Un bosque, un coleccionista de sonidos buscando la pieza más preciada de la colección… cantos que surgen de lugares insólitos y la música esperando escondida a cada paso. Un excéntrico protagonista que guiará al público a través de los árboles buscando un canto muy especial, ayudado en directo por un músico, una máquina muy peculiar y un fabricante de sueños. Esta es la sugerente sinópsis de Shhh…el col.leccionista de sons (Sala L’Horta, 14 de marzo, a las 12h y 18h), un montaje de Factoría Los Sánchez e Imaginary Landscape. Para saber más sobre él, contactamos con Rafa Sánchez, actor y director del espectáculo.

¿Cómo surge «Shh…el col.leccionista de sons»?

Después de nuestro primer espectáculo, «Xup-Xup», también para bebés, decidimos explorar el mundo de los sonidos a partir de la idea de un personaje que se dedica a coleccionar sonidos.

¿Por qué teatro gestual?

En el caso de los espectáculos para bebés es esencial, a no ser que el texto se convierta en un sonido básicamente, como en el espectáculo «Tocatico-tocatá» que hicimos sobre el músico Carles Santos. Yo no diría que hacemos teatro gestual, manipulamos objetos, tocamos instrumentos musicales en directo, etc. Diría que no nos ponemos ningún límite más que el que impida que conecte con el público.

El teatro gestual, sobre todo dirigido a los más pequeños, tiene mucho de cajas de sorpresa, la expectación es máxima ante lo que va a ocurrir en cada momento. También hay mucho de descubrimiento por parte de ese público, de intentar averiguar qué va a pasar en cada instante. ¿Cómo se conjuga eso con el avance de la narración para evitar una obra que sea simplemente impactos / estímulos para ellos?

Es cierto, lo difícil es contar una historia, que no sea una sucesión de gags. Pero hemos descubierto que es un público muy exigente, que te pide que la historia avance, porque si repites una acción más de dos veces desconectan y, como cualquier público, quieren saber qué va a pasar a continuación. Nuestro objetivo es siempre contar una historia.

¿Qué importancia tiene la música en «Shhh…»? ¿Qué criterio seguisteis para la selección de la misma?

En nuestros espectáculos, siempre, la música es en directo, incluso el 90% de los sonidos los hacemos en directo también, es un principio irrenunciable. Buscamos que la música ayude a crear la atmósfera necesaria o refuerce la acción. En este caso, las piezas de Vivaldi, Mozart, Boccherini y Rimski-Kórsakov encajaban perfectamente en las acciones y situaciones que aparecen en la obra. En otras ha sido Bach el protagonista o alguna composición propia de Juanjo Villarroya.

La obra va dirigida a un público de entre 0 y 5 años, aunque visionando el teaser resulta muy difícil no quedar hipnotizado por la propuesta.

¡Me alegra lo que dices porque el montaje está pensado para que disfrute toda la familia!

Teniendo en cuenta su público potencial, ¿hay algún margen para la improvisación en escena ante lo que pueda ocurrir ante posibles interactuaciones inesperadas?

El actor ha de estar siempre atento a todo lo que pasa, pero digamos que lo tenemos todo muy controlado y explorado para incluir esas posibles interacciones que dices, pero siempre han respetado el espacio escénico, intuyen que es un espacio mágico que nunca invaden.

Cuando se trabaja para público de todas las edades en distintos proyectos y como en «Shh…» estos son de 0 a 5 años, ¿de qué manera cambian los mecanismos de creación e interpretación? ¿O realmente son muy similares a obras de otro tipo?

En nuestro caso, y creo que es una de nuestra «marca de la casa», nunca interpretamos «para niños», ni sobreactuamos más allá de lo que la escena exija como en cualquier otra obra. La limitación principal es la duración, a partir de los 35 minutos es difícil mantener la atención, pero nosotros planteamos los espectáculos con la misma complejidad que un espectáculo para adultos, con mucha exigencia debido a la fragilidad de un público muy sincero que te va a decir, de una forma u otra, en forma de llanto, grito, o directamente mirando para otro lado, que se está aburriendo, que no le interesa lo que haces.