En su primera edición ya lo dejaron claro. Avivament nacía para implicar a la filosofía en la vida cotidiana de la ciudad. Sacarla de la caverna, llevarla a tomar unas cañas con la gente de a pie y pasarlo bien pensando, sí, pensar en términos lúdicos (y lúcidos) sin temor a que Tales de Mileto o Hegel se revolvieran en sus tumbas.
Este año el festival sigue fiel a sus propósitos, incluso si cabe más aún. Del 6 al 9 de junio, organizado por València Pensa, el certamen se desarrollará hasta en siete sedes distintas de la capital, más una escapada al Espai Joan Fuster de Sueca. Conferencias, mesas redondas, presentaciones de libros, teatro, cine o hasta una muestra de videoarte conviven en una programación, totalmente gratuita, que vuelve a combinar intelectualidad y frescura a partes iguales.
De la completa propuesta (que podéis consultar en su página web) destacamos cinco nombres propios que seguro os ayudan a hacer realidad el lema de esta edición, «Para pensar por cuenta propia»:
Marina Garcés. Su nombre encabeza el listado de participantes en el cartel. También forma parte del catálogo de esa maravillosa colección de Nuevos Cuadernos Anagrama que ha inventado con acierto la editorial catalana. Allí ha publicado Nueva Ilustración Radical, un tirón de orejas y un puñetazo en la mesa contra el combate que el miedo apocalíptico le está ganando al raciocinio y un aviso sobre los peligros de eso que llama, con mucho acierto, el solucionismo. Este libro será el motor de la ponencia con el que la filósofa barcelonesa inaugure el festival.
Pilar Pedraza. Doctora en Historia, escritora (acaba de publicar El amante germano, en Valdemar, sobre el que hablaremos pronto en Verlanga), traductora,… pero por encima de todo el ideal de lo que debería significar la palabra intelectual (término que seguramente le repugnará aplicado a ella): conocimientos, afán pedagógico, criterio personal, humildad y mucho sentido del humor. En Avivament, hablará sobre las lecciones que aprendemos de los clásicos a partir del libro Sueño de Polifilo, de Francesc Colonna, de cuya versión en castellano para la Editorial Acantilado se encargó ella.
Eloy Fernández Porta. Si existiera el término post-filosofía (que raro es que no exista) aplicado el prefijo en la misma dirección que en otras disciplinas (creativas o no), Fernández Porta sería su mejor embajador. Escritor y ensayista, ha sabido combinar ambos registros incluso mezclándolos cuando ha tenido la necesidad de ello. Esa irreverencia, los temas escogidos, que The Magnetic Fields puedan tener el mismo protagonismo que Descartes, o que sus páginas sean constantes cortes de mangas al academicismo más ombliguista, lo hacen necesario, se esté de acuerdo siempre con él o no. En el festival, presentará su libro En la confidencia: Tratado de la verdad musitada y conversará (en lo que promete ser uno de los momentazos del certamen) con David Barberá.
Remedios Zafra. Con su libro El entusiasmo (Premio Anagrama de Ensayo) ha conseguido poner en la mesa un tema que parecía tabú como la precariedad de los trabajos creativos en nuestros días. Desnudar el mundo paralelo que algunos viven en sus redes sociales y poner un espejo para ver si las caretas se desfiguran o caen. El mundo digital, el mercado, la hiperproducción y la sobresaturación, la crisis barriendo las expectativas, el arrogante mundo neoliberal,… Todos estos temas sobrevolarán la conferencia que dará partiendo de su galardonado volumen.
Ignacio Castro Rey. En su web se presenta como filósofo, crítico de cine y arte, gestor cultural y profesor. Por seguir con lo de las etiquetas podría hablarse de Nueva Filosofía, aunque en realidad hable y piense sobre la de siempre. «Me temo que cualquier verdad es una paradoja» afirmó en una entrevista. Una verdad (o una paradoja) que engloba no solo lo que debería guiar al pensamiento humano, sino que como lema no oficial de Avivament funcionaría a las mil maravillas. En el festival hará doblete, impartiendo un seminario sobre Ética del desorden (título a su vez de su obra más reciente) y presentando su libro Roxe de Sebes, 1000 días en la montaña.