Rock and roll, jazz, blues, folk, ragtime, rhythm and blues, soul, … Luke Winslow-King es todo eso a la vez y más. Lejos de convertirse en un tradicionalista en un callejón sin salida, actualiza su discurso sonoro, imprimiendo a sus composiciones de un equilibrio necesario entre pasado y presente. Cuatro discos contemplan su creciente trayectoria. El último de ellos,»Everlasting arms», grabado a camino entre Nueva Orleans, Michigan e Italia. Ha girado con Taj Mahal o Jack White y el apelativo de gran esperanza blanca hace tiempo que lo dejó reposando en el porche de su casa.
Tu anterior disco, «The coming tide» (2013), el tercero de tu trayectoria, alcanzó cierto éxito, ¿por qué crees que ocurrió con él y no con los anteriores?
Creo que la banda se volvió más segura y con el paso más firme. Y eso se acaba reflejando en la música. Con ese disco tuvimos muy claro, incluso antes de empezar a grabarlo, donde queríamos llegar. Seguramente esa sensación de comodidad y sencillez acabó llegando a la gente.
¿Cuánto debe tu primer disco (de título homónimo y publicado en 2008) a tu colección de discos de entonces?
Todos mis discos retratan un momento concreto, reflejan la vida de ese instante. Los miembros del grupo, y yo mismo, hemos ido cambiando como personas y eso se ha ido reflejando en la música, que también ha ido variando.
Llama la atención en ese disco, que algunas canciones («Pigeon», «Horse stumble fall»,…) tienen melodías cercanas a la música clásica.
Así es. Antes de escribir las canciones de este álbum, estuve estudiando composición clásica. Y continué utilizando esos elementos tradicionales para buscar la inspiración.
En «Old / New Baby» (2009) pareces especialmente influido por la música de raíces negra.
Yo diría que tanto ese, como el resto de nuestros discos, están influidos por las raíces tradicionales del Sur de Estados Unidos. Raíces tanto blancas como negras.
Es un disco que, también, en algunos momentos suena como un musical.
Me parece muy interesante eso que apuntas. Nunca he estado, especialmente, interesado en los musicales, pero cada persona escucha el álbum con diferentes oídos. Lo que sí que es cierto es que después de ese disco nuestro sonido se volvió más simple y menos orquestado.
«The coming tide» fue un disco más rock que los anteriores, ¿a qué se debió?
No estoy muy seguro de porqué ocurrió. Nuestro estilo, sonido e influencias cambió en ese momento. Dejé de centrarme en el jazz tradicional y empecé a interesarme por ampliar mi paleta sonora.
«Everlasting arms» (2014) es, posiblemente, tu mejor disco. La banda suena como si llevarais siglos tocando juntos. ¿Cómo habeis conseguido esa conexión?
Muchas gracias. Ensayamos mucho. Además, hicimos varias demo de las canciones antes de entrar a grabarlas. Trabajamos duro durante bastante tiempo. Y viajar y convivir todos juntos cuando vamos de gira también ha influido en mejorar nuestra manera de tocar conjunta.
También en este disco cantas mejor que nunca. Tu manera de hacerlo recuerda a la de los antiguos intérpretes de jazz. ¿Es intencionado?
Nunca he tratado de imitar a ningún cantante en particular.Siempre he intentado encontrar mi propia voz, mirando profundamente dentro de mí y cantando con libertad y convicción. Puede que esos antiguos cantantes de jazz, a los que aludías, estuvieran haciendo lo mismo.
En la canción «La Bega’s Carousel» te atreves con los sonidos latinos. ¿Habrá más sorpresas en ese sentido en el futuro?
Tal vez sea así. Siempre nos gusta experimentar con cosas nuevas y sorprendernos nosotros mismo y, de paso, al público. Es muy difícil saber cual será nuestro siguiente paso, aunque ya estamos preparando nuestro próximo disco.
En «Domino Sugar» pareceis The Rolling Stones, ¿es vuestra canción más rock and roll?
La manera de tocar la guitarra de Keith Richards fue, sin duda, una influencia en esta canción. También, mi amigo, y guitarrista, Roberto Luti, inspiró algún cambio de acordes. Esther (Rose) y yo vivimos cerca de la refinería Domino Sugar en Louisiana. Este tema es como una canción de amor escrita, sentado, desde la puerta de mi casa.
Ahora que mencionas a Esther, ¿ventajas e inconvenientes de que tu mujer esté en tu banda?
Es una gran bendición poder trabajar y viajar con tu familia. Pero como podréis imaginar, a veces, es un desafío. Nuestra música está inspirada en la vida en común, así que nada mejor que toquemos juntos.