Borja Coquillat. Foto: Carmen Jiménez.

Mi nombre es Borja Coquillat Caballer (dos apellidos que conjugan el origen belga y el destello pirotécnico) y tras sonar el despertador cada mañana entre semana me convierto , por arte de legaña, en empleado de una entidad pública. Eso sí, en cuanto dejo de serlo durante el día y encuentro un hueco en mi atareada (pero gratificante) y nada patriarcal vida familiar expongo mis filias (las más) y fobias (las menos) musicales en el webzine Atonal. Un lugar, entre tantos y tantos en la red, que apuesta por un contenido a base de producción propia al cien por cien, la información reposada y dispuesta para ser consumida de forma pausada y convenientemente escanciada.

Desde Verlanga me han invitado a preparar una lista de doce canciones que hagan referencia a cada uno de los meses que deberemos afrontar en este 2019 tan presumiblemente agitado que nos espera. Ante el regalo que supone aparecer en una revista tan carismática y de tal entidad resultaba inevitable decir que, ¡por supuesto!. Así que ahí vamos:

Enero: Quand vient le premier janvier (Jean Constantin)

El músico francés destila sutil ironía en una melodía de jazz alegre que dibuja los buenos propósitos que todos nos imponemos el primer día de un año nuevo. Aunque la realidad nos baja de la nube cuando pasa la euforia y llega la rutina, cual Marie Kondo ordenando y compartimentando esa feliz y efímera anarquía.

Febrero: Alô Fevereiro (Dóris Monteiro)

El carnaval es la fiesta mayor de Brasil y Dóris Monteiro saluda a febrero con muchas ganas de marcha y a ritmo de samba. Aquí hemos importado esa fiesta a nuestra manera, con menos oropel y más meninfot del bueno. Eso sí, con el cierre de Casa Picó, ya nada volverá a ser lo mismo.

Marzo: La pioggia di Marzo (Mina)

Seguimos la senda de ritmos latinos para llegar a marzo, el mes de las fallas, de la traca y las flores y que nunca suele gustar a todos por igual. Los hay muy fans de la fiesta que se quedan en la ciudad para quemarla de verbena en verbena y los que huyen de ella buscando el sosiego y la paz para los corazones alérgicos a la pólvora. Nunca llueve a gusto de todos, aunque sí que debería haber consenso con respecto a la voz de Mina y en cómo hace suya una tonada tan clásica e imperecedera.

Abril: 4th of April (The Divine Comedy)

La primavera resuena en la voz de Neil Hannon, esta vez más contenido y certero, en una sinfonía que coloca a abril como engranaje entre los últimos coletazos del frío y el color del buen tiempo. El puente de las flores, la semana santa marinera y las primeras paellas al aire libre…Comienza a plantarse la chufa y el mar empieza a tener otro color.

Mayo: Era di Maggio (Franco Battiato)

A sabiendas de que mayo de 2019 va a ser un mes agitado (recuerden: hay elecciones de distinto pelaje), no está de más invocar al Franco Battiatto más lírico (en una deliciosa versión de una canción napolitana basada en un poema de Salvatore di Giacomo) para que el empacho de pre-campaña, campaña y post-campaña resulte lo menos indigesto posible.

Junio: La ballade du mois de juin (Benjamin Biolay & Chiara Mastroianni)

Junio es el mes del inicio de las desventuras del mosquito tigre, y eso es algo que hasta saben en Francia. Por eso Initials B.B. y la hija del gran Marcello utilizan un sampler con el zumbido de tan malintencionado díptero nematócero para introducir una balada mecida por la calina y los primeros sopores.

Julio: July (Triptides)

En julio no todos tienen vacaciones, pero aunque sólo sea durante los fines de semana, las playas comienzan a atestarse de gentes. Gentes de bien, especialmente los surferos que campan por el Perellonet agitando las tablas y el neopreno a lo Bodhi. Su ideal banda sonora podría ser esta canción de los californianos Triptides, especialistas en el trote pop con aires de surf psicodélico.

Agosto: Agosto, por ejemplo (Tarik y la Fábrica de Colores)

En agosto los horarios se vuelven locos y el calendario suele dejar de importar. El mes inhábil por excelencia. Nunca compren muebles en agosto, especialmente si es para vestir una casa de nuevas. Eso lo sabe bien Álvaro Tarik (no se pierdan su nuevo proyecto bajo el nombre de Summer Spree) quien canta a las noches sin fin, al insomnio crápula y que se muestra tan confundido como un guiri que quiere irse a dormir tras salir de un after de Ruzafa y no sabe dónde narices está su hotel.

Septiembre: Cuando llegue septiembre (Gelu)

La pizpireta Gelu, todo un icono proto-pop de La Voz de Su Amo, abraza septiembre porque se alarga la noche, tendrá más espacio para la intimidad y así podrá demostrar su amor. Al resto de los mortales no nos viene tan bien este mes ya que se acaba el dolce fare niente de las vacaciones y toca empacar maletas para volver de la playa o el campo a la capital. Que, a pesar de la cal valenciana, no se haya estropeado la lavadora a la vuelta, es la mejor de las noticias.

Octubre: La nuit d’octobre (Serge Gainsbourg)

Gainsbarre era tan avezado que hasta intuyó que en octubre habría cambios horarios dispuestos a discreción. Aunque solo lo menciona en el título, ya que el contenido de la canción es todo un dechado de despecho amoroso de primer nivel. Algo le pasaría con un efímero amor de verano que no tuvo la continuidad deseada. Casi lo mismo que a Marcelino y el Valencia C.F. del centenario.

Noviembre: Les oiseaux de novembre (Annie Philippe)

La Phillippe engrosa la ilustre pléyade de cantantes francesas bien situadas a la sombra de Françoise Hardy, Jane Birkin o France Gall. Aún así, bien asesorada, fue capaz de registrar temazos como esta oda a los pájaros de Noviembre, aquellos que viajan hacia el sur buscando el calor que se les empieza a negar con la proximidad del Invierno. En esas bandadas de aves viajeras no podemos contar con las palomas de Patraix, que son inamovibles, perennes, imperecederas…

Diciembre: December’s dream (Fred Neil)

Llega diciembre, en su último día, entre manjares, bebidas espirituosas y uvas sin hueso, y como canta con ese tono profundo y nostálgico Fred Neil, todo lo vivido durante el año parece haber sido un sueño. Aunque, llega la resaca con el uno de enero y, tal y cómo cantaba Julio Iglesias, todo es volver a empezar.