Antonia Font. Foto: Tarek Serraj.

El regreso de Antònia Font, está marcado por el número diez y no solo por lo que tiene de sobresaliente su nuevo trabajo, Un minut estroboscopica. Es el décimo de su trayectoria. Hace diez años que el grupo mallorquín no sacaba un disco. Diez son las canciones que contiene el álbum.

Eso sí, será un 9, de julio, cuando lo presenten en València. En Viveros, dentro de la programación de la Gran Fira de Juliol, y con Maria Jaume (ojo con su delicioso segundo disco, Voltes i voltes) abriendo la jornada.

La formación de Antònia Font es como la de esas delanteras eléctricas que se recitaban de memoria: Joan Miquel Oliver, Pau Debon, Jaume Manresa, Joan Roca y Pere Manel Debon. Con Pau, el cantante, hablamos por teléfono.

¿Hay algo de reacción en Un minut estroboscòpica respecto a vuestro disco anterior, Vostè és aquí (2012)?

Sí, el Vostè és aquí fue un disco muy experimental. Visto en perspectiva fue como buscar los límites de Antónia Font. En aquel momento tuvimos ganas de hacer un disco más diferente. En este caso, después de ocho años sin tocar, teníamos ganas de volver a la esencia de Antònia Font. Este disco es muy diferente a Vostè és aquí, sí, pero es que Vostè és aquí era muy diferente a lo que habíamos hecho antes en el grupo.

¿Hay algún paralelismo entre la manera con que afrontastéis este nuevo disco y cuando hicistéis Lamparetes (2011) después de cinco años sin canciones nuevas desde Batiscafo Katiuskas (2006)?

Sí, ahora que lo dices, sí. Lamparetes fue muy distinto al resto de los discos, había pasado mucho tiempo sin canciones nuevas, habíamos parado dos años… sí, cierta sensación parecida a la de ahora sí que hay. La diferencia es que cuando Lamparetes nosotros sabíamos que volveríamos, era un parón temporal, el grupo estaba en activo. En este caso, Antónia Font estaba muerto y cuando lo dejamos era para no volver. No cerramos la puerta totalmente, pero no entraba dentro de nuestras perspectivas volver. Pero sí que es verdad que cuando ya tuvimos claro que regresábamos y nos pusimos a preparar el nuevo disco, las sensaciones fueron muy parecidas a cuando Lamparetes.

¿Es “Oh la la” el hit de Un minut estroboscòpica cogiendo el relevo de otras canciones como «Alegria» o «Wa Yeah!» ?

Desde el principio nos gustaba mucho “Oh la la”, nos parecía una canción muy buena, pero no nos parecía un hit. Tuvimos muy claro desde el principio que “Un minut estroboscòpica”, por su sonoridad, por su melodía, por la manera de cantar, por la producción…era la canción perfecta para presentar el disco nuevo. A partir de ahí no sabíamos por donde tirar para el siguiente single. Y fueron los del sello quienes al escuchar“Oh la la” dijeron que tenía que ser el siguiente adelanto. No sé, es un tema que no tiene muchos cambios, no tiene una vuelta muy grande, está solo en primera… se alejaba bastante del típico single radiofónico. No la veíamos porque igual estábamos contaminados con esta idea de que tenía que tener una vuelta clara, una estrofa, el tono que sube…vamos, la típica estructura de canción, pero desde que nos lo dijeron empezamos a pensar que igual sí funcionaba bien y tuvieron razón.

“Oh la la” parece una canción muy difícil de cantar, pero que solventas con una facilidad tremenda. ¿Cómo trabajas con Joan Miquel, que es quien compone los temas, ese aspecto?

Las canciones de Antònia Font realmente no son difíciles de cantar porque están hechas a propósito para que las cante yo. Joan Miquel lo lleva haciendo así desde el primer disco y en cada nueva entrega lo ha ido perfeccionando. Joan Miquel conoce perfectamente cómo funciona mi voz, sabe que nota me va bien, sabe cual me cuesta, sabe que a final de frase alargada me cuesta y no las pone, sabe que las “i” tónicas me cuesta vocalizarlas y no me pone ninguna… todo eso lo sabe, y mil cosas más que yo no sé. Entonces, claro, cuando me presenta una canción con melodía y todos estos condicionantes, siempre entro muy bien. Es que están hechas adrede para que las cante yo. Aún así, cuando ya me he aprendido la canción la tengo que trabajar mucho, luego, en el estudio. Nos ponemos Joan Miquel y yo solos y la vamos viendo frase a frase, estudiando cómo puede quedar mejor, si hay que cambiar algo que prácticamente nunca ha ocurrido. Buscamos la mejor manera de cantarla, frase a frase, e incluso palabra por palabra. Es un trabajo de desgranar toda la letra y toda la melodía y estudiar cada parte en concreto.

¿Cómo se componen las canciones en Antònia Font?

En Antònia Font tenemos una fórmula que siempre nos ha funcionado. Joan Miquel hace la canción con guitarra y voz y ya tiene una idea de cómo debería sonar. Nos la enseña y a partir de ahí cada uno trabaja su parte, ensayamos y grabamos. Cuando nos ponemos a grabar ya sabemos, más o menos, cómo queremos que suene porque la hemos ensayado. Se graba y después empieza un proceso de producción en el que sobre todo entran las “imaginetes” de Jaume Manresa con los teclados, los sintes… (ríe) Hay un abanico de posibilidades muy grande y Jaume disfruta a solas, y nos viene cada día con una cosa diferente para añadir o cambiar algo y así vamos haciendo. Pero cuando entramos a grabar, más o menos, más o menos, tenemos claro cómo queremos que suene.

Las canciones de Antònia Font invitan al baile, pero escuchadas en otro contexto más relajado, en casa por ejemplo, pueden removerte por dentro, afectarte más, sentimentalmente hablando.

Sí, así es. Joan Miquel tiene la gran virtud de poder hacer eso que dices, que en una canción alegre, de fiesta, como puede ser “Wa Yeah” (de Batiscafo Katiuskas), que tiene un aire discotequero, que en los festivales en directo funcionaba súper bien, si la escuchas en casa, sentado en una butaca, con cascos y los ojos cerrados, te hace llorar. Es que es así. Y nos pasa con muchas canciones. Pero eso es mérito de Joan Miquel. Es él quien hace la canción, nosotros podemos luego añadirle más teclados o más guitarras, o un punto más festero o melancólico, pero al final la letra, lo que te está contando, es lo que te remueve.

¿Las canciones de Un minut estroboscòpica han estado marcadas o condicionadas en algún momento (composición, grabación, producción…) por el hecho de saber que en directo van a ser tocadas en grandes escenarios y no en salas pequeñas?

Solo hay una, justo la que da título al disco, “Un minut estroboscòpica”, con ese sintetizador al principio, con tantas guitarras grabadas…En la idea original no era tan festivalera, pero fue la primera que acabamos haciendo, ya sabíamos que solo tocaríamos en grandes escenarios y decidimos ir por ahí. Sabemos que seguramente, bueno seguramente no, con total seguridad (ríe), en directo, con un equipo grande, funcionará muy bien. Con las otras canciones no seguimos tanto ese camino. Hicimos esta primero así e imagino que luego ya se nos pasó (ríe).

A las canciones de Antònia Font siempre se les ha reconocido que transmiten imágenes, sensaciones, melodías… de lo mallorquín, de lo mediterráneo. Sin negar eso, por supuesto, ¿no hay también cierta conexión con la rumba? Desde la primera canción de vuestro primer disco, “Cibernauta Joan I”, hasta ciertos aires en «Cultura silenci» de este último.

Sí. En Antònia Font siempre ha habido un poco de flamenqueo, mediterráneamente hablando (ríe). Alegría es un disco muy rumbero, muy Kiko Veneno. En ese disco fue una gran influencia. Y a nivel de letras también, Kiko Veneno ha marcado con su estilo la manera de escribir de Joan Miquel desde que empezamos. Luego fuimos evolucionando, pero somos un conjunto de todo eso que dices, del Mediterráneo, de Andalucía, de lo que hemos escuchado en Cataluña…

¿Qué importancia tiene para vosotros, para vuestra música, ser de donde sois y como sois?

Antònia Font, no sé cómo, pero tanto a nivel de letra como a nivel de música, siempre hemos partido de una cosa muy local y muy pequeña. Yo canto en el mismo dialecto que hablo, y conseguimos llegar al gran público, pero sin intención de hacerlo. Y eso la gente lo nota. No hace falta cantar en otro idioma, ni en un catalán literario, para llegar a más gente. Todo lo contrario. Somos un grupo de personas que tenemos muy interiorizado qué es lo que conocemos y lo que queremos transmitir, nos presentamos tal y como somos, y a quien le interese verá que eso es honesto y real, no una pantomima o cinco tíos disfrazados. Te gustará o no, pero honestidad es lo que verás en los discos y en los escenarios.

Nosotros hacemos canciones porque nos gusta y nos sentimos a gusto haciéndolo, y cuanto más naturales nos sintamos mejor. Una cosa local al final es lo más universal que hay. Y en el aspecto musical pasa lo mismo. ¿Antònia Font hace pop? Sí, es que el concepto pop es muy amplio, mucho más amplio que el del rock and roll, entran muchas más cosas más allá de la sonoridad, de los ritmos… entra también una manera de hacer. Creo que en ese sentido, Antònia Font ha estirado mucho, sin llegar aún a su tope, ese concepto pop.