no lo veo y me gustaría poder pasar un rato juntos, disfrutando de uno o varios vermuts…