Foto: dp Chaigneau.

Foto: dp Chaigneau.

Arthur Caravan debutaron con un disco homónimo en 2009. Un álbum que se abría cantando a las ausencias y se cerraba con una magnífica versión del «Suzanne» de Leonard Cohen. Entre ambas, una buena dosis de folk acústico con fuerte denominación de origen mediterránea, como si Will Oldham y Pep Laguarda se hubieran juntado bajo la atenta mirada de Ovidi Montllor. Dos años después, con «Atlas enharmònic», apostaron por la electricidad, las melodías deslumbrantes, los guiños de raigambre negra y la exquisitez pop, pero sin dejar de mirar sus raíces. El siguiente paso fue unir fuerzas con Hugo Mas en el arrollador «Wegener», oscuro y resplandeciente al mismo tiempo, en el que la sombra de Montllor se asociaba al espíritu de Sonic Youth o el free jazz. Este 2016 llegaba el estupendo «major propòsit», que acaba de ganar tres Premis Ovidi, y del que hablamos con Pau Miquel Soler, 25% de la banda.

Aunque «major propòsit» guarda más puntos en común con «Atles enharmònic», ¿creéis que hubiera sido el mismo disco de no haber grabado antes «Wegener» con Hugo Mas? ¿Qué hay de «Wegener» en «major propòsit»?

Tal vez el mayor legado de «Wegener» en «major propòsit» ha sido la voluntad de crear un disco unitario desde el punto de vista conceptual y lírico y que se articule alrededor de un personaje influyente del siglo XX (aunque los otros dos discos tambien sean unitarios en cierto modo). Esto y la metodología de grabación, bastante similar a la de «Wegener», buscando captar más la esencia del sonido en directo que no una producción «barroca» como «Atles».

¿Se puede encontrar algún poso, también, en «major propòsit» de tu disco en solitario sobre Estellés o de la participación de algunos miembros de Arthur Caravan en Las Víctimas Civiles?

Siempre habrá algo reconocible nuestro en otros proyectos, pero ya intentamos que las aventuras paralelas no acaben sonando demasiado a Arthur Caravan.»L’amor o la guerra» puede remitir a nuestra visión mas acústica, pero se prescindió por completo de la electricidad. Con Víctimas la parte «punk» está, pero intercambiamos instrumentos entre Pau y yo y hay más orquestación.

¿Por qué elegistéis a Magritte y su obra como eje vertebrador del disco?

Fue casualidad. Magritte inspiró fortuitamente el título de una canción y decidimos hacer lo mismo para el resto de las letras. Se podría decir que es una especie de ensayo, o intepretación sui generis de algunas de sus imágenes. Una manera de componer, de perfilar las letras y el discurso global. La música, si embargo, va por otra parte porque es un lenguaje propio; aunque surrealismo y psicodelia tengan una base teórica común, digamos.

¿Veis alguna similitud entre él y vosotros a la hora de afrontar el proceso creativo?

No creo. Simplemente ha sido una influencia lírica y ha sido fácil porque más que un pintor es un poeta visual del que además se ha escrito mucho (Foucault por ejemplo). Lo interesante es más la sugestión que la rigurosidad. Lo que realmente se pretende es que el oyente se sienta movido a ver porqué determinado cuadro tiene una relación poética con un texto y una música.

Todos los referentes culturales que aparecen en el disco (como ya había ocurrido antes) huyen del discurso pedante y acaban perfectamente integrados en las canciones. ¿Trabajáis mucho eso para huir de etiquetas como arty o simplemente el resultado es ese porque lo que hacéis es incorporar, con naturalidad,  a las composiciones las inquietudes culturales de vuestro día a día?

Creo que es una cosa natural. Podrían haber más o podrían haber menos referentes, pero nos salen. Creo que es debido a que para hacer música se debe escuchar mucha música y para escribir buenas letras, o al menos sugerentes, se debe leer y conocer cosas. Al final todo es el mismo sistema, formar parte de una cultura que mientras más amplia y más visiones aporte mejor.

Es un disco que a pesar de cierta luminosidad desprende cierta sensación de desencanto. ¿Qué lectura (musical o no) se debe hacer de ello?

Es un disco pesimista y optimista a la vez. El mundo se va al garete, pero en algunos contextos se puede hablar de belleza, amor y esperanza. Visto así es un discurso muy romántico, decadente. Luego está esa mirada filosófica con el filtro de Magritte. Hay cosas de la vida que no nos pertenecen, misterios que son imposibles de pensar sin ayuda del arte.

También es un álbum estilísticamente muy variado (basta escuchar «La traïció de les imatges», «L’imperi de les llums» o «Entreacte»). ¿Es casualidad, fruto de vuestra inquietud como melómanos, un reto desde el punto de vista creativo o ninguna de las tres?

Para nosotros siempre es importante hacer discos variados tanto tonal como estilísticamente. Cuestión de nuestra melomanía, sí. Pero también influencia directa de referentes com Velvet Underground o Yo la Tengo, grupos versátiles capaces de transportarte al cielo o al infierno en un mismo surco.

En el disco no hay ningún hit inmediato (más allá de que lo pudiera ser «Temptativa impossible»), es más bien un trabajo de largo recorrido. En tiempos de prisas y consumo rápido, ¿eráis conscientes de ese riesgo?

Pues la verdad, pensábamos que era más directo de lo que ha resultado ser. En parte porque algunas de las canciones (la música mas que la letra) eran bastante antiguas y con cierta energía adolescente («Principi de plaer», por ejemplo). Pero todo el mundo alude que es un disco de algun modo sofisticado y que atrapa y crea curiosidad con las escuchas. Eso está bien. Los discos buenos son los que no «terminas» tan fácilmente, pero sí que es cierto que tal vez haya sido un poco temerario no tener un «gancho fácil» en tiempos de consumo rápido. Tampoco creo que nos importe demasiado, hacemos la cosa para quien las quiera escuchar, y eso implica tiempo.

¿Por qué elegistéis a Mau Boada para la producción? ¿Qué ha aportado al disco?

Lo elegimos porque nos parece un musico inquieto con una gran capacidad de «esponja» de todo tipo de musicas y porque ya teníamos amistad con él. Tenemos cierta «hermandad» con grupos catalanes como Esperit, Ferran Palau o El Petit de Cal Eril; su modo de hacer, su sonido, su honestidad y sinceridad nos resultan fascinantes. Dicho de otro modo, fue muy bonito hacer liga con un alter ego del norte, porque nos sentíamos muy cómodos y muy afines entre nosotros.

¿Qué importancia le dais al aspecto gráfico del disco? ¿Cómo trabajasteis con Àngela Tarrazó, tuvo total libertad o muchas indicaciones?

Mucha importancia. Nuestras portadas suelen ses misteriosas y con pocas pistas. Angela tuvo libertad en el diseño, pero los diagramas tántricos que inspiran la portada sí que fueron sugerencia mía en tanto que también guardan relación con algunos aspectos líricos y conceptuales. Aunque tal vez, ¡ solo la vea yo!

 

Arthur Caravan comparten cartel con Mazoni el próximo jueves, 24 de noviembre, en el 16 Toneladas.