El Aperitiver que protagoniza Llum (Jesús Sáez) es un regalo al que sólo le falta el papel de envolver y el lacito. Con el fin de ofrecer algo distinto a lo habitual en sus conciertos, le sugerimos, como a Pablo Maronda, que su set fuera exclusivo de versiones. Jesús no sólo aceptó la propuesta, sino que la multiplicó por mil y así su concierto estará protagonizado por canciones de películas. Casi nada. Vengan cómodos y elegantes, que el espectáculo será de los que no se olvidan.
¿Preparando ya el siguiente disco?
La verdad es que por el método de trabajo y composición que uso con Llum, no puedo decir exactamente de qué va a constar el próximo disco hasta que no ponga todas las canciones juntas. Compongo muchas canciones, diferentes entre ellas, según van saliendo. De las que tengo ya hechas hay un poco del rollo crooner del primer disco, un poco de northern soul, un poco de soul más negro, toques brasileños y cubanos, algún tema ha salido también en castellano e incluso alguno de synth-pop que todavía estoy dándole vueltas acerca de cómo enfocarlo. Incluso tengo temas que grabé con el primer disco y que aún no han sido editados. Cuando llegue el momento de sacar el disco, seleccionaré canciones. A día de hoy todavía no me he planteado, ni me apetece, hacer un disco conceptual. Hasta entonces mis discos serán colecciones de canciones con extrañas y provechosas relaciones entre ellas.
¿Contento con el recorrido que ha tenido tu primer disco grande como Llum?
Bastante. Es cierto, y lo sabía, que el disco iba a salir en un momento complicado. Mala época para nombres nuevos. Me hubiera gustado tocar un poco más, sobre todo fuera de Valencia. Pero en cualquier caso, lo mínimo que le pido a un disco es que me permita sacar otro, y parece ser que eso va a ser así. Por lo demás, las canciones han funcionado muy bien en directo, estoy contentísimo con la banda y la química que hemos ido adquiriendo en los conciertos.
Supongo que la mejor respuesta posible a esta pregunta es explicar las sensaciones cuando volví a escuchar “Limelight”, un año justo después de su salida. Me sentí muy orgulloso de él, y la verdad, apenas podía creer que había podido grabar un disco tan complicado con los medios de los que dispuse.
¿Qué diferencias has notado con Llum (además de tu posición en el escenario) respecto a otros grupos en los que has estado (o estás) donde simplemente eras uno más de la banda?
Bueno, sobre todo es una cuestión de concepto. En Llum busco abiertamente el contacto con la gente y eso me ha hecho rascar en facetas de mí que sabía que tenía que explotar, buscar un equilibrio dentro de mi manera de entender la música. Después obviamente cambia mucho la manera de funcionar, la toma de decisiones, la composición, la grabación. Estoy solo en todos esos procesos. Es todo radicalmente diferente. De hecho, esa es la razón de su existencia.
Suele ser habitual que en los conciertos de Llum haya un momento en el que te sientas a la batería, ¿inevitable?
Bueno, me gusta aprovechar los recursos disponibles. Pablo también es un músico que toca muchos instrumentos y eso da cierta versatilidad a la hora de plantear las actuaciones. De hecho, si hubiera medios suficientes, probablemente llevaría un pequeño set de percusión para mí para los directos. Pero estos son los medios que hay, y realmente, me gusta esa sensación. Usamos los recursos que nos podemos permitir y los explotamos al máximo a base de inventiva y creatividad.
Tu concierto del sábado va a estar protagonizado por versiones de canciones de películas, ¿Qué puedes adelantar?
Que no voy a adelantar nada (risas). El factor sorpresa siempre es algo bonito en este tipo de actuaciones, aunque los que hayan oído “Limelight” y hayan visto mis conciertos, sabrán un poco por donde van a ir los tiros. Aunque para estos también hay alguna que otra sorpresa guardada.
¿Qué importancia tiene el cine en el Jesús músico?
El cine para mí es un motor de inspiración, pero no solo para la música, para todo lo que hago en la vida. Es un filtro para entender la realidad, para vivirla, y también un medio para disfrutarla. Siempre he dicho que Llum es un proyecto que refleja las cosas que me apasionan, y en ese aspecto, es inevitable que el cine tenga un gran protagonismo en él.
¿Tu último descubrimiento musical?
Escucho cosas actuales, pero reconozco que este año hay pocos discos nuevos (de los que he escuchado) que pueda decir que me han emocionado hasta el punto de recomendarlos encarecidamente. He disfrutado los discos de Slackwax o de Sean Nicholas Savage, entre muchos otros. Aunque casi diría que lo que más me ha emocionado musicalmente este año ha sido profundizar en la discografía de Elizete Cardoso y rascar en las colecciones de singles de la Stax y Atlantic.
¿Cómo ves la Valencia musical?
Valencia es una ciudad que siempre ha tenido un problema de sectorización del público y de los grupos, y eso es algo que hoy es muy visible, porque la diversidad musical y de propuestas es de las mayores que yo he vivido. Por eso es importante que surjan figuras como la de Senior, capaz de poner de acuerdo a dos públicos que aquí antes parecía que debían estar enfrentados. Siempre estamos mirando hacia afuera, comparándonos con Madrid y Barcelona, quejándonos de no tener medios nacionales que nos atiendan apropiadamente. Pero antes debemos conseguir que la escena musical valenciana se mueva, seguir inventando nuevas fórmulas y propuestas, tratando de llegar de mil maneras diferentes al público valenciano. Y cuando hablo de público lo hago en mayúsculas, abarcando todas las variedades y estilos posibles. Y esa es una labor que no es para nada exclusiva de los músicos.
Debemos limpiar prejuicios, hacer constante ejercicio de autocrítica y hacer uso de la imaginación de manera constante. A la gente le gusta disfrutar, pasarlo bien (cada uno a su manera), no debemos acomodarnos en formatos o fórmulas que puntualmente puedan funcionar. Esto es cultura, no puede ser estable o acomodaticia. Olvidémonos del concepto de éxito, es artificioso, y si llega, a quien le llegue, lo hará de manera natural. Disfrutemos de la música, mezclémosla con otros sectores efervescentes de la ciudad, démosle vida y trabajémosla como si estuviésemos a pie de obra.
¿Qué se va encontrar la gente que se acerque este sábado a verte en directo?
Bueno, iba a llevar algún que otro cacharro pero finalmente me he planteado hacer algo muy desnudo, guitarra y voz, y sacar las máximas posibilidades expresivas a esa “formación”. Eso es algo muy difícil para el tipo de concierto que me he planteado hacer, ya que la mayoría de canciones están tocadas por big bands, o bandas de rock, en el mejor de los casos. Jugaré con la calidez y la cercanía del Café Tulsa, un sitio realmente delicioso para este tipo de formatos. Pero la clave va a estar en ese recorrido por el cine, que creo que cualquier cinéfilo disfrutará. No he intentado ser exhaustivo, hay cosas que me hubiera gustado hacer y que se me han quedado en el tintero (¿otro aperitiver con canciones de películas diferentes?) pero creo que como ejercicio va a ser tremendamente divertido… y emocionante.