Dani Matoses. Foto: Paula G. Furió.

Me llamo Dani Matoses. Aprendiz de impresor, mitad padre de dos niñas, mitad empresario (por mucho que me joda la palabra). Desde hace 25 años ayudo a los diseñadores a llevar a cabo sus proyectos en papel. Desde Impresum, la imprenta que gestiono, creo que lo hemos conseguido.

Estoy muy orgulloso de haber iniciado la revista AU Agenda Urbana y, a día de hoy, continúo aportando a este proyecto lo que puedo. Una idea que “nació” hace 15 años en aquella “València de Rita” en la que había que ser muy emprendedor para meterse en un lío como ese sin el afán de ir poniendo el palmito en el primer photocall que se pusiera a tiro en todos los saraos.

Sitios que me han marcado y otros que ahora frecuento:

Dos en uno (aunque ya no existen)… Basilico y Tornillo.

Fachada de lo que era Basilico.

Fachada de lo que era Tornillo.

Basilico (Ruzafa). Era un sitio donde se comía de manera gloriosa. Alex y Arif te trataban mejor que en una estrella Michelin. Ya no he vuelto a tener esta sensación gastronómica y de «estar como en casa» por menos de 30 euros. También han pasado ya unos cuantos años.

Tornillo (Cedro). Pasar las noches de juerga allí o en El Cedro… buena música, rollete, concierto o post concierto, alcohol y todo eso de «aquellos maravillosos años». Pongo el Tornillo porque me flipaba mucho su puerta trasera, como en las pelis.

Cauce del río

Para dar un paseo, para un picnic, para una partida de ping-pong o, ¡qué coño!, para tumbarse a la bartola. Esto sí que lo frecuento bastante. Es un placer ir desde Campanar hasta el puerto en bici tranquilamente. Cuando hago este recorrido, siento que no me hace falta viajar. Hay varios trozos del carril bici con una vegetación realmente exuberante. Pasar por ellos en ciertos momentos del verano, cuando aprieta el calor, y sentir que la temperatura baja siquiera un par de grados… ¡la piel de gallina, señora!

Mercados

El Central, el del barrio de Ruzafa o, en general, el que sea, el que te pille más cerca. Destaco estos dos porque son los que más he frecuentado en dos momentos de mi vida, hasta que me fui a vivir a L’Horta Nord. A veces vuelvo los sábados a comprar, a almorzar, picotear o a quedar con amigos. Podría hacer un nonstop de 24h dando vueltas por estos mercados y los bares que los rodean. Desde aquí, vaya mi total agradecimiento a la gente que consigue que esto funcione. ¡¡¡Vayamos más, leñe!!!

Carril bici y horta de Meliana, Alboraia, Roca.

Pasear en bici por estos caminos de la huerta con mis hijas es algo que hace que mi cerebro haga clic. Se segregan algunas drogas naturales que se codean con mis neuronas. Irme a vivir a Meliana, definitivamente, ha sido uno de los aciertos en mi vida. Dentro de 10 ó 20 años, el conjunto de carriles bici de la periferia estará tan lleno que tendrán que ampliarlos para hacer más pequeñas las autovías.

🎱 Bola extra: el pub Cristopher Lee

Un viaje en el tiempo, como cuando bajabas a la bolera de Russafa. ¡El sitio es tan peculiar y todo está tan bien hecho y está tan rico…! Ese hombre siempre pone alguna cosita de más a lo que se te sirva (yo creo que es un mago). Las noches ahí eran fabulosas. Todo se olvidaba y te salías tan feliz…