Senior i el Cor Brutal. Foto: Óscar Garrido.

Cada disco de Senior i el Cor Brutal da la sensación de querer alejarse del anterior, aunque al mismo tiempo empiece a construirse desde sus cenizas. Esa dualidad, seguramente, es la que les ha permitido huir de una discografía clónica en pos de unos cuantos álbumes que, si bien se cobijan bajo la etiqueta «valenciana», lucen una expansiva libertad creativa.

El último capítulo hasta la fecha es Valenciana Vol.1 (Malatesta, 2017), un trabajo que nació como un disco de versiones de alt country que, por problemas con los derechos de las canciones, acabó convertido en un disco de versiones a secas. Visto los resultados hay que felicitarse, sin que sirva de precedente, por la cansina burocracia. Entre los elegidos, The War on Drugs, Cracker, The Jesus & Mary Chain, Tom Waits o Devendra Banhart.

Un disco tan especial requería unos invitados a la altura, y así Senior i el Cor Brutal se rodearon de unos cuantos músicos para la grabación. Fueron bautizados como La Síndrome Lomax, en honor al musicólogo Alan Lomax. Ahora, ellos preguntan y Micalet Landete contesta.

Artur Estrada (Nueva Vulcano)

Hola Senior, pienso que la canción Actes d’amor (del disco El poder del voler, 2014) es uno de los más grandes hits de la historia del rock, ¿nos podrías contar por favor como fue el proceso de creación de la misma?

Encantado. La progresión de acordes y la melodía original de la voz son de una canción que Endika le compuso a María, su mujer, para cantársela el día que se casaron. Desde el primer día que nos la mostró, me encantaron esos acordes con afinación abierta y las notas de la melodía vocal, muy atractivas y con cierta melancolía. Poco tiempo después, en plena escritura de El Poder del Voler, volví a leer por enésima vez la expresión «yayoflautas» en algún periódico mayoritario. Es un término que hubo una época en la que se generalizó su uso y siempre me ha parecido tremendamente despectivo e injusto para con la gente mayor, que tanto ha luchado por mejorar todo esto y tanto está padeciendo los efectos de esta puta crisis que no acaba.

Total, que pensé en hacer un poco de justicia poética a mi humilde nivel y me inventé esa historia de los hermanos activistas retratados en un par de episodios del pasado (los años 70 con la muerte de Franco y los años 80 con el desmantelamiento de los Altos Hornos de Sagunto) y que en el tiempo presente intentan hacer volver la dignidad a la vida de sus nietos mediante el activismo senior. Es también de justicia decir que la letra, extrapolada fuera de la canción, pasó por una serie de cambios -digamos «más amables»- para que ninguno de nosotros cuatro tuviera ningún problema en defender Actes d’amor en directo. Porque eso siempre lo hemos tenido claro: lo que defiendes en directo no es sólo lo que tocas con tu instrumento, también es lo que el cantante está diciendo.

Joan Pons (El Petit de Cal Eril)

Tus influencias musicales son mayormente anglosajonas, ¿cómo crees que ha afectado cantar en un idioma minoritario a tu carrera? ¿Cómo crees que seria un Senior cantando en inglés o en castellano? Aparte de eso, ¿qué numero de calzado utilizas?

Bueno, creo que cuando cantaba en inglés tampoco es que fuese muy mayoritario… No me planteo el impacto de la lengua en la que canto en términos de “carrera” de la manera que se suele usar ese término (muchas veces como sinónimo de triunfo o éxito). Para mí, la pregunta es ¿cantar en mi idioma mejora mis canciones? La respuesta es un sí rotundo. Tan rotundo como afirmar que no tengo el suficiente talento como para hacer buenas canciones en otro idioma que no sea el mío. Talento que sí tienen, por poner dos ejemplos, Artur Estrada (catalanoparlante que escribe en castellano) o Bigott (castellanohablante que escribe en inglés).

La cruz que va ligada a lo que acabo de contar es la impotencia que sientes al contemplar la gran cantidad de prejuicios que existen a todos los niveles en gran parte de la meseta hacia la música cantada en catalán/valenciano/mallorquín. No me puedo imaginar un Senior cantando en castellano. En inglés sí. Lo hice desde los 17 a los 34 años. Y, sí, me gustaba; pero en valenciano me gusta más.

Ah, utilizo un 42. Tengo el pie mucho más pequeño pero me da vergüenza que la gente lo sepa, así que siempre he usado tallas más grandes. Es la única tara a mi manifiesta masculinidad.

Carles Chiner (Gener)

Una cualidad que me parece admirable de Senior como persona y como músico es la capacidad de abrirse a otros artistas, de abonar terrenos de colaboración y dejarse influir sin perder el propio norte, cosa que es, en sí, el cuerpo de este disco: Cinco músicos colaborando con otros músicos para grabar versiones de terceros. ¿Hasta qué punto es una necesidad vital salir de la zona de seguridad -conocer nuevos grupos, redescubrir algunos que quizás no te interesaban, generar encuentros entre músicos- para inspirarte y componer?

Yo es que tiendo a aburrirme de mí mismo. Siento a menudo la necesidad de cambiarme: de apariencia, de entorno, de discurso… Excepto mi familia y el puñado de amigos más cercanos, el resto lo cuestiono cada cierto tiempo. Incluidos mis gustos, mis ideas o mis opiniones. Y con la música, como extensión de mi persona, pues también me pasa. De ahí que mi zona de seguridad tenga unos límites un poco extraños. Salirse de ella -o redefinirla- es para mí un ejercicio de salud mental y de ayuda a la creatividad.

En cuanto a lo de juntar a músicos y generar encuentros entre ellos, es algo que me apasiona. “¿Qué tipo de relación se establecerá entre dos personas que me encantan y que no se han visto nunca?”. Responderme a esta pregunta, observando desde primera línea, me da mucho placer y me gratifica como ser humano. Si en algo soy bueno es en juntar a gente, y a las pruebas me remito. Y sí, me encanta tanto descubrir nuevos grupos como volver a aquellos a los que no les he hecho demasiado caso en un pasado. Es algo que me ocurre constantemente. Por ejemplo, dos discos capitales en mi formación musical como son el Bug de Dinosaur Jr. y el AM de Wilco no me gustaron nada la primera vez que los oí. No me fio demasiado de mis primeras impresiones, tengo cero instinto, creo. Sería como adaptar aquello de Truffaut: “Si oigo un disco sólo una vez digo que nunca lo he oído”.

Carles Sanjosé (Sanjosex)

Mi primera impresión de Senior i el Cor Brutal fue en el PopArb de Arbúcies ya hace años, una imagen básicamente rockera, América años 70 para resumir. ¡Me encantó!  Cuando me pedís la colaboración a Valenciana Vol. 1 y me mandáis la demo me encuentro con bases electrónicas y las sutilezas de una canción brasileña. ¿Me lo mandó el departamento I+D de Senior? ¿O se trata de una nueva línea? ¿O simplemente de una anécdota? ¿Dónde estáis en esta evolución si es que es una evolución?

¡Es que nuestro I+D está muy bien remunerado! Aquí hay un plan muy bien estudiado, nada casual o anecdótico. La evolución existe y me gusta pensar que nos llevará a un lugar que no hemos frecuentado con anterioridad. En tu caso, Luis Martínez -nuestro amigo, técnico de sonido y productor- propuso añadir las bases electrónicas y al milisegundo de oírlas se me apareció tu voz del Delta del Mississippi cantando esa letra sobre el peterpanismo recalcitrante que tanto bien y tanto mal nos hace.

Siempre ha existido esa voluntad de cambiar, de no repetir. Y desde hace un tiempo estamos estudiando cómo incluir la tecnología en nuestro discurso vital para dar forma a algo que no sabemos exactamente qué es pero que seguramente será algo nuevo. O bastante nuevo. Nos encantan las guitarras. Vienen de los bosques, hacen vibrar el aire, huelen muy bien. ¿Cómo podemos encontrar ese rollo tan orgánico y vital en cacharros hechos con aluminio, cobre y plástico? En ello estamos. Experimentando, probando, aprendiendo de otra gente que sí lo ha conseguido, que saca vida de esa tecnología, que crea de la nada sonidos que nos emocionan conformando canciones que nos descubrimos tarareando y nos sorprendemos pensando que también se está muy bien sin las guitarras.

Senior i el Cor Brutal. Foto: Óscar Garrido.

Clara Andrés

Cuando surgió la idea del disco de «La Síndrome Lomax», ¿cual fue el criterio principal para elegir las versiones?

Nada más empezar el proceso, el criterio principal fue que las hubiéramos hecho en directo, así nos costarían menos de grabar y en cuestión de un par de meses tendríamos el disco acabado. Pero empezamos a pedir los permisos para las adaptaciones de las letras al valenciano, empezaron a decirnos que no, empezamos a buscar otras, empecé a no poder cantarlas, empecé a llamar a amigos para cantarlas… Empezando, empezando hasta llegar al disco final, ¡año y medio después!

Mireia Vilar

Eres muy reivindicativo con tus canciones. ¿Puedes hablar, un poco, de estos valores que se encuentran en las letras? ¿Hay alguna que cantes con más firmeza?
 ¿Del Valenciana Vol.1 qué letra te remueve más?

Bueno, a mí me gusta más llamarlo vehemencia que reivindicación o protesta. Antes era muy vehemente con las cosas que me gustaban. Me tendían a encantar. Y con las que no me gustaban también, acababa odiándolas. Ahora he progresado con eso y asimilo muy bien la infinidad de grises entre el blanco y el negro de las opiniones. Se disfruta más así, la verdad. Intento cantarlas todas con la misma firmeza (o vehemencia). Reproducir el estado mental o el humor que tenía cuando las escribí cada vez que las interpreto en directo es toda una ciencia. Me gusta pensar que voy mejorando en eso.

Mis valores no sé cuáles serían, no lo he pensado nunca fríamente. Pero creo que se podrían resumir todos en “intenta por todos los medios no ser un hijo de puta”. De Valenciana Vol. 1 me gustan todas porque son canciones de amor y de positivismo. Cada día me gusta más una. Ahora mismo te diría que las que cantáis las chicas me conmueven más que el resto. Las cantasteis MUY BIEN.

Jordi Lanuza (Inspira)

Después de haber grabado un disco con una producción tan trabajada, cargado de arreglos muy bien meditados y tan logrados, ¿no os apetece hacer uno grabado en directo y con las únicas herramientas que vuestros propios instrumentos? ¿Retomar la esencia de lo que sois en realidad, una bandaza de rock clásico atemporal?

Esa es la pregunta que me hago cada vez que empezamos a grabar un disco: ¿Y el siguiente qué? Pero siempre me contesto lo mismo: Algo que no hayamos hecho antes. En realidad lo que intentamos es preservar nuestro «espíritu» en cualquiera de las formas estéticas musicales en las que encapsulamos nuestros trabajos, ya sea con sonidos acústicos o eléctricos, con guitarras o sintetizadores, en directo o por pistas… Ese es el reto: Seguir siendo lo que somos en realidad, por encima de cómo lo vistamos.

Lo de grabar en directo sí que nos apetece muchísimo. Es el objetivo prioritario para nuestro nuevo disco: Irnos lejos, los cinco, a crear algo único influido directamente por el momento y el lugar donde nos encontremos. Y tocar todos juntos, crear al unísono.

Pau Vallvé

¿De la parte no-artística del disco, cuál ha sido la tarea o la logística más problemática y cuál la más agradecida?

La tarea más problemática ha sido todo lo relativo a la gestión para la obtención de los permisos de las adaptaciones. El disco costó año y medio de hacer en gran medida por los retrasos en las respuestas a las solicitudes. En algunos casos han tardado hasta 10 meses en decirnos que no nos dejaban adaptar el tema.

¿La más agradecida? Todo lo demás ha sido un gustazo. Trabajando duro, claro. Pero ha sido especialmente encantadora la respuesta de promotoras y festivales a la hora de querer llevar todo este sarao en directo.