Cinema Jove celebra el fin de curso de una parte importante de su público potencial con el ciclo High School, que reúne películas contextualizadas en institutos de secundaria. Con esta selección, el Festival Internacional de Cine de València, organizado por el Institut Valencià de Cultura, ajusta una pieza más de su identidad, pues no sólo se muestra como festival joven a través de la edad de los directores a concurso en las secciones oficiales, sino también con la de los protagonistas de su programación.
“Hemos elegido como temática el espacio físico donde más tiempo pasan las personas de entre 12 y 18 años, el instituto. La premisa es ver el lugar donde los adolescentes aprenden, tanto en lo referente a los contenidos académicos, como a las lecciones vitales que no están recogidas en sus apuntes”, distingue el director de Cinema Jove, Carlos Madrid.
El paso a la adolescencia, los escarceos con el alcohol y las drogas, la iniciación sexual, el debate sobre el uso de armas en EE.UU. y las relaciones de poder tanto entre profesores y alumnos como entre géneros se alternarán durante nueve días, del 18 al 26 de junio, en el Espai Turia. La localización es un espacio al aire libre acondicionado en la calle Conde de Montornés, 15, que supone la primera colaboración derivada del acuerdo de patrocinio al que el festival ha llegado con la marca Turia.
El ciclo incluye comedias ambientadas en el fin de curso de los centros de secundaria en EE.UU., como es el caso de la ópera prima de la actriz Olivia Wilde Súper empollonas (2019). En la celebrada comedia adolescente, dos amigas, alumnas brillantes, deciden compensar tanto estudio y tan poca diversión convirtiendo la víspera de su graduación en una noche loca.
Richard Linklater hizo lo propio en 1993 en Movida del 76, donde se celebra una fiesta a base de cerveza, marihuana y novatadas en el último día de clase de unos estudiantes de un instituto de los años setenta. Entre los actores de la película coral están unos jovencísimos Milla Jovovich, Ben Affleck, Matthew McConaughey y Renée Zellweger.
El elenco de voces de Todo mi instituto hundiéndose en el mar (Dash Shaw, 2016) también está surtido de estrellas de Hollywood: Lena Dunham, Susan Sarandon y Jason Schwartzman doblan esta cinta de animación, inédita en los cines de nuestro país, que entrecruza el cine de catástrofes y el cine de terror de los ochenta.
Sean Penn, Jennifer Jason Leigh, Nicolas Cage y Forest Whitaker se hallan entre los protagonistas de Aquel excitante curso (Amy Heckerling, 1982), donde se plasman las inquietudes y el día a día de un grupo de estudiantes del sur de California más interesados en ligar que en los estudios. Cameron Crowe se basó en su novela autobiográfica homónima para el guion.
Adiós, muchachos (1987) también tiene un componente autobiográfico. Louis Malle se basó en sus propios recuerdos para perfilar la vida en un internado católico para chicos durante la ocupación alemana de Francia. El drama bélico aborda aspectos como la pérdida de la inocencia, la lealtad y el antisemitismo.
“El festival ha querido darle una vuelta al espacio americano que estamos acostumbrados a ver en todo el audiovisual y visitar centros de secundaria de otros países, con paradas, por ejemplo, en la periferia de París en La banda de las chicas, de Céline Sciamma”, explica Madrid.
La película a la que hace referencia el director de Cinema Jove es un acercamiento a qué implica ser joven y negra en el extrarradio de una capital europea. La película es una historia de rebelión, descubrimiento personal, aprendizaje y empoderamiento femenino en un entorno escolar y familiar hostil.
El ciclo tampoco se ha limitado a una sola época. De ahí la programación de la Las niñas (Pilar Palomero, 2020) y High School (Frederick Wiseman, 1968). La gran vencedora de los últimos Premios Goya, donde se alzó con los correspondientes a mejor película, guion original, dirección novel y dirección de fotografía, es un retrato de la generación de las españolas de hoy dibujado a través de la educación que recibieron a principios de los noventa. La joya documental de Wiseman, en cambio, refleja su visión acerca de la enseñanza media en EEUU. a finales de los sesenta. Con estilo de ‘cinema vérité’, la película prescinde de la presencia de un narrador para observar la interacción entre profesores, estudiantes, padres y administradores de estos centros.
Por último, Elephant (2003), de Gus Van Sant, si bien no se adscribe al documental, sí experimenta fílmicamente con el género en un acercamiento austero y aséptico a la matanza perpetrada por dos estudiantes en un centro de secundaria de Columbine en 1999. La reconstrucción de la tragedia en toda su objetiva realidad le sirve al director para llevar a cabo un retrato de la juventud estadounidense.