Delirium. Foto: Vicente A. Jiménez.

Delirium (Sala Ultramar, del 31 de octubre al 10 de noviembre) nos lleva al interior de un bar, allí tres mujeres y dos hombres están en la barra, apostados como “pajaritos ensartados en un cable de alta tensión como esos habitantes que ves sentados en su taburete con la mirada perdida y la copa enfrente”, apunta Marcos Luis Hernando, autor de la obra.

Ellas son Rosanna Espinós, Pilu Fontán y María Poquet, ellos Alberto Baño y Ernesto Pastor. Dirige Isabel Martí y produce la compañía Teatro del Contrahecho. Para saber más sobre Delirium, le preguntamos a Hernando que nos aclare lo que es y no es la obra:

Delirium. Foto: Vicente A. Jiménez.

Delirium es:

➡️ Un viaje etílico que pretende dar nuevas perspectivas al problema del alcoholismo, pero también a otras adicciones en un mundo donde van apareciendo nuevas según va cambiando nuestra forma de relacionarnos con la gente y nuestro entorno. Insistimos en el plural de perspectivas, porque la mirada sobre los problemas de nuestra sociedad nunca puede ser única.

➡️ Un juego que pretende involucrar al espectador en sus laberintos líricos y en problemas que nos atañen a todos.

➡️ Un retrato actual de nuestra sociedad. Nos gusta poner focos sobre sus márgenes y desde allí, poder observar el conjunto de nuestra colectividad, observar cómo se entrelazan los mimbres que nos componen y entendernos un poco más, y por qué no, aceptarnos un poco más.

➡️ Ironía, humor, provocación para destapar miserias cotidianas. Es una búsqueda genuina de expresión que construye un puente entre el sarcasmo y lo lírico para conectar Delirium con el público.

➡️ Un espacio onírico, un limbo que aprovechamos para hablar de cuestiones que nos preocupan, desde la inmigración hasta los problemas de género, soledad, exclusión, deshumanización, todo los ingredientes sazonados con humor y conducido por unos personajes espectrales que habitan bares o salones adornados con botellas vacías.

Delirium. Foto: Vicente A. Jiménez.

Delirium no es:

➡️ Una respuesta al alcoholismo o a las adicciones. Pero sí pretende influir para tener una opinión más comprensiva de este tipo de problemas, por lo menos darles visibilidad, sobre todo en el caso de las mujeres, ya que el alcoholismo femenino ha estado más oculto por estar más penado socialmente.

➡️ No pretende ser político, ni una queja, sino la muestra de un sufrimiento,

➡️ Un sufrimiento que produce la sociedad donde vivimos y a su vez la política, pero es del débil del que queremos hablar.

➡️ Un cliché vacuo sobre alcoholismo, sino un proceso investigación sobre el tema con intención de revelar algo al espectador, que sea inesperado y a la vez que el público se sienta partícipe con lo que ocurre.

➡️ Algo que te deje impasible, porque buscamos lo genuino, la provocación de tu risa, tal vez tu rabia y en ocasiones, tu compasión.

➡️ No busca formar tu opinión, sino complementar tu visión sobre bastantes aspectos que forman nuestra colectividad.