Una iniciativa conjunta sostenida en el tiempo para apoyar la creación local. Así podemos resumir el ‘Proyecto Turbines’ que ha puesto en marcha La Mutant y que surge de un acuerdo con el festival Dansa València y el Espai LaGranja. Un proyecto que tiene como propósito ofrecer apoyo económico y residencias creativas y técnicas a artistas locales emergentes.
En esta primera colaboración, los seleccionados son el bailarín y coreógrafo Javier Hedrosa, habitual en las actividades de La Mutant, y la bailarina y coreógrafa de danza física Paula Serrano. Una selección se ha basado en el discurso artístico y la capacidad de evolución de los artistas.
Durante 2024 y 2025, ambos artistas tendrán acceso a diversas residencias y oportunidades para mostrar el avance de sus procesos creativos. Con este apoyo permitirá a ambos artistas evolucionar y desarrollar su personalidad artística, disponiendo de total libertad para llevar a cabo sus proyectos. Cada institución proporciona una ayuda económica para respaldar a los creadores durante todo el proceso.
Primeras impresiones
El bailarín y coreógrafo Javier Hedrosa relata que su estancia en La Mutant le ha permitido experimentar con diversos materiales para la pieza en proceso, que se estrenará en octubre en el espacio de artes vivas. Durante la semana de residencia, ha trabajado en el espacio con el equipo de producción, compuesto por Paula Romero, Adolfo García, Inés Muñoz y Diego Sánchez.
«Hemos experimentado con dispositivos que podrían integrarse en la pieza y descartado aquellos que no eran tan interesantes o no tenían sentido. Nos hemos centrado en un dispositivo relacionado con el audio, donde cada espectador tendrá un auricular para escuchar parte del contenido de la escena, y otro enfocado en la proyección», comenta Hedrosa.
El creador valora muy positivamente el Proyecto Turbines y subraya la importancia de este tipo de iniciativas en la Comunidad Valenciana, «ya que el sistema de las artes escénicas es muy complejo y precario, y siempre es difícil encontrar los recursos económicos para sacar adelante las producciones».
Según Hedrosa, este tipo de proyectos compartidos entre instituciones logran «afianzar o impulsar carreras y asegurar que los trabajos cuenten con recursos mínimos que, aunque no son óptimos, facilitan el inicio de las producciones y la búsqueda de otros apoyos, recursos, residencias, coproducciones y subvenciones». Además, destaca el valor del apoyo a largo plazo para creadores en contextos experimentales, «porque necesitamos tiempo para madurar, encontrar un lenguaje y consolidar equipos».