Morgan Peckosh nació en Kirksville, Missouri, EEUU. En 2012, después de vivir en varias ciudades europeas, alguna de ellas española, decidió mudarse a València. La ciudad cumplía con tres requisitos indipensables: «tenía amigos de BMX, conocí a gente de la escena músical, y tenía una buena amiga que no tenía nada que ver con el BMX o la música».
Morgan se gana la vida con «mi equipo de backline para conciertos y como tour manager gracias a mi conocimiento de la carretera, aunque ahora no hay muchas giras internacionales…Y también con un local de ensayo por horas, 360 Music Alboraya«. Además toca con Sufre y Al Reeves y monta conciertos con Sufre Sound System y React, un coletivo al que califica como más clandestino.
El año pasado nos hicimos eco del estupendo fanzine, 2020, que editó. Este 2021 ha publicado otro, Pandemonium, que como ya se puede intuir por el nombre del mismo está muy marcado por la pandemia que estamos viviendo. Por 5€ lo puedes conseguir en la Librería Bartleby, Festinar, Todobici, Park Division y United Minds.
¿Cómo surge la idea de este número Pandemonium?
Pandemonium surge de la pandemia. Aunque soy una persona bastante positiva y alegre, creo que nos encontramos en un momento distópico bastante grave. Lo que empecé a decir con mi primer fanzine «2020», lo ha dicho la pandemia mucho mejor: el sistema no funciona, hay que cambiar nuestras costumbres y manera de interactuar con el planeta y entre nosotros. València es una ciudad con recursos increíbles que realmente no necesita mucho de otros lugares para subsistir, pero la ciudad vive demasiado de un turismo que no es sostenible y un consumismo goloso. Para mí, la pandemia nos ha dado ejemplo de que vivimos en una ciudad y una región que puede independizarse del todo. Pandemonium es una manera de recordarnos de lo que hemos vivido y un poco lo que nos hemos prometido a nosotros mismos durante la pandemia. En muchos momentos, durante la pandemia, se ha hablado de lo que puede salir o como podemos cambiar el mundo, pero poco a poco hemos vuelto a lo de antes. Pandemonium es una manera de recordarnos a estas promesas y momentos de lucidez que nos ha regalado el parón.
Parece que además de la intención de reflejar cómo se está viviendo la pandemia en varios lugares del mundo ( y por diversas personas relacionadas con la cultura) hay también interés en sacar lo positivo (entendido el término dentro de la gravedad sanitaria que vivimos, por supuesto) que puede dejarnos a nivel personal.
Yo intento recordar a la gente las cosas positivas de este momento histórico: no había coches en las calles, escuchamos los pájaros mucho mas, respiramos mejor, la gente salía a hacer deporte y había tiempo para crear, leer, estar con tu familia. Era la primera vez que los niños pequeños han tenido a sus padres con ellos todo el día. Es un sueño o una pesadilla dependiendo de ti, pese de lo que muchos han sufrido y el agobio y miedo, había momentos que para mí eran increíbles.
Cuando empezamos a salir a la calle, después de estar dos meses en confinamiento, sufrimos mucho agobio y hay mucha gente que lo ha pasado muy mal. Está claro que no debemos llegar a una pandemia mundial para hacer los cambios necesarios para vivir mejor, pero por ejemplo, yo como ciclista he visto calles vacías sin coches en la pandemia. ¡Esto ha sido un sueño desde siempre! Mucha gente ha empezado a ir a la montaña para sentir menos presión de la ciudad, la gente entiende mejor la importancia del arte en sus vidas, la gente joven sale en bici y bailan en los parques, la huerta ha tomado un papel regrande. Si miramos el lado positivo podemos sacar muchas cosas buenas del confinamiento. Entiendo que es grave y entiendo que mucha gente ha sufrido, pero en un sistema internacionalista con tanto viaje innecesario, tuvimos que esperar que algún día el mundo hiciera cuentas.
Aunque como en tu fanzine anterior, «2020», hay una importante presencia de contenidos relacionados con la música, en este caso has abierto los contenidos a otros campos como, por ejemplo, la medicina. ¿Es un camino que seguirán futuras entregas del fanzine o ha ocurrido en este por lo particular de su temática?
La idea detrás de «2020» era un ciclo de conciertos que montábamos Sufre Sound System en 16 Toneladas. No puedo decir que sabía que iba a ser uno de los años mas importantes de nuestras vidas pero sí tenia una idea de que estábamos llegando a un choque, igual también era un choque personal al tiempo que mundial, pero algo se estaba cociendo. El ciclo de conciertos tenía este punto de internacionalismo, de ojos para fuera. La idea original de «2020» era tener artículos de los artistas que iban a tocar y de los que consideramos nuestra comunidad, gente que conocemos por montar conciertos y vernos por allí. No era un fanzine exactamente para celebrar el año, pero sí para recordarnos ese momento. Aunque hice «2020» con Silvia López, como «Pandemonium», en «2020» escribí teniendo en cuenta al colectivo Sufre Sound System. «Pandemonium» es de Morgan Peckosh. Por eso se centra más en mi trayecto personal en 2020. Yo creo que a partir de ahora, se centrara en una temática y buscaría toques y personas diferentes para dar distintos puntos de vista.
En «Pandemonium» lo que sí han aumentado son las entrevistas.
En «2020» hice una entrevista con Jean William Prevost, un BMXero que vino a València a entrenar donde monto yo en Ciencias. Me moló mucho hacer la entrevista y creo que sus palabras han dicho mejor lo que quería decir yo en muchos aspectos. Con «Pandemonium» usé las entrevistas para explicar mejor lo que he vivido y sentido, mejor que con mis propias palabras.
Otra cosa importante que aprendí tiene mas que ver con el coste y logística de hacer un fanzine. Reparto los fanzines con los colaboradores y me mola poder compartirlo, pero después de repartir «2020» me quedaron pocos ejemplares. Para el segundo numero decidí colaborar con menos gente, pero hablar con gente que igual cubren más temas. Por ejemplo la entrevista con Leyna, de Psychic Reality. Queria hablar con otro estadounidense que ha vivido la pandemia desde aquí, quería hablar con un profesor de pilates y hablar con gente que hace música. Entonces en hablar de hablar con tres personas para cada uno un tema, buscaba una persona que cubría los tres temas. Más temas, menos gente involucrada.
Un aspecto interesante de tus fanzines es que se preocupan por dar una visión global, internacional, de lo que sucede, partiendo de la mirada local.
Soy un misureño que sale de gira con grupos internacionales y me siento parte de una escena musical internacional. En mi grupo, Sufre, toco con otro americano y un valenciano, hemos girado por Europa y organizado y tocado conciertos para mucha gente de fuera. Así estamos atentos a lo que pasa con nuestra comunidad, tanto aquí que en otras partes. Lo bueno de las redes sociales es tener estas ventanas a otras partes del mundo y poder pedir ser incluidos en sus comunidades. Yo intento usar las redes así, para conectarme con el mundo, para la gente en València ya estoy físicamente.
En un mundo tan digital, ¿qué te llevó a postar por el papel? ¿Cómo reaccionan las generaciones más jóvenes?
Antes que músico o alguien que pertenece al mundo de la música, soy BMXero. Llevo leyendo revistas de BMX desde 1987. Mi vecino Mikel hizo un fanzine en 1989 donde salí yo haciendo un truco en bici y el fanzine y el formato me flipaban. Lo que no entiendo es cómo no he hecho fanzines antes… me mola muchísimo. En el mundo de BMX hablamos mucho de la diferencia entre los vídeos de antes y los vídeos de instagram. Se puede decir lo mismo sobre los vinilos y la música digital, ocupa otro espacio y te queda más en la memoria. Por otra parte, por mis orígenes, todavía conservo el sentimiento de que no somos muchos los que pensamos diferente y que somos alternativos y nos tenemos que conocer y cuidar. Es decir, en mi ciudad de origen de 17.000 habitantes, donde habían 4 punkis, 3 metaleros, 4 skaters, en el momento en el que veías a alguien un poco como nosotros intentabas contactar. En València, la gente no espera esto porque hay legiones de gente como tú y se divide más, pero yo sigo con esta idea de antes: si alguien tiene un poco de pinta distinta o ojos que brillan con inteligencia, hay que tomar contacto. Y el fanzine es esto, es una manera de poder hablar con desconocidos por la calle y rápidamente darles algo que explica quién eres.
¿Cómo reaccionan las generaciones más jóvenes ante el fanzine?
Sobre la gente joven, creo que la cantidad de gente joven que se puede interesar en un fanzine es igual que antes, siempre pensamos que en el pasado había más gente haciendo cosas underground pero yo creo que el porcentaje de gente realmente alternativa no cambia. La gente joven que tienen el fanzine flipan. Algunos nunca han visto algo así y creo que cuando lo leen lo valoran mas que lo que leen en internet. Mi objetivo siempre es que haya más gente generando arte. Si alguien decide escribir algo para mi fanzine o hacer el suyo propio, creo que habré triunfado.