El Museo de Bellas Artes organiza la exposición dedicada a Rosario de Velasco. Abrirá sus puertas al público desde el 12 de noviembre hasta el 16 de febrero de 2025.

La muestra cuenta con la curaduría de Miguel Lusarreta y Toya Viudes de Velasco, sobrina nieta de la artista. La exposición recoge una selección de las obras más relevantes de Rosario de Velasco, especialmente de los años 20 a los 40, considerados los más destacados de su trayectoria.

La exposición se compone de una treintena de pinturas. Se incluyen Adán y Eva (1932) del Museo Reina Sofía y La matanza de los inocentes (1936) del Museo de Bellas Artes de Valencia. También Maragatos (1934) del Museo del Traje de Madrid. Además, se exponen otras obras que hasta ahora permanecían en colecciones privadas y familiares. Cosas (1933), Maternidad (1933) y Pensativa (1935) han sido recuperadas para esta ocasión. Una parte importante de esta exhibición es también la muestra de su trabajo como ilustradora, con piezas de libros como Cuentos para soñar (1928) de María Teresa León.

Rosario de Velasco fue una figura importante de la pintura figurativa española en la primera mitad del siglo XX. Nació en Madrid en 1904 y comenzó su formación artística a los 15 años bajo la tutela de Fernando Álvarez de Sotomayor. Velasco mostró desde joven un interés por las corrientes artísticas de su época y una actitud abierta hacia las vanguardias.

Esta inquietud cultural la llevó a relacionarse con personalidades como Maruja Mallo, Rosa Chacel y María Teresa León. En 1932, alcanzó gran notoriedad con su obra Adán y Eva, premiada en la Exposición Nacional de Bellas Artes. La Sociedad de Artistas Ibéricos aclamó la obra Adán y Eva durante las muestras en ciudades como Copenhague y Berlín.

Durante la Guerra Civil, su posición política la condujo a abandonar Madrid y trasladarse a València y luego a Barcelona, donde se estableció definitivamente tras contraer matrimonio con el doctor Javier Farrerons. En los años posteriores, Rosario continuó exponiendo tanto en Barcelona como en Madrid, aunque con menos frecuencia debido al contexto político de la época. Su obra se caracteriza por su estilo único que combina tradición y modernidad, siendo un ejemplo destacado del “retorno al orden” en España.

Esta muestra en Valencia no solo redescubre a Rosario de Velasco como pintora, sino también como ilustradora, revelando su versatilidad artística y el impacto de su obra en la escena cultural del siglo XX.