
Foto: Pedro Castelo
Antes que mi nombre mismo o los apodos cariñosos que pueda tener, quienes me conocen bien me definen como una optimista radical. Me identifico plenamente con el entusiasmo que tan bien describe Remedios Zafra, porque es este entusiasmo el que ha conformado mi carrera y mi camino, lo mires desde donde lo mires. Construir desde la nada, ordenar lo que ya existe y trabajar al calor de la cultura, ha sido y es, una satisfacción inmensa. Poner síes, en los lugares de muchos noes, mi motivación principal. Y como me aconsejó mi maestro Román de la Calle, cuando apenas era una niña que pensaba que podía cambiar el mundo -ahí si era naive-: muéstrate posibilista, y todo irá bien.
Ah, y lo del nombre, soy Isa Puig!
Una canción:
Imposible solo una…. pero si pudiera elegir, ufff, sigue siendo dificilísimo… Pero adoro Tangerine del III de Led Zeppelin. Como canciones que cambian tu mirada sobre el mundo, por identidad, La leyenda del tiempo de Camarón. Como buena entusiasta, cuando descubro algo nuevo me envuelve y da igual lo fuerte que lo escuche, que nunca es suficiente, he tenido este flechazo tan similar al enamoramiento con Bonnie Prince Billy recientemente. Aunque lo he tenido con Annie Clark, La Llergo, La Rosalía o Stromae.
Una película:
Pues una de mis pelis favoritas de todos los tiempos es Remando al viento, de Gonzalo Suárez, mi época anacrónica era esta, con Mary Shelly y el monstruo estético de Frankenstein rondando el romanticismo. Tengo demasiadas pelis pendientes, pero de lo más reciente, me capturó bastante Kneecap, me flipan ellos y su posicionamiento consciente en un mundo que se hace añicos.
Un montaje escénico:
Cualquier montaje de los belgas Peeping Tom, que por cierto, vienen a València en noviembre, no os lo perdáis. De escénicas también me enamora Kor’sia que abrieron el Dansa València hace pocos años con Giselle, oro puro.
Una exposición:
Mirar es un placer total para mi, y una expo donde recuerdo haber sido muy feliz es la retrospectiva de James Turrell que tuvo lugar en el IVAM en 2004. Básicamente creo que nada ha podido superar esta experiencia…Tan sólo la Documenta de Kassel 2017, que visité con una de mis mejores amigas, podría acercarse.
Un libro:
A ver mi paradigma del buen libro, podría decir, que es La Conjura de los Necios de John Kennedy Toole, tuve una conexión muy grande con él cuando lo leí muy jovencita y tengo como asignatura pendiente, volver a leerlo ahora. Admiro mucho también a Enrique Vila-Matas cuya mirada a la realidad para mi, es la de un genio contemporáneo. Su Kassel no invita a la lógica me entusiasmó. Y como es imposible decir solo 2…Con una mirada más actual, disfruto mucho la narrativa de María Bastarós, que tiene una verdad incandescente dentro que vierte en su escritura, un gusto señoras.
Una serie:
Recurrentemente viene a mi mente una imagen de una lancha a la deriva llegando a una costa. En esta lancha los actores se cambian, porque ellos puedes ser tú en cualquier momento, la serie en cuestión es Years and Years.
Un podcast:
Siempre, siempre en mi corazón y mirada a la actualidad Nerea e Inés, porque simplemente son las mejores. Yo siempre salgo un poco mejor después de escucharlas, me siento menos sola.
¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?
Mi admirada Laura Pérez, conecto mucho con ella me gusta mucho su trabajo. Y las mejores fotos, siempre me las ha hecho mi amiga Mercedes Herrán.
Una comida:
Cualquiera que me haga Vicent, mi chef de confianza y el amor de mi vida. Y también una buena tabla de quesos, de leche cruda que se coma la corfa…
Un bar de València:
Pues difícil elegir… madre mía, pero mirad, por que han acompañado un poco nuestra historia diría el Kukla que llevamos yendo desde que abrieron y nos encanta (a mi hijo también). Para darse un homenaje sin niños, fui recientemente al Boucan en el Carmen y me comí la mejor gilda de València, probadla!
Una calle de València:
La calle de Navarra, fue un soplo de libertad… Esa salida al antiguo Mercado de Abastos, con el sol cayendo en la ora dorada, es difícilmente superable.
Un lugar de València que ya no exista:
Como no podía ser de otra manera… Es un lugar donde se come. El Delicat para mi fue mucho más que un bar, la sonrisa de Catina hizo hogar en mi y las comidas y cenas en su casa con colegas de trabajo y amistad, siempre míticas. Noto mucho el vacío que ha dejado.
¿Con quién te tomarías un vermut?
Con Nerea Pérez de las Heras, mucha admiración.











