Foto: Marcos Sproston.

La piedra de la locura es la última creación de Paco Zarzoso (Teatre El Musical, 1 y 2 de diciembre). El título «hace referencia a una supuesta operación quirúrgica que se realizaba en la Edad Media y que consistía en la extirpación de una piedra en la cabeza del paciente que era la causante de su necedad».

Zarzoso la codirige con Carles Sanjaime, quien a su vez es uno de los intérpretes del montaje junto a Álvaro Baguena, Verònica Andrés y Lola López. La obra, «donde se despliegan cuatro formas de abordar las diferentes caras de la locura en nuestra época, arranca con una pareja que contacta de urgencia con un veterinario porque su tortuga está muy enferma».

Foto: Jordi Pla.

El dramaturgo valenciano avisa que «el público no va a encontrar discursos, sino más bien retazos, alaridos, confesiones humanas donde convive lo más liviano con lo profundo. En nuestra obra cohabita la esperanza y la desesperanza. La obra tiene mucho de luces y sombras… y penumbras, al igual que el alma de los personajes. Hay ecos del romanticismo y del barroco».

Hablar de Paco Zarzoso es hablar de la historia de nuestro teatro. Una figura imprescindible para entender las artes escénicas valencianas de las últimas décadas. Por ello, nada mejor, que dejar que sean compañeros de profesión (María Cárdenas, Xavier Puchades, Mafalda Bellido, Sònia Alejo y Javier Sahuquillo) los que le hagan las preguntas.

Paco Zarzoso. Foto: Marcos Sproston.

🔴 María Cárdenas:

➡️ ¿Cuáles son las piedras con las que te encuentras en un proceso de escritura o de dirección? 

Cuanto más has escrito, aparentemente dominas más el oficio. Pero también tienes la sensación que ya has contado muchas de las cosas que querías contar. El gran pedrusco difícil de franquear por tanto es no repetirse.

➡️ ¿Llevas muchas piedras en la mochila o eres un as con el tirachinas? 

Creo que fue Rafael Spregelburg el que dijo que el dramaturgo tiene que ser un cazador de catástrofes. Y para ello no tienes más remedio que salir de caza con un potente tirachinas y llevar una buena mochila llena de piedras de todos los calibres. Con el riesgo de hundirte al cruzar los innumerables ríos de la creación dramática.

🔴 Xavier Puchades:

➡️ ¿Crees que los que nos oyen y ven son conscientes de todo el tiempo que le dedicamos a la escritura y a los ensayos de teatro? ¿De todo ese tiempo que tratamos de sintetizar o esencializar en poco más de una hora? ¿Esa cantidad de tiempo que, por lo general, apenas compartimos unas pocas funciones con los otros? ¿Qué haces con todo ese tiempo?

Para mí lo preocupante son las personas que sí lo saben, y que ostentando cargos de responsabilidad en el mundo de la cultura se aprovechan de nuestro entusiasmo, sin valorar realmente nuestro trabajo.

🔴 Mafalda Bellido:

➡️ Ya sabemos que para ser un buen dramaturgo hay que ir por la vida con los cordones de los zapatos sin atar.  ¿A qué te atas, a qué te agarras para escribir? 

En mi caso voy con los cordones de los zapatos sin atar, simplemente porque me olvido siempre de hacerme el doble nudo. Para escribir suelo atarme a la pata de la mesa… para no escapar.

➡️ ¿Qué otras características distinguen a los buenos y los malos dramaturgos?

Te responderé con una reflexión del dramaturgo paraguayo Victor León: «Los buenos dramaturgos son los que no tienen miedo a caminar descalzos sobre brasas ardiendo, los malos los que lo hacen con pantuflas, los imprescindibles aquellos capaces de sobrevolar las brasas y luego hacer una buena parrillada con todo el público».

🔴 Sònia Alejo:

➡️ Me gustaría que hicieras pública tu receta de las lentejas, pero para no ponerte en el brete de desvelar tu secreto, y porque creo, Paco, que encontrarás alguna manera de enlazar las lentejas con esta otra cuestión, te formulo la siguente reflexión/pregunta:

No sé si eres consciente del calado metafísico, etílico y creativo que tus talleres (los de escritura o los de creación escénica) han provocado en muchas de las personas que nos hemos embriagado en ellos. Me gustaría saber ¿qué huella y qué poso van dejando estas experiencias en ti?. Desde los primeros hasta los últimos. 

Todos esos talleres sobre todo me han ayudado a confiar en el trabajo colectivo. Cuando se juntan varios cerebros los resultados en el terreno artístico son sorprendentes y más si la gente se divierte y disfruta de la creación. Lo que no se le ocurre a uno, se le ocurre al otro… Al mismo tiempo ese mestizaje crea poderosos cortocircuitos. También ha sido fantástico coincidir en un mismo grupo con personas con largas trayectorias profesionales con otros más amateurs. He tenido mucha suerte de conocer en esas aventuras a personas maravillosas. Precisamente en uno de esos talleres unas dramaturga de Albuixech me dijo: «Paco, el único secreto de las lentejas es cocinarlas  en crudo, olvídate del sofrito… Y muchos menos del refrito».

🔴 Javier Sahuquillo:

➡️ ¿Qué sería de los húngaros sin las fronteras magníficas del vino?

Para que los húngaros de la la Companyia Hongaresa de Teatre pudiéramos seguir haciendo teatro en estos tiempos que corren… tuvimos que sustituir las infranqueables fronteras marcadas por los mercados y la política rastrera por otras fronteras más vitales y poéticas: las fronteras magníficas del vino. Unas fronteras, por otro lado, fáciles de cruzar desde la sed y la fe en el teatro.