La nueva producción de La Màquina, Doña Rosita la soltera con algún verso de La Carrà, es un acercamiento al clásico de Lorca al ritmo de las canciones de la artista italiana
La compañía, escuela y sala de teatro valenciana La Màquina presenta del 9 de enero al 2 de febrero su nueva producción: Doña Rosita la soltera con algún verso de La Carrà. Esta innovadora adaptación de la obra de Federico García Lorca llega justo cuando se cumplen 90 años de su estreno y combina la poesía del autor granadino con los inconfundibles éxitos de la diva italiana Raffaella Carrà, creando una propuesta fresca que invita a reflexionar sobre la libertad femenina y las normas sociales.
Bajo la dirección de Rafa Cruz y con una idea original de la propia compañía, este montaje busca reinterpretar el clásico de Lorca de una manera inédita. La versión de Marc Rosich, dramaturgo catalán, no solo mantiene la esencia de los versos de Lorca, sino que también introduce la chispa de las canciones de Carrà, como Lucas, Para hacer bien el amor hay que venir al sur y Fiesta, entre otras. Estas canciones actúan como un contrapunto que refuerza el mensaje de liberación y lucha contra la presión social a la que la protagonista, Doña Rosita, se ve sometida.
Gretel Stuyck, quien encarna a la protagonista, interpreta además a otros cuatro personajes, aportando una gran diversidad a la puesta en escena. La actriz pasa de representar a la joven Doña Rosita a transformarse en otros personajes clave de la obra, como el novio de juventud, sus padres y el matrimonio que la rodea. Esta capacidad de transformación de Stuyck resalta el carácter multidimensional del personaje y la complejidad emocional de la obra.
El espectáculo no solo se caracteriza por el potente trabajo de interpretación, sino también por la interpretación en vivo de las canciones de Raffaella Carrà. Las voces de Candela Mora, Nuria Bartolomé y Ana Zomeño dan vida a estas canciones que hablan sobre la libertad sexual, el disfrute de la vida y la rebelión frente a los cánones sociales. Acompañadas de guitarra, cajón y piano, Las Manolas aportan una capa de frescura y vitalidad a la historia de Doña Rosita, quien se enfrenta a la espera eterna y a las normas impuestas por la sociedad.
«Respetamos completamente la poesía de Lorca», afirma Rafa Cruz, «pero queríamos aportar algo más, algo que tuviera que ver con nuestra propia visión de la libertad y la transgresión». El montaje busca un equilibrio entre el respeto por el original y la innovación en la puesta en escena. En este sentido, el diseño escénico apuesta por la simplicidad para que el público pueda apreciar plenamente las interpretaciones y los matices del texto, una característica propia del sello de La Màquina.
El resultado es un acercamiento novedoso a un clásico atemporal, que ofrece una mirada renovada sobre los temas de la espera, el amor no correspondido y la opresión social. «Esta obra no solo habla del matrimonio, también trata sobre la falta de libertad en las decisiones vitales y las consecuencias del juicio social», explican desde la compañía. Un mensaje tan relevante hoy como lo fue hace casi un siglo.