Jose Domingo es un corredor de fondo en esto de la música. En solitario, con su ex-grupo Psychoine o con la beneficiosa colaboración de otros artistas, ha ido labrando una carrera que alcanza su momento culminante (por ahora) con la publicación de «Almería», un tercer disco, en solitario, que rezuma folk, psicodelia, aromas relajantes, canciones que se despliegan y mucho Mediterráneo. Es de Girona, homenajea al sur en su álbum y tiene sangre valenciana.
Tus padres son valencianos. ¿Qué recuerdos guardas de estas tierras?
Mi familia es de Rafelbunyol. Ahí he pasado muchos veranos y navidades durante mi infancia y adolescencia, con la familia y amigos. Tengo muchos y muy buenos recuerdos. Me crié muy libremente, jugando por las calles rodeado de familia. Aún mantengo mucho contacto con la gente del pueblo.
Eres sobrino de Pep Laguarda. ¿Ha tenido alguna influencia en tu música?
Supongo que su música me debe haber influenciado, sobretodo por los aires mediterráneos. El «Brossa d’ahir» para mí es un disco precioso, que respira libertad y originalidad. Después de tantos años sigue estando totalmente vigente, no ha perdido nada con el tiempo, sino que como toda gran obra de arte, incluso ha ganado y se afianza más su belleza.
¿Recuerdas algo de la gestación de «Brossa d’ahir»?
Recuerdo que cuando yo era pequeño, Pep venía a mi habitación con la guitarra y tocaba algunas canciones del «Brossa d’ahir»…»Cims i abismes», «Balada de l’àngel bru»,»Caseta del plater»… a mi me gustaba mucho oírle y nos reíamos mucho.
¿Mantienes alguna relación con él? ¿Ha escuchado tus discos? ¿Qué le parecen?
Sí, hablamos por teléfono frecuentemente y nos vemos cuando voy a Valencia. Claro que ha escuchado mis discos, en el mismo instante que nos vemos se los enchufo para ver su cara…dice que le gusta mi voz, sobretodo mis registros graves, que tengo una forma de componer muy particular y que eso es muy bueno en este momento donde todo es tan uniforme.
Es curioso, porque muchos otros utilizarían como un reclamo tu parentesco familiar con Laguarda, pero en tu caso no aparece citado ni en la hoja promocional.
Bueno, cada uno es cada uno.
«Almería» es tu tercer disco en solitario. Llama la atención que lo firmes con nombre y apellido, pero en el cuadernillo del cd no aparece autoría de las canciones, ¿olvido o intencionado para reflejar que aunque lleve tu nombre es un trabajo de grupo?
Pues no me había dado cuenta hasta ahora. Las composiciones y las letras la hago yo. Hago unas demos en mi casa con lo que tengo a mano, aunque luego en el estudio grabamos y trabajamos en común la producción artística con Púter y Jordi Herrera en el estudio La puerta cósmica de Palam, en Palma de Mallorca.
Tu primer disco, «Suddenly», está integramente cantado en inglés, y aunque ya se perciben ciertos atisbos psicodélicos (más presentes después en tu carrera), premia un tono de vodevil / cabaret /crooner (reforzado por la versión de «I wanna be move by you»), ¿qué recuerdos tienes de su preparación y grabación?
Paralelamente a mi grupo Psychoine, también solía hacer concierto en solitario, con mi guitarra acústica. Hice una gira bastante extensa por Europa y preparé un repertorio de canciones mías que pudieran tener una línea común y fueran interesantes en ese formato. Compartí parte de esa gira con el grupo The Marzipan man y de esas aventuras conectamos musicalmente Jordi Herrera, Púter y yo y luego ya empezaríamos a tocar juntos.
El disco fue grabado en Francia, ¿por algún motivo especial?
«Suddenly» lo grabé en París. Surgió de mi relación de amistad con el director de cine Emmanuel Clemenceau. Estábamos trabajando en su película «La frontera» y solía ir a París. Actuaba por ahí y después de una de esas actuaciones, primero vino Louis Lebatard del estudio Smoking room y me propuso grabar en su estudio. Inmediatamente después Antoine Parouti me dijo que tenía un pequeño sello discográfico (Stupidcompetitons) y que le gustaría sacar un disco con lo que había tocado esa noche en directo…Entonces los presenté, brindamos y al día siguiente ya estaba grabando lo que más tarde sería el disco. Quería grabar esas canciones yo solo con mi guitarra. Es un trabajo donde hago guiños a la música cabaret, a los crooners, a los musicales de Broadway. Sigo estando muy contento de como quedó.
En aquel álbum colaboraba Mariona Aupí, abriendo una magnífica costumbre que en los siguientes discos continuarían María Rodés, Xisco Albéniz (La Búsqueda), Jordi Fornells o Helena Espvall. ¿Qué te aporta colaborar con ellos? ¿Eran todos amigos?
Siempre he pensado que colaborar con los amigos es muy divertido y que eso aportan matices y riqueza a la música. Yo soy muy admirador de todos ellos y de su música. Con todos ellos estoy en constante contacto y comentando los nuevos proyectos de cada uno. Aquí os paso el link de un video que hizo Emmanuel Clemenceau de la canción «June or July», de Suddenly, en la que Mariona Aupí y yo hacemos un dúo.
«En la distancia» fue tu siguiente disco con tu nombre y aquí se producen dos cambios importantes, por un lado, el más llamativo, el de la lengua. Empiezas a cantar en castellano. ¿Hubo alguna causa concreta o fue un proceso paulatino?
Durante la gira que hice presentado el disco «Suddenly», en los conciertos de Inglaterra, me di cuenta de que la comunicación podría ser igual o mejor si cantaba en castellano. Ya estaba haciendo algunas canciones en castellano con Psychoine y vi un cambio en la respuesta de la gente en los conciertos. Fue un proceso natural, buscando la sinceridad de mi arte. Quería localizarlo en el mismo punto donde yo me localizo. Buscar un encuentro para que sea un punto de partida verdadero y así reflejar más sinceramente mi realidad.
La otra novedad es que esos aire psicodélicos que se apuntaban en el anterior trabajo (y se potenciarán en el siguiente) ya adquieren más protagonismo. ¿Cómo se va produciendo esa evolución en tu sonido? ¿En qué medida crees que cada disco es testigo del momento personal de su autor?
Yo creo que siempre he tenido un deje muy psicodélico en las estructuras y las melodías de mis canciones. Tanto en «Suddenly», como «En la distancia» puedes encontrar paralelismos y psicodelia. Para mi los discos son como colecciones de fotos de un momento concreto. Creo que es bonito y poético verlo así.
El álbum se grabó en Palma de Mallorca e imagino que eso facilitó la colaboración de Xisco Albéniz. ¿Crees que Jose Domingo sigue una senda que en su día abrieron gente como La Búsqueda o Los Coyotes, de bucear en cierta tradición para articular un discurso propio?
La conexión con Xisco Albéniz empezó cuando mis amigos del grupo mallorquín Satellites me lo presentaron. Era el momento donde yo tocaba el «Suddenly» por Mallorca y Xisco venía a los conciertos y luego nos pasábamos toda la noche hablando de música y esoterismo entre tequila y tequila. Su música me pareció única y de una belleza extraordinaria, cuidadísima. Posteriormente cuando grababa «En la distancia», le invité a pasar por el estudio para que me dijera su opinión de lo nuevo que estaba haciendo y se animó a hacer unos coros. Entonces estábamos pasando por un momento sentimental paralelo los dos y decidí hacer la canción «Rojo el desengaño» para que la cantáramos los dos a dúo. Supongo que la conexión entre mi música en «Almería» y la de La Búsqueda es ese enraizamiento que tienen las dos propuestas con respecto a las sonoridades hispánicas.
La edición en cd fue masterizada por Jaume Pla de Mazoni, ¿qué relación guardas con la escena musical catalana? ¿Influye, para bien o mal, vivir en Girona?
Jaume y yo somos amigos desde hace mucho tiempo. Desde nuestros inicios en la música. Le tengo mucho cariño y quería que él masterizara el cd, cosa que él nunca había hecho. Pero como no podía ser de otra manera lo hizo de puta madre. Tengo muchos amigos en la escena musical catalana. Todos somos músicos y tenemos muchas cosas en común. Vivimos momentos y situaciones similares, nos apoyamos, colaboramos y divertimos todo lo que podemos. Vivir en Girona está muy bien. A parte de preciosa, hay mucha gente con ganas de cultura y en la música en concreto, creo que hay propuestas muy interesantes.
Precisamente tu trabajo posterior fue un disco muy enraizado con la tradición catalana, «Temple d’aigua i llum» con Isaac Ulam, ¿cómo surgió el proyecto y la colaboración?
Isaac Ulam y yo nos conocimos en Girona, cuando él estaba gestando su primer disco «En els prats més llunyans». A mí me encantó su manera de componer y escribir y le ayudé a en la producción, la instrumentación de las canciones y el diseño del disco. También empecé a tocar en directo con él y vivimos una época muy intensa de desenfreno. A altas horas, solíamos tocar en su casa y muchas veces él tocaba habaneras y rancheras y eso a mi me fascinaba. Fue a partir de entonces cuando empezamos a darle vueltas al tema de hacer algo juntos. Posteriormente, de manera muy natural, un día nos vimos haciendo jotas y habaneras en mi casa…y ya había empezado el proyecto «Temple d’aigua i llum»…Creo que en este proyecto damos nuestra visión particular de cierta música mediterránea tradicional que se suele encasillar en un entorno tradicionalista un poco serio y nosotros le damos un giro alegre y desenfadado. Es un proyecto muy bonito.
Lo curioso es que es un disco que no desentona en tu carrera.
Supongo que hay ciertos paralelismos que unen este disco con los míos propios…Así como también puedes encontrar esa misma conexión entre «Temple d’aigua i llum» i los discos de Isaac. Es un proyecto que hemos hecho los dos de manera sincera y donde se puede ver nuestra personalidad.
Y llegamos a «Almería». ¿Por qué ese título teniendo en cuenta que se ha grabado entre Palma y Girona y nunca has estado en esa ciudad andaluza?
La palabra «Almería» se iba haciendo presente de manera recurrente durante el proceso de creación de las canciones. Se convirtió en una especie de guía. Un territorio sonoro donde iba colocando las canciones e iban sonando todas juntas de la mano adentrándose en el desierto de Almería. Ha sido el concepto que hemos seguido en la producción artística del disco, para darle una unidad. Veo a Almería como un punto de encuentro entre la energía del mar Mediterráneo y la potencia hipnótica del desierto. Un punto cardinal entre las sonoridades del flamenco con las del rock y la psicodelia. También está presente la manera en que Serge Gainsbourg (artista al que admiro muchísimo) dice «Almería» en su canción «Initials BB». Después, también está la conexión de John Lennon, que fue en Almería donde creó la canción «Strawberry fields forever». Las fantásticas películas que allí se rodaron. Sergio Leone, Ennio Morricone, y un sinfín de artistas que están ligados al desierto de Almería. Y por último, también me interesaba la palabra «Almería» como lugar místico, el lugar de las almas…
En el disco conviven sonoridades folk (entendida como música de raíces), psicodélicas y una especie de canto a la vida contemplativa (Almería y su tempo calmo), ¿tenías una idea previa de lo que querías e ibas descartando aquellas canciones que no se adecuaran a ello o los temas fueron surgiendo y ellos fueron los que dieron ese conjunto?
En un principio iba haciendo de manera inconsciente, sin una dirección fija, hasta que el concepto Almería magnetizó a un conjunto de esas nuevas canciones que tenían puntos comunes. Posteriormente recuperé algunas canciones que ya tenía hechas como «Piedras en los bolsillos», «Hubiera sido lo normal» o «En blanco y negro» que para mí ya apuntaban al mismo concepto y también compuse algunos temas nuevos para dar una visión más amplia dentro del disco.
Es un álbum en el que se deslizan aires flamencos (en algunos son totalmente protagonistas), pero da la sensación que no buscabas hacer un ejercicio de estilo, sino que se integrarán en las canciones como podrían hacerlo otros sonidos.
Esos aires flamencos ya se entreveían en el tipo de composiciones, estructuras y melodías, pero se acentúan en varios pasajes del disco donde se puede oír la guitarra de Diego Cortés y sobretodo en las interpretaciones de Jordi Fornells. Amigo y cantaor flamenco, para mí una de las nuevas voces flamencas más interesantes y profundas. Todo da ese punto de ecos flamencos que sonaban en mi cabeza en el momento de concebir el disco.
¿Cómo llega alguien que vive en Girona a sentir esa pasión sureña?
Por conexión magnética o telúrica. Una atracción mágica e inevitable que se va apoderando del proyecto y se convierte en el centro donde todo orbita. Podría decirte que me he pasado aproximadamente un año instalado mentalmente en el desierto de Almería buscando los requiebros y la línea estética de las canciones.
Ese devenir flamenco aparece incluso en alguno de los momentos más pop del disco como «Hubiera sido lo normal» que, perfectamente, podrían firmar Sr. Chinarro o Grupo de Expertos Solynieve. ¿Encuentras algún tipo de conexión con estos, u otro, grupos andaluces?
Yo no veo mucha conexión. Aunque me gustan algunas cosas que hacen. Me gusta mucho «Claro y meridiano» del Grupo de Expertos Solynieve.
Resulta un disco, a su vez, muy Mediterráneo, pero más en el sentido andalusí que podría recordarnos a Smash, Triana o Medina Azahara que en el isleño de Pep Laguarda.
Supongo que en la línea psicodélica o rockera con aires flamencos ya hay unos precedentes y entiendo que se nos compare o se entiendan como influencias para crear este tipo de música, aunque yo lo veo más como un paralelismo que como una influencia. Diría que utilizamos la misma paleta de colores y por tanto puede recordar…
Aunque algunas canciones tienen poderosos estribillos y melodías, es un disco para ir descubriendo en sucesivas escuchas. ¿Eras consciente de ello mientras lo componías y grababas?
Dentro del disco hay canciones más directas, que con una primera escucha ya te haces una idea clara de donde apunta y también hay otras que requieren de más atención y se van descubriendo poco a poco. En todas hay una producción cuidada y siempre puedes descubrir nuevos detalles.
¿Escuchaste algunos discos durante la preparación de «Almería» para que sirvieran de inspiración?
Durante la época de creación del disco, yo seguía escuchando mucha música diferente. No me dediqué a estudiar ningún tipo de música en concreto para que me sirviera de inspiración. La inspiración me vino más por influencia geográfica, por la sensación de un sol todopoderoso, que provocaba en mí un estado de delirio febril, que me llevaba a un tipo de psicodelia. Por un mar Mediterráneo lleno de brillo y belleza…
¿Conoces algo de la Valencia musical?
De Valencia tengo bastante información musical. De las propuestas que destacaría, los discos de Pep Laguarda y los de Alberto Montero. Creo que los dos son artistas con un discurso personal y arriesgado, que buscan la belleza de una manera única, sin caer en clichés ni en modas.