Paula Miralles, Juli Disla, Toni Agustí y Mireia Pérez en «Brindis». Foto: Jordi Pla.

«Esto sirve para transgredir las normas. Está pensado para eso. Para hacer lo que te dé la gana sin pensar si está bien o mal. Aquí se puede. Este es el lugar ideal para eso. Es más, tiene que ser así porque si no, no tiene sentido nada de lo que pase aquí. Cuando se nos olvida eso estamos olvidando a qué hemos venido». Así se presenta Brindis (Espacio Inestable, 19 y 20 de septiembre). Una celebración escénica en comunión con el público, con texto de Jaume Pérez y Juli Disla, dirección del primero, e interpretación del segundo, Paula Miralles, Mireia Pérez y Toni Agustí.

Las cosas han cambiado mucho desde que el montaje se estrenó en noviembre del año pasado. El coronavirus ha modificado nuestra manera de relacionarnos, de celebrar. Y lo que podría ser un hándicap para la obra, seguro que se traduce en un incentivo más para verla. De ello, y de lo que en definitiva es Brindis, hablamos con los cuatro intérpretes por separado.

Paula Miralles

Brindis, a nivel personal, supone acercarme otra vez al mundo de la interpretación, porque fui actriz durante mucho tiempo y lo dejé aparcado, para meterme más en la creación, la programación y el comisariado con Vicente Arlandis, en Taller Placer. Y, también, reencontrarme con gente de la profesión con la que no coincidía hacía tiempo como Mireia o Toni.

Es una propuesta muy inclusiva, que intenta dinamitar la disposición convencional del teatro, romper los límites y generar la propuesta entre todos. Es una pieza muy juguetona, tanto el texto de Juli como la dirección de Jaume insisten en que estemos abiertos a reaccionar a todo lo que sucede. Hay una voluntad constante de que la obra esté viva.

Brindis es una fiesta, una celebración de estar juntos, no es baladí que Brindis se titule Brindis. En este momento, el texto tiene más vigencia que nunca por esa necesidad vital que tenemos de estar juntos. Pero por otro lado, hoy en día es casi una ilegalidad tal y como la concebíamos hasta ahora. Nos vamos a encontrar con ese escollo, pero muchas veces las limitaciones en la creación son lugares desde los que encontrar cosas. Yo soy la primera que sale a escena y mi primera frase dice “Esto, todo esto sirve para transgredir las normas, está pensado para eso, para hacer lo que os dé la gana sin pensar en si está bien o está mal”. Es una obra que no tiene sentido sin público porque son los invitados a una fiesta. El teatro está para hacerse preguntas. ¿Cómo poder estar juntos sin estar pegados? ¿Cómo seguir celebrando sin ponernos en riesgo?

Paula Miralles en «Brindis». Foto: Jordi Pla.

Juli Disla

En Brindis, en estos tiempos de pandemia, se consolida la idea para la que fue pensada: estar juntos, celebrar el encuentro, festejar las complicidades. Por eso creo que sale reforzada. Revaloriza todo aquello que hacíamos y ahora resulta más difícil. En Brindis nos tocamos, nos besamos, nos abrazamos, bailamos juntos, compartimos un espacio y un tiempo para no hacer nada o hacer de todo. Incluso hacer el ridículo a gusto.

Mireia Pérez en «Brindis». Foto: Jordi Pla.

Mireia Pérez

Para mí, Brindis es un espacio para estar juntos y hacer o decir lo que nos dé la gana cuando nos dé la gana, sin perder las formas, eso sí. Un tiempo para dejarnos llevar, enloquecer, bailar, cantar o estar callada. Que por un momento nos olvidemos de todo y podamos hacer lo que nos pide el body. Sentirnos felices aunque sea un rato. Un poquito de higiene mental y dejar de tomarnos tan en serio todo el rato. Brindis es un chupito de ilusión y buen rollo.

Toni Agustí en «Brindis». Foto: Jordi Pla.

Toni Agustí

Tengo un vínculo muy cercano con Juli y con Jaume, no solo profesional, sino de amistad. He trabajado mucho con ellos desde hace diez años, de hecho ahora estoy dirigiendo su nueva producción. Colaborar con ellos siempre es interesante porque proponen una manera de trabajar diferente y muy contemporánea, que no moderna. En sus obras siempre hay una mirada que tiene que ver con lo social sin estar denunciando nada en concreto.

Brindis es su propuesta más frontal con el público, es la propuesta en la que por fin estamos muy de igual a igual con los espectadores. Se propone una celebración con ellos, celebrar el estar juntos, el poder hablar, mirarnos, compartir, reírnos…Es muy importante la implicación del público, algo habitual en los trabajos de Juli y Jaume, pero especialmente en este caso. Tratamos de que sea uno más de nosotros, al mismo nivel. Y todo ello convive con la estructura formal de la obra.

Para los actores, Brindis es muy emocionante, contiene mucha adrenalina, porque al final todo puede suceder, pero también tenemos un texto y unas marcas muy concretas. Hay que estar alerta a todo lo que sucede, y en ello incide la dirección de Jaume, porque el público se puede levantar, se puede ir… todo está permitido. Y, claro, el contexto actual es muy diferente al de noviembre del año pasado cuando la estrenamos y vivíamos en otro mundo. Esa particularidad provoca que no sepamos qué pasará. No sé la gente cómo va a reaccionar a una celebración en la que todo está permitido, en una realidad en la que cada vez se nos permiten menos cosas por las circunstancias.