«Gramola» Lidia Damunt (Tormina Records)
Dicen que no hay nada mejor que alejarse de algo para echarlo de menos. Y eso parece que es lo que le ha ocurrido a Lidia Damunt, que viviendo en Suecia ha tenido la necesidad de bucear en la tradición musical hispana. El resultado es un fantástico, y sorprendente, disco de versiones en el que en perfecta armonía se suceden las revisiones de temas de La Niña de los Peines, Lola Flores, Rocio Jurado, Julieta Venegas o Violeta Parra.
Puede resultar paradójico el giro dado por Lidia, pero no deja de ser un peldaño más en su carrera, siempre abierta a avanzar sin miedo al riesgo. Y aunque suene ventajista apuntarlo ahora, esa tradición a la que rinde homenaje en «Gramola» siempre ha estado presente (de alguna u otra manera) en sus discos. Basta echar una ojeada a algunos títulos de canciones de su etapa en Hello Cuca (aquella maravillosa aventura Riot Grrrl con apuntes pop de finales de los noventa) como «Rompetelalma» o «Azúcar amargo» o abstraerse musicalmente de «Juanita Lágrima» y escuchar su letra en clave de bolero, ranchera o canción ligera. También en su carrera en solitario se pueden vislumbrar algunos apuntes de lo que estaba por llegar. Temas como «El hombre del poncho» o «En el fondo del mar» o, más directamente, «Ay Pena» (Tim Burton meets Lola Flores) en el que desliza el estribillo popular que coincide con el título, son algunos ejemplos.
Pero que nadie piense que a estas alturas Lidia ha abrazado las producciones edulcoradas y artificiales de esos concursos que pululan por las televisiones. Para nada. Cierto es que se muestra respetuosa en algunos casos (las versiones de Las Cuatra Huasas o Violeta Parra, fascinante esta última), pero la tendencia principal es atraer las composiciones a su imaginario sonoro, y así hay azotes garageros en el «Ay pena penita pena» de Lola Flores, blues pantanoso en el «Vive» de Mari Trini o guitarras enérgicas en el «Señora» de Rocío Jurado. El 11 de abril estará presentando el disco en La Edad de Oro de Valencia.