El 2000 se llevó, para siempre, a Walter Matthau, Carmen Martín Gaite, Carmen Santonja, 50% de Vainica Doble, o Carlos Revilla, la voz de Homer Simpson en España. Ese mismo año, la ley universal de la compensación alumbró (junto a unos cuantos descerebrados con mucho cerebro) en Godella el Catacumba Film Festival, un certamen que desde su nombre ya avisaba que serían capaces de bajar a las más recónditas profundidades para seleccionar sus películas. Del 10 al 20 de noviembre celebran su decimocuarta edición.
Sergi Inclán y Javi Llorens son sus directores y quienes contestan al alimón nuestras preguntas. Manejan sus lenguas como si fueran nunchakus.
¿Cómo definiríais Catacumba Film Festival?
Siempre decimos que Catacumba es un proyecto cultural artesanal y resistente. Un festival cinematográfico hecho a mano, en el que llevamos al límite nuestros recursos para ofrecer el máximo a nuestro querido público. Es cine, es local a la vez que internacional, es ciencia ficción, es terror, es bizarro, experimental, stop-motion y fantástico pero también es música, experimentar, contacto humano y crecer edición a edición, paso a paso. A principios de este siglo comenzamos jugando a hacer un festival y ahora lo hacemos.
¿Qué le diferencia de otros festivales de parecidas características?
Disponemos de barbacoa y nuestras estatuillas se llaman Muñeca Rota y Fetos de Oro y nunca son iguales: cada edición se las encargamos a un artista diferente; en concreto este año, al colectivo de stop motion Engranaje. Por otra parte, nos gusta mucho hacer el berzotas y trabajamos incansablemente para que nuestro público no pierda la capacidad crítica. Tenemos disfraces, varietés, certamen internacional de gritos, cine-concierto, matinales infantiles y sesiones nocturnas de lo más granujas. Todo ello vertebrado por cerca de setenta proyecciones cinematográficas, entre cortometrajes y largometrajes de muy alto nivel, en las que los más variopintos subgéneros cinematográficos entran en contubernio con un propósito: demostrarnos que la realidad es más sombría que la ficción.
Para nosotros el cine como tal es una experiencia mística dentro de una caja oscura ante un fogonazo de luz. Respetando este momento orgásmico, en Catacumba tratamos de adornarlo con un espíritu festivo. En el festival han actuado bandas como Wau y los Arrrghs!!!, Dwomo, Mentat, Rajoy Division y Truna y sus monstruos, entre otras.
Cambio de sede y presentación en Valencia. ¿Está Catacumba convirtiéndose en casta?
Nosotros somos más de caspa. Pero sin duda tiene usted razón.Hemos abandonado nuestros honorables principios para adentrarnos en peligrosas alianzas y así conseguir lo que siempre hemos ansiado: convertirnos en un festival poderoso. La presentación en Aragó Cinema fue el primer síntoma de esto.
Por otro lado, después de años en el salón de actos municipal, hemos considerado positivo a todos los niveles trasladar el emplazamiento del festival al cine Capitolio de Godella. Una venerable sala de cine a orillas de la acequia de Moncada que nos ofrece una mayor cantidad de recursos y comodidades.
¿Ventajas e inconvenientes de organizar un festival fuera de Valencia?
Se hace saber que fuera de la ciudad de Valencia hay lugares molones donde también acontecen cosas. Godella es uno de ellos. Entre sesión y sesión, se puede pasear, disfrutar de la gastronomía godellense y de bellos paisajes autóctonos. Sin zona azul y a un cuarto de hora de Plaza España en metro. Donde un festival como Catacumba puede desarrollarse de manera muy confortable para los asistentes y para nosotros como organización.
Después de varios estudios topográficos, hemos comprobado que el trayecto entre Godella y Valencia y Valencia y Godella es exactamente el mismo, aunque a veces el segundo parezca mentalmente más infranqueable. A pesar de que a veces lo hagamos, no deberíamos considerar que exista inconveniente alguno en realizarlo fuera de Valencia. Somos periféricos y en las periferias nos encontraremos. Quizás moverse en los márgenes sea lo nuestro.
¿Cómo se lleva a cabo la selección de películas que se proyectan en el festival?
El comité de selección se enclaustra durante meses y visiona todo el material recibido. Por si fuera poco lo que llega, rebusca en festivales y se empapa del cine que va surgiendo pero que no siempre se deja ser visto, tampoco en Valencia. Posteriormente ponemos en común las propuestas y se va hilando la programación.Todo ello no está exento de tensiones, risas, whatsapps a altas horas y sesudas reflexiones en decadentes barras de bar acerca de ciertos aspectos de este largometraje o aquel cortometraje. Es un proceso que requiere de energía, que nos conecta con la edición a celebrar y que nos une mucho.
¿Cómo explicaríais a alguien que nunca lo ha presenciado lo que es el Certamen Internacional de Gritos?
En el Certamen Internacional de Gritos de Catacumba invitamos a las laringes más atronadoras del universo a que demuestren sus virtudes emitiendo un grito de terror frente a un público que ejercerá posteriormente de jurado. Hay libertad total para que el o la «gritaire» complemente su alarido con la actitud que desee. A destacar la fauna que se suele presentar: desde cantantes de death metal a un luchador de sumo exYakuza, pasando por un ingeniero informático de Teruel. El año pasado se presentó un extraño personaje que se hacía llamar Aleister Crowley de la Calzada, mezcla del mítico mago inglés y el chiripitifláutico humorista malagueño. Nadie entendimos nada.
¿Qué es lo más extraño que ha pasado en estas catorce ediciones de Catacumba?
La más preocupante fue la irrupción del SAMUR en mitad de una sesión, pues había habido un desmayo. Los amigos del desmayado llamaron sin avisarnos y nos encontramos a la policía y a dos sanitarios en la sala, en busca de ese pobre chico. Otra cosa muy rara que nos sucede bastante es que cuando la gente observa algunos de los elementos de atrezzo que usamos para publicitar el festival —como cabezas cortadas de goma, calaveras de cuchufleta o cosas así—, nos pregunta: «¿Son de verdad?».
También nos sigue sorprendiendo que en cada edición asista gente venida de más lejos: primero llegaron los de Alzira, luego un danés afincado en Oliva y el año pasado se nos presentó una familia de Pamplona a bordo de un Seat Ibiza. Este año la esperanza es que nos lleguen autobuses de asturianos. Estamos pensando en montarnos un hostal al lado de la casa-museo Pinazo para poder atenderlos.
Hay programado un ciclo valenciano. ¿Qué enfoque tendrá? ¿Qué diagnóstico hacéis del audiovisual valenciano?
Obviamente el cine valenciano siempre estuvo ahí, en cantidad y calidad, sólo hay que saber que existe y verlo. Creemos que es parte de nuestra función: aportar visibilidad dándole un espacio propio para otorgarles el merecido reconocimiento. De ahí surge el ciclo de Apoyo a la Cinematografía Valenciana, por un lado para tratar de fomentar la producción, pero ante todo para darles la oportunidad de ser vistos. No sólo en este ciclo, también en la categoría de Stop Motion y en la Sección Oficial hay obras valencianas.
Juan Piquer Simón («Viaje al centro de la Tierra», «Mil gritos tiene la noche»,…), Paco Plaza («REC»), Ángel García del Val («Cada ver es»), Pablo Llorens… pero también Miguel Ángel Font, Ferrán Brooks, Chema García Ibarra, Víctor Palacios… Todos ellos han sido y son directores de reconocido prestigio internacional. Los más jóvenes se han dejado ver en Cannes, Sundance y en cantidad de festivales. Están ahí aunque no siempre sepamos quienés son y dónde empezaron. Consideramos que existen pocas plataformas por dónde empezar, que la industria del cine es de difícil acceso y más complicado todavía es mantenerse.
Films ontheroad, Somelike short, Plastianimation, Beniwood, ClayAnimation, la insondable labor de Curts —dependiente de Culturarts— son distribuidoras y productoras valencianas, que no sólo resisten sino que apuestan y aglutinan premios allá donde van. Que están buscando su camino, a veces lejos de aquí. Nosotros simplemente queremos poder ofrecerles un hueco para darles más visibilidad. Y si reciben alguno de nuestros premios, poder colaborar también en su alimento.
¿Qué debe de tener, para vosotros, una película para ser proyectada en Catacumba?
En lo que siempre estamos de acuerdo es en que la idea nos sorprenda, nos llene y consiga que nuestro intelecto se sienta satisfacido. Si no hay una buena historia, lo que hay detrás ya no importa. Todo al final son como aditivos importantísimos, casi esenciales, pero que no son nada si a los diez minutos te estás aburriendo.
Después de catorce ediciones, sois voces autorizadas para analizar como están los géneros (fantástico, ciencia ficción, terror, experimental, stop motion y bizarro) que forman el adn del festival. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Los géneros siempre están bien en sí mismos y siempre hay muy buenos profesionales haciendo cosas nuevas y eso nos reconforta. El «problema» viene más bien por parte de la industria que existe alrededor del hecho cinematográfico, dado que actúa comercialmente y acaba dando visibilidad a lo más vendible y superficial. Esto silencia trabajos de gran calidad y renovadores en cuanto a conceptos porque no son comerciales. De eso te das cuenta cuando descubres muy buenos títulos que apenas han sido proyectados en salas de cine o directamente no se han estrenado. La gente al final acabamos consumiendo más fácilmente lo que se nos presenta de manera más accesible. Sepa usted que en Catacumba Film Festival esto no sucede.
XIV momentos para disfrutar del XIV Catacumba Film Festival, por Sergi Inclán y Javi Llorens
Jueves 10. (20 h) Inauguración del XIV Catacumba Film Festival. / Viernes 11. (18 h) Crumbs, de Miguel Llansó. (23 h) Certamen Internacional de Gritos + Proyección de Deathgasm, de Jason Lei Howden. / Sábado 12. (19 h) Presentación de la artista Beatriz Sánchez, autora del vídeo y el cartel Catacumba 2016. / Domingo 13. (12 h) Sesión infantil de cine de animación. Nocturna, de Adrià García y Víctor Maldonado. Goya a la mejor película de animación. (18 h) Cuerpo, de Malgorzata Szumowska. Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín. / (20 h) Estreno del cortometraje valenciano Mom, de Ferran Brooks + La invitación, de Karyn Kusama. Mejor película en el Festival de Sitges. / Jueves 17. (18 h) Ciclo de Apoyo a la Filmografía Valenciana. / Viernes 18. (18 h) Natalie_net, de Chico Morera. (20 h) Coherence, de James Ward Byrkit. / Sábado 19. (18 h) Ciclo. Lo que mola es el stop motion. Presenta: Pablo Llorens. (20 h) El extraño, de Na Hong-jin. Premio a la mejor fotografía en el Festival de Sitges. / Domingo 20. (12 h) Sesión infantil de cine de animación. El niño y el mundo, de Alê Abreu. Mejor película y Premio del Público en el Festival de Cine de Animación de Annecy. (19 h) Clausura. Entrega de premios y cine-concierto: Perralobo (pospunk) pone banda sonora en directo al clásico de cine mudo El castillo de los fantasmas (Abel Gance, 1924).