El diseñador e ilustrador Antonio Ballesteros (formo) hace de su trabajo su mejor manifiesto. Conscientemente fuera de la órbita de la exposición constante, los concursos y la promoción, plantea sus proyectos como un oficio artesano que requiere tanto compromiso como tiempo.
Ese pacto consigo mismo, y esa ‘distancia’, le permite ejercicios de valentía como Random Paradise (La documental, 2021), algo así como las memorias de un diseñador si decidieran no escribirlas donde se entremezclan de manera aleatoria diseños, dibujos, y vivencias de Ballesteros.
Entre el desbordamiento y el orden. Entre las líneas de fuerza de la profesión creativa, y las curvas que le permiten expresarse, Antonio Ballesteros decidió, en 2011, abandonar la ilustración para acercarse al dibujo. «La ilustración era sinónimo de obligaciones y de pringar los fines de semana, el dibujo me llegó como un terapéutico dejarme llevar de línea rota y feista. Poder contar sexo y política de mala manera, primero en un blog que se quedó congelado hace ya un par de años y que no supe seguir en instagram (@antonioballesteros_curva) pero que sí encuentra salida en las publicaciones CURVA 1, CURVA 2 y CURVA 3 —esta última se presentará en breve— y en la expo CURVA ASK», explica Antonio Ballesteros.
CURVA ASK, que puede verse hasta el 17 de mayo en la galería Gabinete de Dibujos (Literat Azorín, 33, València), recoge esa faceta expresiva de Ballesteros con dibujos de carácter grotesco, de gran carga simbólica, realizados con trazos directos y expresivos.
Unos dibujos, que según él mismo «tienen más que ver con la escritura que con el arte —esto lo digo con la boca pequeña porque yo de estas cosas poco entiendo—». «Sirve para transmitir aquello que no sé contar con palabras y, lo que sí, pues lo apunto buenamente a su costado. A veces dibujo las propias palabras en una suerte de proclamas sobre los misterios de la vida (y de la muerte)(y del amor)», añade.
«El diseño contiene todo lo que debe ser contenido y estos dibujos soportan todo el resto: lo que puede y no puede un cuerpo; lo que ansía recordar el recuerdo y, sin embargo, hasta donde llega a recordar; la distancia protectora entre nosotros y todo lo demás Mirarse en el reflejo de lo dicho es aparecer con la cara dibujada de lo sentido (también de lo vivido y lo olvidado)». Este fragmento del texto que ha escrito Álvaro de los Ángeles sobre la exposición lo expresa bien. Mensajes y dibujos para despertar las conciencias adormecidas. Y dibujos como espejo de quienes los observan.