El seis es el primer número perfecto porque es igual a la suma de sus divisores propios (3, 2 y 1). Seis son también los miembros del colectivo Aplec de disseny: Sebastián Alós, Dídac Ballester, Antonio Ballesteros, Alejandro Benavent, Enrique Casp e Ibán Ramón. Un grupo de diseñadores gráficos que, como ellos mismos se definen en su página web, «desarrollamos nuestra actividad desde Valencia y compartimos una determinada manera de entender el diseño».
Aprovechando la excusa del nombre les citamos en la calle. Seis sillas en los jardines del MuVIM para un encuentro. Puesta en común de sus objetivos. Debatir y reflexionar sobre el diseño, pero yendo más allá de los intereses gremiales. Para ello tienen pensadas varias acciones públicas conjuntas. Una de ellas fue una mesa redonda en torno al diseño editorial en el IVAM. El jueves que viene (29 de octubre) será la siguiente. Inauguran una exposición con algunos de sus trabajos en la galería Luis Adelantado.
¿Cómo surge la idea de Aplec de disseny?
Antonio Ballesteros.- Lo que nos vincula a los seis es que somos amigos desde hace tiempo. Conocemos la trayectoria del resto de compañeros y nos gusta la forma de trabajar de cada uno. Surge de una manera muy natural. Quedamos a tomar cervezas y el diseño siempre es parte de la conversación. Entendemos que en el contexto actual y en el momento profesional en el que nos encontramos, es interesante que estemos en contacto e, incluso, manifestar públicamente que estamos en contacto.
Dídac Ballester.- Nos apetece decir y hacer cosas en común. Es una manera de enriquecernos, aprender y mostrar lo que sabemos
Ibán Ramón.- Lógicamente hay un vínculo de amistad detrás de esta iniciativa que es fundamental, pero igual de importante es la inquietud que hemos tenido de acercarnos los unos a los otros, profesionalmente hablando, porque entre nosotros somos referentes por la manera de trabajar que tenemos.
Sebastián Alós.- Compartimos bastantes reflexiones, por eso es fácil conversar y también discutir. ¿Cómo definir aquello que nos une? Yo hablaría de reducción (moderada o extrema) no entendida nunca como algo que define o que es producto de un estilo sino como una forma de ajustarse al contenido en función de un concepto claro. Entiendo que eso es aplicable tanto al trabajo de Experimental Jetset como al de m/m (parís). A la arquitectura de Mies van der Rohe como a la de Frank Gehry.
Ibán Ramón.- Lo que no quiere decir, en absoluto, que seamos los únicos que practicamos eso. Pero se da la circunstancia de que siendo amigos y conociéndonos, compartimos cierta manera de abordar los trabajos.
Antonio Ballesteros.- Y sin olvidar que estamos orgullosos de nuestras diferencias.
Ibán Ramón.- Por supuesto, que también las hay e, incluso, importantes.
Alejandro Benavent.– Yo lo veo como una oportunidad de hacer cosas. De compartir determinadas necesidades y plantear proyectos e iniciativas nuevas y que aporten. Crear un poco de debate social alrededor del diseño y organizar exposiciones, conferencias, jornadas,…
Enrique Casp.- Algo que nos une es el respeto hacia el encargo y el propio contenido. No pretendemos dejar nuestra impronta, no somos diseñadores de firma, entendemos que el diseño pertenece al sector servicios.
Ibán Ramón.- No hay que olvidar que todo está diseñado. Y unas cosas son buenas y otras no.
¿Cuál es esa determinada manera de entender el diseño que compartís?
Ibán Ramón.- Durante años ha habido una forma de hacer gráfico, además muy característica de aquí de Valencia, que consistía, al margen de cubrir objetivos, en hacer un alarde de saber hacer. Nosotros intentamos evitar esas piruetas cuando no son necesarias.
Enrique Casp.- Compartimos más una manera de pensar que de hacer, una metodología similar
Ibán Ramón.- Hay veces que el diseñador, además de cumplir el objetivo de resolver el encargo, no se contenta con ello, sino que tiene la necesidad de manifestarse en un ejercicio de virtuosidad técnica. Y nosotros pensamos que hasta ahí no debemos llegar.
Alejandro Benavent.- Es un poco como diseñar sin diseñar. Eliminar capas y capas hasta quedarse con la idea necesaria.
Ibán Ramón.- Lo hacemos según el caso concreto, pero no renunciamos a hacer absolutamente nada. A mí me han adjudicado el diseño del cartel de Fallas. Y yo lo tendré que hacer sin olvidar su público y lo que tengo que comunicar, e igual tengo que utilizar esta vez recursos que no son habituales en mi trabajo.
Enrique Casp.- Está claro que cada proyecto necesita un lenguaje, pero una manera de hacer y pensar común.
Ibán Ramón.- Totalmente de acuerdo.
Sebastián Alós.- La frivolidad también es un concepto, y puede ser un punto de partida o el objetivo de un proyecto. El proyecto debe estar sujeto a él como a cualquier otro concepto.
Dídac Ballester.- Como dice Álvaro en el texto de la exposición, el gesto es que no exista gesto. Tomamos esto como punto de partida, eso es bueno. Nuestro trabajo al servicio de lo que tenemos que comunicar visualmente. Luego hay que prestar atención y escuchar bien el encargo que es el que te va dirigiendo por uno camino u otro.
Antonio Ballesteros.- Pero sin olvidar que diseñar sin diseñar es diseñar.
Ibán Ramón.- Y dejando que el proyecto se manifieste, sin tratar de llevarlo a determinados registros o acabados que no interesan.
¿El diseño tiene una parte artística?
Ibán Ramón.- Cuando uno tiene esa necesidad, como nos pasa a algunos de nosotros, buscamos otras vías para satisfacer esas necesidades personales, que no es el trabajo. Es una diferencia muy importante.
Sebastián Alós.- El trabajo de autor existe y es más, ¿por qué no?
Ibán Ramón.- Incluso puede ser útil en determinados momentos.
Dídac Ballester.- El diseño tiene una parte artística, porque bebe del arte, pero también bebe de la arquitectura, y de los movimientos sociales, y de la ciencia, y de la Naturaleza.
Enrique Casp.- Pero para nosotros, la autoría no es un objetivo. Simplemente es algo que es inevitable porque cada persona cuando hace algo es un autor.
Sebastián Alós.- Una de las diferencias fundamentales entre diseño y arte es que el segundo no está supeditado a la necesidad de comunicar de un cliente, se trate del autor de un libro o directamente de las necesidades de una empresa.
Antonio Ballesteros.- En Aplec el tema de la autoría queremos que quede tan difuminado que, por ejemplo, en la web, hemos hecho fotografías de algunos de nuestros trabajos y en todas hemos utilizado el mismo fondo neutro, gris. Los trabajos podrían ser de cualquiera de nosotros.
¿Y Aplec no cumple esa función de autoría?
Ibán Ramón.- Sí, claro. De hecho, esto que contaba Antonio de “unificar” todos los trabajos en la web es algo muy sutil, que si no lo hubiéramos hecho, poniendo todas unas al lado de las otras, no se podría reconocer.
Sebastián Alós.- ¿Y qué se entiende por “trabajo de autor”? Si hablamos del trabajo que tiene una identidad reconocible dependerá de si responde o no al encargo para poder juzgarlo, ya que ese es el único objetivo. Para mí el trabajo de edición responde a una «colaboración» con el autor, el autor de un libro o el artista en el caso del catálogo de arte. Una colaboración al 50%.
Antonio Ballesteros.- Yo creo que Aplec de disseny no constituye una autoría porque se basa en criterios gráficos elementales como ya hemos comentado. Y si al final supusiera una autoría, lo sería por contraste con la forma de hacer más extendida en el ámbito valenciano.
¿Aplec de disseny nace como una reacción a algo?
Ibán Ramón.- No. Aplec existe antes de tener nombre. Es una oportunidad que surge de una manera muy natural.
Dídac Ballester.- Simplemente, nos apetece mostrar y decir cosas. Nace como reacción a eso. Estando juntos nos resulta más fácil hacer cosas. A lo largo de los años, aquí hay gente que ha estado junta en iniciativas de diversa índole. Ibán y yo colaborábamos y nos consultábamos muchas cosas, luego decidimos montar un estudio juntos, luego decidimos deshacerlo y ahora nos hemos metido en esto, Antonio y Quique, algo parecido… Lo importante es reaccionar y no estar parados.
Alejandro Benavent.- Y aclarar ideas entre nosotros respecto a la profesión del diseño.
Ibán Ramón.- Si es que formar colectivos es algo muy natural. De hecho, en Aplec la importancia más que habernos juntado es haberlo hecho público. Pensamos que es útil, que nos beneficia.
Enrique Casp.- Y nos obliga a hacer cosas. Deberían surgir más aún, pero en el diseño gráfico pasa muy poco.
Antonio Ballesteros.- Pensar en común que es muy sano. Tengo la sensación de que por el diseño valenciano pasan muy pocas cosas. Han ocurrido a nivel cultural, social, pero a nivel de diseño no han tenido eco.
Dídac Ballester.- Si te refieres que si es una reacción al mundo del diseño, te diré que no. Nuestro objetivo principal no es el colectivo de diseñadores, sino la sociedad en general, y en particular la gente que encarga diseño, desde el gran empresario, pasando por el comisario de exposiciones, hasta la persona que necesita un rótulo para su mercería. Creemos que podemos aportar cosas para enriquecernos nosotros mismos como personas, y enriquecer la profesión. Es una reacción a eso.
Alejandro Benavent.- Al final, aunque no queramos, y seamos transversales y salgamos a la calle, pecaremos de endogámicos porque crearemos interés alrededor de nosotros mismos, pero ese no es el objetivo del colectivo.
¿Qué acciones públicas conjuntas vais a realizar?
Antonio Ballesteros.- No vamos a ponernos ningún calendario. Hay cierta serenidad porque queremos que dure en el tiempo. Que las cosas vayan surgiendo en función de nuestras inquietudes. Tenemos dos acciones ya programadas.
Dídac Ballester.- Ya hemos hecho una primera acción, que fue publicar la web, que es nuestra sede.
Ibán Ramón.- Es muy importante porque ahí sucederán cosas. La utilizaremos como tablón de exposición de ideas.
Dídac Ballester.- Vamos a hacer una mesa redonda que nos pidió el IVAM, que será una mínima presentación del colectivo y en la que también hablaremos del diseño editorial. Y la semana que viene, en la galería Luis Adelantado se inaugurará una exposición con trabajos nuestros.
Antonio Ballesteros.- La muestra será en una sala que se ha creado en Luis Adelantado, Boiler Room, cuyos contenidos pretenden superar los límites estrictos de lo que viene a ser una galería de arte. Tienen previsto programar danza, artistas emergentes…
Ibán Ramón.- Es, como decía Dídac antes, llegar a un público más allá de los diseñadores. Entrar en un espacio en el que se mueve la gente del arte, comisariados, críticos, galeristas, y que ayuden a identificar cierta manera de resolver ciertas cosas.
Dídac Ballester.- La exposición es, también, un punto de partida, porque después de la inauguración habrá otra acción, que será que nos iremos a cenar y si en ese contexto surge que nos apetece traer a un filósofo para que hable sobre algo concreto, pues lo haremos.
Antonio Ballesteros.- Creo que es importante recalcar que esa sala aloja la exposición porque no solo incluye contenidos de arte. Bajo esa premisa, tiene sentido que estemos allí.