Felip Bens. Foto: Valencia Negra.

Felip Bens es escritor, periodista y editor. Un lletraferit en toda regla, un enfermo de las historias. No importa sobre qué escriba (ficción, no ficción, historia, gastronomía, fútbol,…) ni el formato que elija (columna de opinión, novela, cuentos, textos breves, ensayo,…), en sus obras siempre late una pasión desbordada por lo que hace, un afán inusual por ofrecer una visión lo más completa y documentada posible para la comprensión y disfrute de los lectores.

Bens, además, tiene un compromiso muy fuerte con sus raíces, geográficas y familiares. Y ello está presente, de alguna u otra manera, en su obra, sea a través de recuerdos que atraviesan cualquier barrera temporal como en Valencia al mar, de vivencias (reales o no) que acaban ayudando a formarse a uno mismo como en Dones e altri, o del aroma que recorre cada página de una novela negra como en El Cas Forlati, por poner algunos ejemplos.

En Verlanga nos encanta preguntar por los procesos creativos, por los puntos de partida, por los anclajes y andamios que sustentan las obras, por los ejes alrededor de los cuales circulan esas otras realidades artísticas. Así hemos hecho con Felip Bens, pidiéndole que compartiera cuatro de esos pilares, con la condición de que cada uno de ellos se correspondiera con una palabra que empezara por unas de las cuatro primeras letras del diccionario. Así pues, le cedemos la palabra a Bens y queda inaugurada la sección El ABCD de…

A

Amor

He dudado entre Amor y Agua, sobre todo salada. Tal vez mi obra literaria nace y crece con la voluntad terapéutica de resolver cuestiones amatorias, teóricas o prácticas, propias o ajenas. De abordarlas al menos como el gran reto que son, que es, el amor. Está muy presente en los relatos de Dones e altri, que en realidad es un puzle de colección de amores y desamores; pero también en El caso Forlati, donde los personajes abordar el amor de forma muy distinta. La Mar, el agua salada, como decía, también está por todas partes. Es una pasión que meto con calzador, tratando de no abusar. A veces la Mar es un paraíso efímero al que escapar de la realidad. Otras veces, un analgésico para el desamor.

B

Bens

El linaje como metáfora de las raíces. Mi familia, y no sólo la rama Bens, claro, pero también mis amigos; mi memoria; el territorio mágico de la infancia y el resto de espacios que he ido haciendo propios, todos vinculados a los afectos con quienes los compartí. Hay lectores que prefieren que escriba de todo ello a que fabule. Yo intento fabular y que todo esto sea como un aire pesado que amera todas las historias. Es cierto que el libro Valencia al mar bordea ese género (¿literatura de no ficción?) donde el atrezzo de mi vida, que también lo es de muchas otras, cobra un protagonismo mayor. Y que esta fórmula es muy exitosa, en mi caso. Pero en la ficción más pura también están mis raíces, como trasfondo, como aristas secundarias o ambientales de la trama.

C

Canadá

La última escena de mi proyecto más ambicioso, la novela El caso Forlati, de la que preparo una secuela, es un avión rumbo a Toronto. Pese a la importancia de las raíces en mi obra, o tal vez por ello, la fascinación por otras culturas y otras formas de entender el mundo, a veces antagónicas a la nuestra, está por todos lados. Contrastar la pluralidad y la diversidad abre nuestra mente, nos hace permeables y nos permite crecer, alejados de la estulticia reinante. Despliego esta fascinación a través de sutiles descripciones y, sobre todo, de los personajes y sus sensaciones. Llevar la novela a Canadá es una forma de transportarme allá durante una larga temporada, de disfrutar de esa otra realidad. Ya lo hice en la primera parte de Forlati con Sicilia, por ejemplo.

También C de Cabanyal, claro, aunque ya está incorporado en el apartado Bens.

D

Dinero

Y su gemelo, el poder. Esa tentación tan humana, siempre presente, de abandonarse al dinero (al «más dinero», más bien). En la ambición desmedida por el dinero, por la posesión, por el poder, se originan muchos de nuestros males; también las desigualdades, la opresión y la lucha por contrarrestarla, la tensión social. En mi obra los protagonistas suelen tener una posición acomodada, algunos para disfrutar de los placeres que permite el tiempo (y el tiempo es oro); otros para querer más y más, con una voracidad insaciable. Esto me permite evitar que la condición social sea un elemento demasiado decisivo en la trama y así genero un escenario un poco más neutral que la propia vida. Y puedo, también, recrear la forma en que los protagonistas se relacionan con el dinero y con el poder, sin moralinas, como una ventana discreta que invite a pensar en ello. En Forlati, por ejemplo, el poder y el dinero, y la lucha por conseguirlos y retenerlos, son uno de los temas potentes de la novela.