
El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) inaugura el jueves 11 de diciembre ‘Entre lo profundo y lo distante’, un proyecto concebido específicamente para la Galería 6 del IVAM por Andrea Canepa (Lima, 1980) en el que la artista propone una colorista instalación experiencial e inmersiva que ocupa las dos plantas, conectadas mediante una intervención que atraviesa la escalera, en la que reflexiona sobre la percepción del tiempo.
La secretaria autonómica de Cultura, Marta Alonso, ha destacado durante la presentación que este proyecto “simboliza la apuesta del IVAM por el diálogo del Mediterráneo con otras culturas, en este caso con América Latina”.
En el acto, en el que Alonso ha estado acompañada por la directora del IVAM, Blanca de la Torre, y la propia artista, la secretaria autonómica también ha subrayado la apuesta del museo por las mujeres: “Estamos orgullosos de que ésta sea otra de las líneas del IVAM y orgullosos de que creadoras como Andrea Canepa tengan el merecido protagonismo que necesitan”.
La muestra, que se podrá ver en el Centro Julio González hasta el 12 de abril, “parte del libro The Spell of the Sensuous de David Abram que, apoyándose en la fenomenología y concepciones del tiempo presentes en diversas cosmologías indígenas, plantea que el tiempo está inscrito en el paisaje”, ha explicado la directora del IVAM, Blanca de la Torre.
“Es un libro que intenta recordarnos algo muy simple: antes de que la tecnología y las ciudades marcaran nuestro día a día, nuestro cuerpo estaba mucho más conectado y atento al mundo inmediato”, ha detallado la artista. Con la aparición de la escritura empezamos a depender cada vez más de la palabra escrita, y menos de la experiencia vivida, y así fuimos perdiendo parte de esa sensibilidad. “El libro no propone rechazar la tecnología, sino recuperar una manera más presente y corporal de habitar el mundo”, ha afirmado.
Andrea Canepa trabaja principalmente con instalaciones, textiles y performance y se caracteriza “por la yuxtaposición de narrativas que transitan entre cosmovisiones, construyendo espacios de confluencia simbólica donde dialogan la mitología clásica y las cosmologías indígenas andinas”, ha añadido Blanca de la Torre.

Características de la instalación
Los visitantes que accedan a la sala encontrarán estructuras geométricas, piezas modulares, grandes volúmenes de colores y formas reminiscentes de juguetes tipo mecano.
“Estos elementos, frecuentes en el universo iconográfico de Canepa, aluden tanto al aprendizaje abstracto como a la dimensión performativa del cuerpo”, ha apuntado Blanca de la Torre sobre la instalación que muestra “la confluencia de las cosmovisiones latinoamericanas, especialmente andinas y las europeas, especialmente la griega: el Hades, la serpiente, las parcas, el tiempo no lineal indígena, huacas, ceques…”.
La planta inferior recrea el universo de lo que está en lo profundo de las cosas: como si se tratase de una caverna, un inframundo o un útero materno. “Todo está organizado en capas: los sedimentos del suelo están en las paredes, hay esculturas que remiten a los anillos de los árboles que envuelven todo el espacio de la galería y el visitante se puede mover entre ellas”, ha detallado Andrea Canepa sobre esta primera planta con luces bajas que insisten en la sensación de interioridad.
En el centro de la sala hay una serpiente “que está presente en muchísimos mitos de pueblos distintos como habitante del inframundo, donde también está nuestro pasado”, ha señalado Canepa. Las dos instalaciones se conectan mediante una intervención en la escalera, como una tela que se despliega, de modo que el ascenso evoca el cruce de un umbral, el paso de un estado a otro.
En la planta superior, una línea metálica recorre el perímetro de la sala como un horizonte y se interrumpe con esculturas que alteran su curso. La instalación dialoga con el sistema de ceques del mundo andino precolombino. “Se trata de una red de líneas sagradas que partían del centro de la ciudad hacia el horizonte, conectando huacas —lugares sagrados— y trazando una correspondencia entre espacio y tiempo. Cada huaca marcaba momentos del calendario inca”, recordó la artista.
La instalación se ha realizado utilizando materiales diversos, como telas, hilo, azulejos, maderas, tierra e, incluso, cristal. “Para Andrea Canepa, el tejido constituye el eje vertebral de su práctica artística”, recordó de la Torre. “Es una elección consciente que tiene que ver con apelar no solo a lo visual, sino a la tactilidad de lo que nos rodea. Pienso otra vez en la cultura andina y sus quipus, estos hilos con nudos que se leen también con las manos. En todo lo que nos dice la textura de un material”, ha aseverado la artista.
“Más allá de su dimensión técnica u ornamental, en la obra de Canepa tejer equivale a producir continuidad: cada hilo enlaza tiempos y memorias, configurando un tapiz donde lo pasado, lo presente y lo por venir se entrelazan en una urdimbre viva”, ha concluido Blanca de la Torre.










