Mar Jiménez. Foto: Guillermo Gutiérrez.

Soy Mar Jiménez, aunque mucha gente me llama Mareta. Este nombre me lo pusieron en Escuela 2, el cole donde estudié. No sé si la palabra adecuada es “estudiar”, ya que pasábamos muchos ratos hablando de cómo nos sentíamos, realizando excursiones, haciendo teatro o esculturas de barro, pintando, cantando, bailando… Cualquier actividad creativa o participativa, cualquier experiencia personal, era importante. Probablemente fue esa la causa principal de que estudiara danza contemporánea. Más tarde cursé la licenciatura de Humanidades y luego el máster de gestión cultural. He vivido en el barrio de La Coma, en Cambridge, Torino, Florencia y Lima, lugares que me han aportado experiencia profesional, pero que sobre todo me han hecho persona. Me encanta vivir en otros países, empezar de cero, conocer otras personas y culturas, gente que escribe y que lee, saber cómo bailan, qué piensan y por qué se enfadan y después, y sobre todo, cómo se desenfadan. Ahora vivo en Valencia y coordino el Festival Dansa València desde hace dos años.

Soy también enfermera, admiro a mis compañeras y cuando hace falta me pongo la bata y el pijama y al ruedo, que ya sabemos que desgraciadamente de esto de la cultura no siempre se puede vivir.


Un disco:
Tracy Chapman de Tracy Champan, Cara B de Jorge Drexler y cualquiera de Silvio Rodríguez.

Una película: Hay dos películas que veo al menos una vez al año: El paciente inglés de Anthony Minghella y La vida secreta de las palabras de Isabel Coixet, con la que disfruto doblemente película y banda sonora.

Un montaje escénico: Mi padre no era un famoso escritor ruso, de Bárbara Bañuelos. Es un documental escénico que reflexiona sobre la salud mental y el cuerpo. Pude verlo recientemente en el festival Salmon y me removió por dentro y por fuera.

Un libro: Solo uno…imposible. También esto pasará de Milena Busquets, El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, La seduzione dell´altrove de Dacia Maraini, Un hombre enamorado de Karl Ove Knausgard,… Y cruzando el continente, Prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro y cualquier libro de Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Elena Poniatowska, Gioconda Belli, la poesía de Juan Gelman y ahora concretamente esperando que llegue a España No contar todo del escritor mejicano Emiliano Monge.

Una serie de tv: La verdad es que no veo series, a ver si me animo en algún momento.

Una serie de dibujos de tv: De pequeña me gustaba mucho ver Los Picapiedra, La Pantera Rosa, Heidi y D´Artacán y los tres mosqueteros.

Una revista: SusyQ, de mi amigo Omar Khan.

Un icono sexual:

Una comida: Spaghetti allá bolognese siempre y también un calamar a la plancha con un buen vinito blanco en Tapas vid (Arrancapins).

Un bar de Valencia: El Fata Morgana, al que ya iban mis padres.

Una calle de Valencia: La calle de Samaniego, en la que estuve viviendo unos años y tengo recuerdos maravillosos de esa época en esa calle.