Cantaban que tenían el corazón entre sus piernas, era difícil etiquetar su punzante blues-rock salpicado de funk y surgieron cuando la Movida agonizaba y al indie aún no le salía el acné. Amor Sucio no lo tuvo nunca fácil como suele ocurrir con los que se adelantan a su tiempo o simplemente viven en otra dimensión. El grupo lo componían Antonio Tarín (La Banda Sin Futuro, Extrema Cordialidad Homicida) a la voz y guitarra, Luis González (Mar Otra Vez, Caballero Reynaldo) a la voz y el bajo, Fernando Carrión (Las Terribles, Noviembre Rojo) a la batería y Pep Muriel (Extrema Cordialidad Homicida) a los teclados. Con el primero de ellos, recordamos la grabación de su debut largo:
«El tiovivo de la locura», Amor Sucio (Triquinoise, 1990)
Luis G. trabajaba para una tienda de discos de importación llamada Europa Compact. La empresa tenía toda la pinta de importarle un pimiento la música, pero a pesar de ello montaron una especie de discográfica donde publicaron algún que otro grupo. Luis G. se encargó de llamar la atención hacia el suyo y surgió la posibilidad de entrar a grabar nuevas canciones en los Estudios Pertegás. Los hechos ocurridos entre la grabación en Pertegás y la publicación del disco, dan para una miniserie de TV, con camellos de por medio, drogas, deudas, amenazas de muerte y un sinfín de peripecias rockeras a más no poder. El hecho era que el disco no se publicaba, mientras la máquina de parir canciones de Amor Sucio no descansaba.
Introducidos en la escena valenciana de finales de los 80, Amor Sucio tocaron en todos los locales en los que se tocaba e incluso en los que no, haciendo el pre-indie a saco. Se apuntaron a un concurso de rock y sin beberlo ni comerlo se plantaron en la final junto a Los Flacos y Las Máquinas. No ganaron, pero se llevaron de premio un copón y la grabación de un single, que publicaría la Generalitat Valenciana, en los Estudios Tabalet. Solo tenían que grabar dos canciones, pero se las arreglaron para empalmar dos y así grabar tres: «El callejón del olvido», «Amor Sucio» y «El sueño del sapo». Estas tres canciones del single complementarían, lo que sería su primer larga duración «El tiovivo de la locura».