Me llamo Vicent Chilet, tengo 36 años y soy periodista deportivo. Ser periodista deportivo en esta ciudad es un asunto complejo, siempre entretenido y cada vez menos futbolero. Como dijo Ferran Torrent, «el futbol és l’activitat social menys esportiva». Trabajo desde 1998 en el periódico Levante-EMV, en el que comencé siendo corresponsal de Albal, mi pueblo. Me ocupo básicamente de la información del Valencia, y soy el cronista habitual de sus partidos. La arquelogía futbolística me interesa tanto o más como el fútbol moderno. Desde su fundación colaboro y formo parte de la primera revista de cultura futbolística en España, Panenka, que va a abordar su tercera temporada. Participé en los cuatro tomos de la enciclopedia «Historia del Llevant» y en otras iniciativas editoriales de l’Oronella y en el libro «Últimes vesprades a Mestalla». Como free-lance he escrito varios reportajes de política italiana relacionados con la Mafia siciliana, publicados para Levante-EMV y el Magazine de La Vanguardia.
Un disco: «Ovidi Montllor a l’Olympia» o cualquiera de Fabrizio de André.
Una película: Una de las que más me ha impactado, por su trascendencia personal, fue «I cento passi», de Marco Tullio Giordana, sobre la vida y la muerte de Giuseppe Impastato, activista antimafioso asesinado por la Cosa Nostra. Tal fue su conmoción que me empapé de libros y archivos de prensa sobre el fenómeno mafioso y me planté en Cinisi, el pueblo siciliano de los Impastato, para hablar con ellos y escribir por primera vez sobre la Mafia. También me han fascinado «El gran Lebowski», «Muerte entre las flores», «Las invasiones bárbaras», «Cartas desde Iwo Jima», «Harry, un amigo que os quiere», «El golpe perfecto»…
Un libro: Como lecturas iniciáticas me marcaron las «Rondalles Valencianes» de Enric Valor, el «Llibre de meravelles» de Estellés, «No emprenyeu el comissari!» de Ferran Torrent o «La Isla del Tesoro», de Robert Louis Stevenson. Me encantan las crónicas de viajes de Evelyn Waugh y su satírico retrato del periodismo en «¡Noticia bomba!». Los cuentos del Negro Fontanarrosa, que primero te hacen reir y luego pensar como dijo Valdano. Me he gastado bastante dinero regalando en cumpleaños distintos «Cualquier otro día», de Dennis Lehane, que se acerca a la gran novela americana casi tanto como la trilogía de Richard Ford con Frank Bascombe de protagonista. Y por encima de todas ellas, desde su altar, «Los detectives salvajes» observa al resto de obras y cuida de ellas.
Una serie de tv: Hay grandes obras, pero ninguna como «Los Soprano». Ninguna.
Una serie de dibujos de tv: «Los Simpson». También, Willy Fogg me trastornó tanto como para no cansarme nunca más de viajar. De Fogg también me ha quedado cierta querencia a apostar.
Una revista: Panenka.
Un icono sexual: Maribel Verdú, por ejemplo. Natalie Portman o Heather Graham, por poner otros.
Una comida: El gazpacho que hace mi novia.
Un bar de Valencia: Atmosphère, la cafeteria del Instituto Francés, con su terraza interior y su Tatin. También recomiendo los montaditos creativos de El Carabasser, en Benimaclet, y las mejores bravas de la ciudad en la Taberna Amparín, al lado del mercado de la Valvanera, con pósters añejos del último Athletic campeón de Liga.
Una calle de Valencia: Crecí en Albal y Valencia la conocí durante muchos años con el pausado trayecto del autobús de línea por la calle San Vicente. Podría describirla de memoria. Pero me quedo con los aledaños de Mestalla antes de un partido grande, con mi padre o mi hermano de acompañantes, devorando bocatas de jamón y queso. El sol dejándose caer por la fachada de Tribuna y ese aroma de gigantesca cafetera humeante que emana el viejo estadio y los bares de sus alrededores, repletos de aficionados de todas las comarcas.