El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha presentado la exposición ‘Cristina García Rodero. España Oculta’ que reúne 157 imágenes de esta histórica serie que convirtieron a la fotógrafa de Puertollano (Ciudad Real) en todo un referente de la fotografía española.

“En el año 1973 la Fundación Juan March concedió a Cristina García Rodero una beca de creación artística con la que pudo adquirir su primera cámara, una Pentax de 35 mm, y tomó un autobús con destino al pueblo conquense de Almonacid del Marquesado”, ha explicado la directora del IVAM, Blanca de la Torre, sobre el proyecto con el que la fotógrafa recorrió los pueblos de España “para documentar y preservar la memoria de sus fiestas, ceremonias, ritos, tradiciones y la forma de vida de sus gentes”.

“Era una jovencilla absolutamente inexperta que quería, sobre todo, aventura”, ha recordado Cristina García Rodero sobre sus inicios. “Con lo que ganaba como profesora, los fines de semana cogía trenes y autobuses por la noche para ir a los pueblos”. Así fue fotografiando durante quince años procesiones, romerías, mujeres enlutadas con pañuelo en la cabeza y hombres con su traje de domingo que se arrodillaban al paso del santo.

En el año 2023 se cumplieron cincuenta años desde el inicio del proyecto y el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Centro Cultural La Malagueta de la Diputación de Málaga, la Fundación Juan March y el IVAM han decidido celebrar este trabajo organizando la exposición que, tras viajar por varias sedes, llega al museo valenciano donde se exhibirá hasta el 8 de febrero.

La muestra, comisariada por la propia artista, recoge las fotografías que conforman el libro España Oculta, publicado en 1989, y que se ha reeditado. “Todo un acontecimiento editorial”, en palabras de Blanca de la Torre, ya que este volumen es “un hito fundamental de la historia de la fotografía en España”.

“El libro lo he reeditado yo pues decidí que iba a hacer lo que me diera la gana”, ha apuntado Cristina García Rodero sobre la publicación de la que inicialmente se lanzaron 13 ediciones y estuvo a la venta en las librerías de lance de medio mundo a precios muy elevados. “El libro de ‘España oculta’ es mi tarjeta de visita, la gente me conoce por ese libro, aunque llevo ya 53 años trabajando”.

La directora del IVAM ha recordado que la propia artista, en la memoria de solicitud de la beca, expresó que se proponía realizar un trabajo antológico de las costumbres de España, tanto en su abertura y progreso, como en su ocultamiento y tradición. “Yo llamaba a los ayuntamientos, hablaba con la gente, con los sacerdotes, con los tamborileros, con los músicos, con los feriantes, les cosía a preguntas para saber qué fiestas eran las importantes”, declaró Cristina.

Sin embargo, no se puede reducir su obra al mero documento. Son imágenes que conmueven y emocionan porque a la artista lo que le importa es “entablar conversaciones con gente que muchas veces terminan siendo tus amigos, que se alegran cuando vuelves y con los que siempre estarás en deuda”. Para la directora del IVAM, “desde el punto de vista etnográfico y antropológico la colección tiene un innegable interés”.

La Premio Nacional de Fotografía ha apuntado que no puede dejar un trabajo a medias. “Odio a las personas que caminan superficialmente sobre las cosas o los fotógrafos que me dicen, ‘ya tengo la foto, vámonos’. Yo no me voy. Aunque haya sacado la foto de mi vida hay que esforzarse hasta el final y al año siguiente más, y al año siguiente más”, ha aseverado durante la presentación.

“Muchos me decían: ¿por qué te vienes aquí haciendo 600 km para ver un diablo? Señora, pero es que es un diablo único, especial”, relató la artista sobre las dificultades de adentrarse en esa España oculta, de ver sin ser vista, con esas diagonales que estructuran tantas de sus fotografías. Un trabajo que tuvo que abordar carente de referencias. “Para mí fue muy importante el libro de Julio Caro Baroja, El carnaval”, detalló sobre la escasa documentación sobre cultura popular de la época.

“Mientras otros fotógrafos retrataban la modernidad de La Movida, Cristina apostó por una fotografía que no interesaba, pero lo hizo con determinación, con pasión y con talento”, ha resumido Blanca de la Torre sobre un trabajo que trasciende el documentalismo para ofrecernos un testimonio lleno de emoción de esa España “misteriosa y oculta”, un trabajo fundamental para entender “sus luces y sus sombras”.