L´Encyclopèdie de Diderot y D’Alembert (s.XVIII) en su afán por contener el mundo del saber reunió más de 70.000 artículos con la colaboración de Voltaire o Rousseau. Una obra magna, la primera enciclopedia francesa, una labor titánica de recolección y síntesis. Bien es sabido el afán humano por compendiar el conocimiento porque retratarlo a veces es poseerlo.
Nuria Rodríguez (Valencia, 1965) artista y docente, profesora en la Universitad Politécnica de Valencia, en «Historia Natural, la colección infinita» (Col.legi Major Rector Peset, hasta el 20 de marzo) propone la visión de su universo particular, el que le pertenece y ha buscado, plagado de objetos encontrados que discurren desde el azar del encuentro hasta la relación discursiva con su pintura. Una recolectora, una espigadora de objetos bellos más allá de la belleza. Lo dispar, lo inesperado, lo contrario y también lo afín; la acumulación, en definitiva, puesta en común provoca un interesante diálogo. Esta colección infinita, que es natural (piedras, ramas…) y artificial a la vez (toda selección implica rechazo) interactúa con su pintura, formando parte de ella, lanzándonos preguntas enigmáticas a cada hallazgo. En muchas de las obras de la exposición, las pinturas sobre papel se enmarcan como láminas de la gran enciclopedia francesa, la del saber universal, estableciéndose entonces, la paradoja entre imagen y texto. De este modo en «La clave de los sueños» el ritmo impuesto por los cantos rodados en progresiva disminución sobre las tonalidades cálidas casi ensangrentadas nos hace pensar en un, digamos, nada placentero descanso creativo. Piedras encontradas cuya significación invade hasta los desvelos de la artista. ¿Uno se encuentra el objeto, o es el objeto el que le encuentra a uno? Metáfora y sueño cobran forma en estos elementos para nada insignificantes.
En las vitrinas encontramos los mismos objetos que pueblan sus cuadros, el objeto representado que cobra contenido (y nuevas vidas) en la pintura, también vive junto a las nuevas tecnologías (videoinstalaciones). Su protagonismo aunque pequeño es más que suficiente para dotarlos de sentido, sea cual sea el medio. Historias naturales del pasado y del presente. Historias que siempre nos acompañarán porque son a la vez instinto y elección. La vida, la pintura de Nuria Rodríguez.
El arte es emoción y reflexión como una onda magnética de longitud variable. La emoción en esta exposición transita desde las sensaciones de color y forma que provocan la acumulación de tantos misteriosos objetos, personas y animales, como ocurre en el «Gabinete de curiosidades» o «Conferencia», hasta la poética gravemente ligera de «Invierno» (en la que la colección de pequeñas ramas pareciera un alfabeto codificado), «Montañas de sal» (con su blanca luz cegadora, lo sabrán todos aquellos que hayan visitado unas salinas), o la mezcla de ambas en la «Ventana indiscreta» (de inquientante belleza) y «Preguntas ingenuas» (no exenta de ¿humor?). La pintura, un oficio humilde e irreemplazable que intenta recomponer el mundo por fragmentos (como reza una de las frases en la exposición) y que necesita de la mirada del público, importa en la medida en la que nos plantea preguntas sobre por qué, cómo y cuándo, la pintora puso delante de nosotros el enigma de las imágenes.
Historia Natural, la colección infinita. Nuria Rodríguez. Sala de la Muralla, Col.legi Major Rector Peset, Universidad de Valencia. Del 3 de febrero 2016 al 20 de marzo 2016.