Soy Lorenzo Melero, Lord Enzo en las dichosas redes sociales, Papá para mis 4 hijos. El quinto hijo, se llama Loco Club y es el que más me está costando criar. Desde diciembre de 2009, dirijo el club de la calle Erudito Orellana, que como todo buen hijo me está dando muchas satisfacciones y algún disgusto que pronto olvido. Aún me emociono cuando “cierro” la contratación de alguno de los grupos que me gustan. No hay nada comparable a ver a tu artista favorito en el Loco con una cerveza en la mano y rodeado de tus amigos.
Un disco: De este siglo, Small town dreams, de Will Hoge. Puño al aire y corazón encogido en cada canción. Del siglo pasado, Buena Disposición, de Nacha Pop. El mejor disco de pop hecho en castellano, ¿o se dice español?.
Una película: Regreso al futuro. La primera. La vi en el pre-estreno en el cine Oeste. Fue en la prehistoria, pero aún recuerdo la sensación de haber disfrutado muchísimo. Lo sigo haciendo cada vez que la veo.
Un libro: En cuestiones lectoras, como en las cinematográficas, soy muy 40 principales (Pérez Reverte, Posteguillo y cosas así). Excepto libros relacionados con la música que devoro y tengo una colección decente, leo poco (colleja). Por decir uno, Soldados de Salamina, de Javier Cercas que me costó una noche en vela hasta que lo terminé.
Una serie de tv: Band of Brothers (Hermanos de sangre). Y The Pacific. La Segunda Guerra Mundial me sigue apasionando.
Una serie de dibujos de tv: Todas las de mi infancia, desde Mazinger Z, hasta Marco, Heidi, Correcaminos, Porky. Miles. Afortunadamente no teníamos móvil, solo dos canales de TV y veíamos muchos dibujos. Sin embargo, por razones sentimentales, me quedo con una que me pilló en plena adolescencia: D’Artacan y los 3 mosqueperros.
Recientemente he disfrutado mucho viendo Tales from the bus, escrita por Mike Judge (el de Beavis & Butthead), que “narra las excentricidades de los músicos de country más extravagantes”.
Una revista: Ruta 66. Desde el número 0 y bla, bla, bla. Sigo comprándola cada mes.
Un icono sexual: Susanna Hoffs. Es más un amor platónico que un icono sexual. Algún día cenaremos juntos. I promise.
Una comida: Paella (la de mi mujer o la de mi suegra).
Un bar de Valencia: Loco Club. Ya lo he dicho antes, codo en la barra, cerveza fría, amigos, buena música a volumen adecuado, ¿hay más?.
Una calle de Valencia: Barón de Cárcer/Avenida del Oeste. Aunque no he nacido en València, viví mis primeros 20 años allí, justo encima del Mercado Central. Aún quedan tiendas de barrio (pocas), pero sigue teniendo el mismo sabor. Una calle proyectada hace más de 100 años para atravesar el Carmen que se quedó a medias. Lo de Blasco Ibáñez y el Cabañal no es nuevo.
Epílogo: Dicen que hablo poco. Es verdad. Prefiero escuchar. Sigo casado desde hace 29 años con mi novia del colegio. Y mi hermano mayor es cardiólogo. Si no lo digo, las dos mujeres más importante de vida se van a enfadar. Besos a las dos.