Sergio Caballero - Helena Font

Helena Font y Sergio Caballero. Foto: Amparo Balsas.

La librería Bartleby está abierta, pero no lo está. Uno de sus escaparates tiene la persiana echada. Dentro hay gente. La otra luna de la fachada primero capta la atención de los transeuntes por los libros allí expuestos, pero al levantar la mirada, queda prisionera por la curiosidad de lo que estará pasando en su interior. Se ensaya una obra de teatro. «Manual de plantas de interior» de Nacho López Murria. Es domingo por la mañana, aún hay casi una semana por delante para el estreno. Allí. En la misma librería.

Sergio Caballero y Helena Font son los actores. Los actores durante la primera semana. Los actores durante el primer fin de semana. Porque «Manual de plantas de interior» cambiará de actores cada semana. Cada fin de semana. Hasta un total de 32 actores pasarán por la obra. Mismo texto, distintos actores. Sólo tres personas asistirán a todas las representaciones. Nacho, que también dirige el montaje, por supuesto, y Luci Romero y David Brieva, responsables de la librería. Ellos son el germen de este proyecto. «Parte de una conversación entre Luci y Nacho en la que le propone hacer alguna cosa en la librería. Siempre hemos entendido la librería como un espacio cultural y como nos va mucho la marcha siempre intentamos hacer cuantas más cosas y más diferentes, mejor. Y el teatro era una de las cosas que teníamos pensadas desde antes de abrir», cuenta David.

Presenciar un ensayo en solitario tiene algo de intrusismo. Como la propia obra. Nacho sigue desde el suelo a sus actores con el texto en la mano. David aparece y desaparece detrás del mostrador. Sergio Caballero es el dependiente de una librería. Helena Font ha entrado a comprar un libro. La vida empieza a representarse a golpe de guión. Los silencios cautivan tanto como los diálogos. La cercanía física con los personajes provoca la misma sensación que cuando alguien nos sorprende escuchando (con devoción) una conversación ajena. Para los actores también es un acicate tal y como reconoce Sergio, «A nivel de interpretación es más cinematográfico. Te permite no proyectar la voz, es como más naturalista entre comillas. Y para el público también es una experiencia diferente, el oler, sentir, oír respirar al actor. Y para nosotros, o al menos para mí, que soy como morboso, me gusta tenerlos cerca porque es una adrenalina diferente».

Las réplicas funcionan. Los silencios, sí, otra vez, los silencios, adquiere protagonismo. Y los juegos de miradas. Por momentos es como presenciar una película en directo. Allá donde Josh Radnor recogió el relevo de Woody Allen. La calle («la mejor escenografía y la más barata», apunta Nacho) aporta su grano de realidad con los curiosos que miran el escaparate. Nada es artificial. Sergio y Helena (bueno, sus personajes) hablan de libros, de argumentos, de protagonistas, pero en realidad están hablando de otras cosas. Y ellos lo saben. Aunque les asalte esa duda capaz de llenar de escalofríos la espina dorsal.

Helena ya hace rato que no es Helena. Y lo mismo ocurre con Sergio. Todo sucede en estas cuatro paredes. Las estanterías y los libros son mudos testigos del flirteo. Por fortuna, nada huele a coreografía, todo desprende un aroma de naturalidad muy saludable. «La puesta en escena no ha sido laboriosa, porque hay lo que hay. Lo más complicado ha sido colocar al público porque me daba miedo que las columnas hicieran perder visibilidad. Pero creo que incluso resulta interesante, porque igual a uno de ellos sólo lo oímos, pero vamos viendo la reacción del otro a esas palabras. Es algo que se debe potenciar, forma parte de la magia del propio espacio», explica Nacho.

No importa no ver, en algunos momentos, a los dos actores. ¿Cuántas veces hemos seguido una conversación en el autobus sin necesidad de reconocer las caras de los que charlaban? Helena habla, pero la columna nos priva de su visión. Sergio es la pantalla sobre la que se proyectan sus palabras. No le hace falta decir nada. Su lenguaje corporal es el mejor termómetro de su estado emocional. La empatía se propagará entre el público en ese momento de la representación. Se admiten apuestas.

Jorge Pérez (Tórtel) y Pau Roca (La Habitación Roja) son los autores de la música. Dos canciones cuya vida se prolongará durante los meses que se represente la obra. «Conocía la historia de «Manual de plantas de interior» desde incluso antes de que Nacho se pusiera seriamente a escribirla. Me contó la idea y me pareció muy chula», explica Jorge, «luego, Pau y yo leímos el guión. Los dos estamos haciendo últimamente música juntos para algunas cosas, no hace mucho tuvimos la gran suerte de hacer una canción para un vídeo sobre la Gomera que ha realizado Juan Rayos (al que admiramos mucho). Trabajamos muy bien mano a mano, somos amigos de toda la vida y nos entendemos bien, disfrutamos del tiempo que pasamos juntos haciendo canciones. Respecto a «Manual…», yo me imaginaba a ese dependiente aburrido, con la cabeza llena de ideas para un libro que nunca llega a escribir, silbando mientras limpia con un plumero los libros de la tienda. Ese fue el hilo del que tiramos para hacer las dos canciones».

Acaba el ensayo y hay muy buenas sensaciones. Sergio y Helena saben que son la primera pareja y que algo de conejillo de indias tendrán, aunque no les importa. Los dos están encantados con el proyecto. «Es muy ilusionante, una idea innovadora y siempre apetece hacer algo nuevo. Algo original, algo distinto. Pero también tiene su inseguridad, porque los tiempos de ensayo no son los habituales, pero es un riesgo apetecible», apunta la actriz.

Cuatro representaciones en un fin de semana. Dos parejas al mes, cuyos nombres se irán desvelando poco a poco. Nacho ya trabaja con la segunda: Miguel Seguí y Lorena López. El miedo a que les influya lo que hagan los actores anteriores se palpa. «A mí me fascinó lo que salió de la primera lectura con la segunda pareja y claro, no les voy a decir, no vengáis a ver a Sergio y Helena, pero dices, jolín, es tan chulo que sea tan diferente, que cambie todo el esquema del guión, que me dan ganas de decirles que no vengan esta semana para que no se intoxiquen».

Este fin de semana se estrena el Manual. Las entradas (5 €) se deben reservar en manualdeplantasdeinterior@gmail.com o llamando al 96 323 71 84. A Sergio y Helena ya nos les podrán ver (repiten 1 y 2 de febrero en Villarreal) porque se ha vendido todo el papel. Ya saben aquello de que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. No se demoren.