Algunos de los títulos publicados por Desfiladero Ediciones.

1- Pablo Herranz nació en Frankfurt, pero vive en València desde hace años. Ray Harryhausen le descubrió un mundo que afianzaron los terrores favoritos de Narciso Ibáñez Serrador y La bola de cristal. Los maratones de cine de género y festivales de todo tipo, que llegaron después, acabaron de poner el tejado a la casa de sus gustos. Técnico de imagen y sonido de profesión («estuve trabajando casi 25 años en Canal 9 y también grabando spots publicitarios»), además es escritor, guionista, divulgador y editor. En esta última faceta destaca su trabajo al frente de Desfiladero Ediciones, sello centrado en los cómics y el cine. Hace memoria de cómo nació: «Contaba con experiencia tanto en el cómic como en los libros de cine, si bien siempre como autor. Cuando arrancó otro proyecto editorial, Xiulit (revista juvenil de historietas), uno de los pilares de la revista, el dibujante Jordi Peidro, me presentó una novela gráfica que llevaba en curso, Esperaré siempre tu regreso. Así que cuando Xiulit llevaba cierto rodaje puse en marcha Desfiladero Ediciones, comenzando por el citado título de Peidro y siguiendo con Cine cómico español 1950 – 1961. Riendo en la oscuridad, de Carlos Aguilar».

2- El mes pasado, las editoriales valencianas Desfiladero y Sargantana sellaron una alianza por la que la primera se incorporaba a la segunda, manteniendo su propia marca. «Conocía Sargantana desde hace tiempo y como no tenían una sección de cómic les ofrecí la posibilidad de incorporarme al equipo como editor, que es algo relativamente frecuente en otros países, modelo que está implantándose aquí también», explica Pablo. «Sargantana había integrado a Brief dentro del grupo y me plantearon que Desfiladero también engrosase el Grupo Sargantana». Sobre los beneficios del acuerdo, destaca que «en estos tiempos que corren es recomendable unir fuerzas. Por lo pronto, formas parte de un equipo y las tareas se reparten». Pablo seguirá al frente de Desfiladero, «la idea es concretar la línea editorial y apostar por aquellas colecciones que han obtenido mejor respuesta, al tiempo que afianzar la imagen de marca». Sobre los proyectos futuros, avanza la creación de una nueva colección, Avant-Garde, «con el volumen integral «La Pista Atlántica», de Miguel Calatayud, que recoge los álbumes “La Pista Atlántica” y “El Proyecto Cíclope”, ambientados en un entorno futurista en el cual Gili Lacuesta y Romo ejercen de investigadores». Después llegará la nueva edición de «Miguel Núñez. Mil vidas más», de Pepe Gálvez y Alfonso López, «que cuenta con 38 páginas más de cómic y que versa sobre un destacado miembro de la lucha antifranquista».

3- Calatayud es uno de los dibujantes favoritos de Pablo. Le pregunto por más y dice que es tremendamente complicado elegir. «Valoro, especialmente, la hornada de dibujantes valencianos que llegaron a coincidir en la revista Cairo, el citado Calatayud, Daniel Torres, Micharmut, Sento y Mique Beltrán; los coetáneos de Metal Hurlant como Yves Chaland o Serge Clerc y luego un sinfín de firmas, como Giraud / Moebius o Juan Giménez, narrador de excepción. También creo que habría que subrayar la importancia de los guionistas, como Antonio Segura».  Puestos a hacerle encerronas, le toca el turno al cine. Le pido tres títulos, duda pero se lanza. Arranca con La isla de las almas perdidas, de 1932, «versión muy libre y espléndida de La isla del Dr. Moreau». Sigue con Sólo para hombres, «una comedia de 1960, de Fernando Fernán Gómez interpretada por Analía Gadé, que no ha perdido vigencia y cuyo visionado en pantalla grande recuerdo con especial cariño». Gadé fue la autora del prólogo de Cine cómico español 1950-1961, uno de esos libros tan necesario como infinito del catálogo de Desfiladero. Cierra su terna con Los inútiles (1953), mi título favorito de Fellini, que me emociona en cada visionado». Antes de despedirnos, añade una coda cinematográfica a esta última pregunta: «Haría mal en dejarme una cuarta, La noche (1961)». Antonioni, Jeanne Moreau, Monica Vitti, Marcello Mastroianni…sí, hubiera hecho mal dejándola fuera.