Pep Mirambell. Foto: Blai Antoni Vañó.

El alicantino Pep Mirambell pone un pie en la tradición folclórica para coger impulso y actualizarla sin ningún afán testimonial, sino por el disfrute melódico máximo. Después de dos discos firmados con su nombre, Costablanca y Te sigo esperando, Neus Pastor, en breve verá la luz su nuevo proyecto, Els Jóvens, con su inseparable René Macone al lado. Antes, allá van sus favoritos.

Una canción:

Per Mallorca, de Al Tall

Escojo esta canción primero porque es de Al Tall y Al Tall ha pasado a ser, desde hace unos años, el grupo más influyente para mí de todos los tiempos. Es un pedazo de tema. Una canción guerrera y poco evidente, que es como me gustan las canciones protesta. Y además es bellísima. Es la típica canción que escuchaban tus padres cuando eras pequeño y entonces te parecía un tostón (y tus padres por escucharla), pero que conforme vas creciendo y empiezas a entender de qué va, te da la impresión de que tus padres son un poco antisistemas. Y mola.


Un disco:

Caetano Veloso (Caetano Veloso, 1968)

El disco homónimo de Caetano Veloso me parece un disco fundamental porque podría ser perfectamente la «hoja de ruta» que he seguido con René estos últimos años de trabajo: intentar hacer un disco que recoja un folclore y en lugar de reutilizarlo, lo reformule. Y en este disco, Caetano Veloso además de homenajear y reformular la música popular brasileña, la convierte en un fiestón.


Un concierto:

Nacho Vegas y Las Esferas Invisibles (Sala Stereo, Alicante, 2005)

Fue en la sala Stereo de Alicante en algún momento a principios de 2005. Me pilló jovencísimo. Si no recuerdo mal, Nacho Vegas acababa de sacar Canciones desde Palacio, un EP bastante raro que René y yo escuchábamos en bucle. Lo que hizo de aquel concierto algo memorable fue que por primera vez vi un directo en el que que se unían lo que decían las canciones y la puesta en escena. Era un hombre destrozado cantando canciones sobre un hombre destrozado. Se parecía bastante a la verdad y eso nos fascinó. Algo que, en realidad, no le he vuelto a ver ni a Nacho Vegas.