Soy Toñi B. Forascepi. Soy bailarina de formación y coreógrafa, y desde ahí he ido desarrollando mi trayectoria en el teatro musical como autora y en la dirección escénica. Me interesa una forma de crear donde el movimiento, la música y la palabra se acompañen de manera natural para contar una historia. Actualmente está en cartel Drácula, La Leyenda, un musical del que soy autora y coreógrafa, y que codirijo junto a Pedro Giménez con representaciones hasta el 1 de febrero en Teatro Off. Un espectáculo llevado a cabo con un elenco de primer nivel que está pensado para emocionar, disfrutar y vivir una experiencia al más puro estilo Broadway en pleno centro de Valencia. Es una versión diferente de Drácula, muy fresca. La música es súper actual, las coreografías son muy potentes y muy visuales, pero sin perder en ningún momento ese aire gótico y romántico que todos asociamos a la historia. Hemos sido bastante fieles a la novela de Bram Stocker, aunque como es lógico, nos hemos permitido algunas licencias para llevarla al lenguaje del musical. Y la verdad es que el público que ya la ha visto sale encantado, con muy buenas sensaciones.

Una canción:

No es una canción, pero el Preludio de la Suite nº 1 para violonchelo en sol mayor de Johann Sebastian Bach, me pone los pelos de punta cada vez que la escucho. Si tiene que ser una canción, me cuesta decidirme, escucho mucha música por mi trabajo y porque me encanta, pero estaría entre ‘Killing me softly’ de Roberta Flack, ‘All of me’ de Billie Holiday o cualquiera de Camarón de la Isla.

Una película:

Soy súper cinéfila y me cuesta elegir una. Ahora mismo me viene a la cabeza Noches de Sol, protagonizada por Mijaíl Baryshnikov y Gregory Hines, que explora el conflicto entre occidente y la Unión Soviética durante la guerra fría y las emociones de los personajes principales, cada uno en su contexto. Me parece magistral. También me llamó mucho la atención una peli más actual, de cine oriental, creo que coreana, que se llama Parásitos y trata sobre las desigualdades. Es un peliculón.

Un montaje escénico:

Mi montaje escénico favorito es Chicago, de Bob Fosse. Tuve la oportunidad de verlo en Londres hace más de 20 años y me gustó tanto que viajé a Nueva York para volver a verlo poco después. Me fascina la limpieza y la oscuridad que lo recorren, y ese toque callejero, de bajos fondos, que le da una energía única. Admiro el uso de la voz de los actores al cantar y la precisión de cada coreografía, donde cada gesto y cada paso están perfectamente calculados para transmitir emoción y contar la historia. Además, me encanta cómo logra ser entretenido y crítico a la vez. Cómo cuestiona la sociedad, la vida en prisión, la prensa sensacionalista y la justicia, todo con un humor negro y una ironía punzante que siguen siendo tan actuales como el día en que se estrenó.

Una exposición:

No tengo una exposición favorita concreta. Me gusta visitar museos con frecuencia y dejarme llevar por lo que me encuentro: cómo se construyen las atmósferas, las imágenes y las emociones. Espacios como el IVAM, el Centre del Carme, el Museo de Bellas Artes, en Valencia, el Centro Cultural de Belém en Lisboa o el Guggenheim de Bilbao forman parte reciente de ese recorrido.

Un libro:

Diría que Americanah, de Chimamanda Adichie es un libro que me gustó especialmente, aunque hay otros, como La Casa de los Espíritus, de Isabel Allende, o el que tengo ahora en la mesita de noche, La casa de la fuerza, un texto teatral súper cortito de Angélica Liddell, que me está gustando mucho también.

Una serie:

Una serie que me gustó mucho en su día fue The Killing, con Miereille Enos y Joel Kinnaman como protagonistas. Me atrapó su forma de mostrar , sin juzgar, el impacto emocional de un asesinato en todos los involucrados, la familia, los amigos, la policía y el propio culpable. Es un retrato profundo y humano de la complejidad de las personas ante la tragedia.

Un podcast:


No tengo un podcast favorito; no es un formato que consuma habitualmente.

Una comida:

Me encanta cocinar y comer. No puedo decir solo un plato, lo siento. Crecí y me crié en Asturias y soy fiel amante de la fabada, el pote de berzas y los pescados y mariscos del cantábrico. Cuando vine a vivir a Valencia, me enamoré del hervido valenciano, del puchero y de una buena paella. Y como tengo raíces africanas hay platos en mi recetario que no por más desconocidos están menos buenos, como la salsa de cacahuete, la de palmiste o la de modika, acompañadas de un buen fufú.

Un bar de València:

El Bar Ricardo, en la calle Doctor Zamenhof, es insuperable.

Una calle de València:

Yo soy muy Barrio del Carmen, así que cualquiera de las que lo atraviesan es favorita para mi (Caballeros, Serranos, el Tossal, Quart…)

Un lugar de València que ya no exista:

Llevo veintitantos años en Valencia y es una ciudad que está en constante cambio, pero el primer lugar que me viene a la mente es un garito del barrio del Carmen que se llamaba La Marxa y era la leche. El Mercado de La Pulga es otro de esos lugares que me vienen a la memoria y que ya no están.

¿Con quién te tomarías un vermut?

Pues por ejemplo con la gran actriz Viola Davis, por el simple placer de escucharla hablar. Es para mí un referente que rompe estereotipos y nos inspira a creer en nosotras mismas. Su historia personal es un ejemplo de resiliencia y empoderamiento para cualquier mujer que enfrente obstáculos por género, raza o situación social y voces como la suya son hoy muy necesarias.