Néstor Rausell. Foto: Fabio Mogrovejo.

Néstor Rausell y Los Impostores publicaron el año pasado, después de dos Ep’s, su primer disco largo, Placeres Vacíos. Ocho temas en los que las influencias que reconocen (Soda Stereo, M-Clan, Héroes del Silencio o The Waterboys, para los que abrieron noche en los Concerts de Vivers de 2018)  lejos de mimetizar sus canciones, son punto de partida para crecer como banda. Rock and roll en el sentido más amplio de la expresión, estribillos contagiosos, vetas oscuras, melodías y epicidad, en dosis equilibradas. Le pedimos a Néstor que protagonice nuestro «3 en 1» y estas son sus respuestas:

Una canción:

Bitter Sweet Symphony (The Verve, 1997)

 

No hay una forma científica de medir la valía de una canción. En mi caso, valoro una canción por las sensaciones que me genera escucharla. Generalizar con una favorita es una frivolidad. Yo diría que es un ejercicio que cambia la respuesta según el día e incluso el clima que haga en dicho día. 

¿Dónde te lleva? ¿Puedes visualizarlo? ¿Te sientes mejor que antes de escucharla? 
¿Te pone el vello de punta? ¿Consigue sacar lo mejor de ti? 

A vuelapluma, son preguntas que se me ocurren acerca de lo que una canción puede transmitirnos. «Bitter Sweet Symphony» responde de manera favorable a todas mis preguntas.


Un disco:

Fuerza Natural (Gustavo Cerati, 2009)

Tras el adrenalínico regreso de Soda Stereo en 2007, Gustavo Cerati sacó el que para mí es, a día de hoy, el disco de mi vida. 

»Fuerza Natural» es un viaje en el que lo importante es el camino, no importa perderse, importa sentirse bien a cada instante del trayecto. Disco plagado de guitarras, ritmos y melodías en perfecta armonía, que engloban el aprendizaje de un artista, letrista y guitarrista de primer orden, así como la importancia de rodearse de personas de su confianza y capaces de endulzar su talento. 

Gustavo cumplía 50 años en la presentación del disco y el trágico final de su vida envuelve «Fuerza Natural» en un halo de misticismo. Despedida y cierre a la altura de los más grandes del Rock.


Un concierto:

Bon Jovi. Estadio de Anoeta (San Sebastián). Julio de 2011

La elección es más por la añoranza y el recuerdo que me genera dicha banda, de la cual fui totalmente fan durante mi adolescencia, sumado a que hice el viaje con dos de mis mejores amigos en el viejo Ford Focus de uno de ellos. 

Seguramente, pudimos presenciar uno de los últimos grandes shows que dio la banda, estando todavía a pleno rendimiento y tras haber recuperado, ya en la parte europea de la gira, a Richie Sambora, el cual pasó por rehabilitación al comienzo de la misma. En 2011, Bon Jovi rebosaba energía, carisma y buenas vibraciones. 

La voz de Jon seguía potente y resistía tres horas de concierto sin problema;  Sambora, a pesar de sus problemas de salud, conservaba la magia y la esencia de sus precisos riffs y sus afinadas e irremplazables segundas voces. En la parte rítmica, Hugh McDonald, al bajo, y Tico Torres en la batería, daban el power y el empaque preciso que necesita una banda de Rock. A su vez, destacable y cumplidor siempre David Bryan en los teclados y coros.

 En resumen, concierto que juntaba un sueño de adolescencia, sumado a compartirlo con tus amigos y con el colofón de dormir en el coche, desayunar el subidón y volver a València.