«Yo tomo el cómic como una herramienta para cambiar las cosas. Para hacer reflexionar y pensar a quién lo lee. Mi temática, aunque utilice a veces los sueños, no es fantástica, es más de tema social», así define Zarva Barroso su obra.
«Mil historias en el coco» es el ilustrativo título que ha elegido Barroso para la muestra. Muy acertado si se tiene en cuenta lo ecléctico de la propuesta. El día a día de un transexual adolescente ; un niño que no recibe el cariño que necesita de sus progenitores; una niña que se niega a seguir las pautas tradicionales que le impone su madre por el género al que pertenece; la historia del propio padre del artista; o una familia compuesta sólo por mujeres, así lo certifican.
Una exposición que va más allá de la obra «colgada», porque el autor ha recreado pequeñas escenografías para facilitar al visitante su integración en las historias que cuenta. «He montado escenografías porque ante de esta exposición más centrada en el cómic, he hecho exposiciones, pero de arte contemporáneo, de pintura, instalaciones, escultura,… entonces ya tengo cierto bagaje de haber hecho cosas de este tipo. Y a la hora de exponer lo tengo en cuenta. Me gusta que el espacio te diga cosas, al margen de lo que puedas ver en las obras».
Zarva Barroso, sobre todo, ha publicado de manera online, pero en un futuro le gustaría ver sus dibujos y sus viñetas en papel. «No es lo mismo leer un cómic en el ordenador, online, que tenerlo en tus manos y leerlo en papel. Es mucho más gratificante y lo vives más. Incluso, a nivel de reconocimiento es mayor». Pero hasta entonces sigue intentado difundir su trabajo por internet. De hecho, es uno de los impulsores del espacio creativo digital dílo!, integrado por un blog y un fanzine que se edita, en la red, trimestralmente. «Como es muy difícil darse a conocer, buscas todos los medios a tu alcance para que se te conozca. Buscas fanzines, revistas onlines,… y en una época de desencanto, en la que no encajaba en ninguno, pensé que igual tenía que crearlo yo. Un amigo, Juan Antonio Cerezuela, también tenía inquietudes parecidas, y coincidió con que hubo cambios políticos y cómo que había muchas novedades en la actualidad y teníamos la necesidad de contarlo. Y así nació dílo!».
Parte del trabajo de Barroso en esa web puede disfrutarse en la exposición. Por ejemplo, la serie The Big Spender. «Nace para el primer número de dílo!. Cada número de dílo! es temático,, y yo creé un cómic que se fuera adecuando a cada entrega, a cada tema, pero con los mismos personajes. The Big Spender es como un Gran Hermano que sucede en unos grandes almacenes, donde vamos viendo todos los tipos de consumidores que existen. Pretendiendo que cada lector se identifique con uno, sin criticar el comportamiento de nadie. Porque criticar a alguien por lo que consume es lo peor que se puede hacer» (risas).
Más cercana es la historia que cuenta en Don Barroso. Un homenaje, muy emotivo, de Zarva, a su padre ya fallecido. «Fue difícil. Yo quería hacerle un homenaje a mi manera, como mejor me expreso, con el cómic. Lo empecé, pero tuve que dejarlo porque se me hacía muy imposible dibujarlo, porque estaba todo muy reciente. Con el paso de tiempo, retomé la idea. En la historieta hay partes reales, como que mi padre se apoyó mucho en la música como terapia contra su enfermedad, pero luego ficcioné otros aspectos. Ahora estoy preparando una versión más larga».
Y es que la familia es una de los temas más presentes, de una u otra manera, en su obra. «Yo soy muy familiar y creo que la familia es un término muy flexible, que parece que últimamente se está recalcando que sólo hay un tipo. Pero no, la familia la creas tú. Por eso me gusta mostrar distintos tipos de familia para que se vea todo puede ser válido».
Tal vez como consecuencia de lo anterior, sus dibujos suele ser desprender un aire de cotidianidad muy próximo. «El punto de cotidianidad lo uso para hacerlo más cercano, para que la gente se identifique, para que vean que un personaje de cómic puede retratara alguien de a pie. Que mucha gente relaciona el cómic con personajes irreales, fantásticos. Y yo creo que debe retratar todo tipo realidades y si son realidades como las que vivimos tú y yo, mejor. Pero vamos, que vale todo, que cada uno elija lo que quiera».
Hay un tercer denominador común en sus dibujos y es el compromiso con aquello que retrata. «Sí, por supuesto. Además, cada vez que hago un cómic, me gusta documentarme. Por ejemplo para «Cárcel de carne» (un acercamiento a la realidad de un chico adolescente transexual) hablé con transexuales para que me contara su experiencia. Mi intención es despertar temas que igual la gente, por su entorno, nos e planeta, como pudiera ser la transexualidad masculina. Poner a la gente en contacto con realidades ajenas y comprometerles».
Ralf König, Miguel Brieva («lo he tenido muy en cuenta en el cómic de The Big Spender»), Carlös, Miguel Gallardo, Craig Thompson («por su dibujo virtuoso, y sus novelas gráficas que retratan sociedades, personas y religión») o Marjane Satrapi son algunos de sus referentes. Barroso cree que es pronto para hablar de estilo propio y prefiere buscarlo trabajando. Eso sí, oyendo música mientras lo hace. «No necesito silencio absoluto. Me puede apetecer oír Radio 3, o algo de funky, o música clásica. Según el momento y lo que hago. Aunque también es cierto que como mi pareja actual es pianista, suele coincidir que cuando él toca yo dibujo. Queda como de película, pero es así».