Shadi Ghadirian. Com tots el dies. Centre del Carme. Hasta el 1 de abril.
No hay nada más efectivo que un discurso sencillo y reconocible para conseguir que el mensaje impacte de pleno en la mente del público. Shadi Ghadirian lo hace con una efectividad admirable, una elegancia formal adictiva y cierto humor negro necesario y muy potente como herramienta de denuncia. La exposición retrospectiva de la artista iraní en el Centre del Carme, que entra en su última semana, es absolutamente imprescindible. Por su virtudes artísticas, su valor intelectual y por entender la necesidad de que la gente decodifique con absoluta normalidad lo que le cuentan. La manera con que estas fotografías nos enseñan la cotidianidad de la guerra es mucho más directa que una docena de cuerpos amputados. Los retratos en los que el rostro de la mujer es sustituido por un guante de fregar o una plancha visibiliza con gran fuerza lo que se critica. Hacer pensar es esto.
Yo fui guía en el infierno. Gerard Miquel. Desfiladero Ediciones.
Aires de historia de aventura clásica, momentos de inspiración gótica que coquetean con acierto con el terror y lo paranormal, el encanto de una road movie dibujada o la estimulante presencia de la tradición picaresca española. Son algunos de los ingredientes que Gerard Miquel combina en esta adaptación al cómic del libro del mismo título de Fernando Arias, que relata el viaje que en 1972 realizó el botánico Cavanilles por algunas comarcas alicantinas, con la intención de realizar un catálogo de plantas. Un combate continuo entre dos mundos, que podrían definirse como la luz y la oscuridad, al que Miquel sabe darle el ritmo necesario, tanto a nivel narrativo como de distribución de viñetas. Una historia que se lee con el mismo ímpetu con el que está contada y sin apenas pestañear.
Regalo doble. Cuello. BCore Disc.
Cuello destrozan las etiquetas a golpe de melodías musculosas, urgentes y luminosas. ¿Power pop? ¿Hardcore melódico? Canciones y punto. Su cuarto disco, con producción de Paco Loco, tiene diez para ser devoradas con el disfrute y despreocupación con el que se ataca la salsa desbordante de unas patatas bravas. Con la vitalidad y naturalidad de celebrar que seguimos despiertos. La premura de sus estribillos es una invitación a interactuar con cada uno de los temas y unirse a los coros de La psicopatía del pulmón, desgañitarse con Juego dominante o memorizar con fervor lo que cantan en Días de carrusel: «Muévete muy rápido para vencer lo básico». ¿Superchunk, Fugazi, Los Planetas? Cuesta imaginar estas canciones fuera de Cuello y todo lo que les rodea.