Resulta imposible no caer rendido a las canciones de Clara Andrés. En ese punto exacto en el que pop melódico, la bossa nova impregnada de aires Mediterráneo y la canción de autor se juntan. Intimista, elegante, cálida, sus composiciones miman y mecen al oyente. Así debería ser la vida.
Hace casi un año que se publicó «Entrelínies». ¿Cómo lo ves cuándo lo escuchas ahora?
Escuchándolo con perspectiva me siento satisfecha porque se acerca bastante a la expectativa que se tenia de él antes de grabarlo. Leyendo las letras, es un disco nostálgico que cuenta una historia acabada, pero musicalmente queríamos evitar transmitir una sensación triste o de pérdida, sino mas bien lo contrario. Queríamos darle un tono alegre, reconciliador, y creo que se ha conseguido.
En el disco se incluían sendas adaptaciones de poemas de Enric Casasses y Maria Mercè Marçal, ¿por qué elegiste esos precisamente y cómo te planteaste musicarlos?
No los elegí. Son poemas que musiqué antes de proyectar el disco. Además en periodos muy distintos. El de Casasses estaba trabajado mucho antes que el de Maria Mercè Marçal y el de la Marçal formó parte de la banda sonora del documental «L’estiu més negre» Pero al reunir las canciones y darles un orden me sirvieron muy bien estos poemas como transiciones. «Sense trofeo» del Cassases, por ejemplo, abre el disco y sus primeros versos, «Sense trofeu/ arribo a peu/ d’un nou viatge», me quedaban muy bien como introducción al resto de canciones.
Tus discos siempre transpiran una sensación de minimalismo conceptual, calma, sencillez, como si buscaras la composición perfecta, pero desde la discreción (en «Huit» había incluso un tema titulado «…»). En «Entrelínies» esa sensación aumenta por tu manera de cantar, muy cercana al susurro, a la dulzura de la bossa-nova.
Buscar la sencillez es, para mí, en lo que consiste el trabajo de arreglo. Las canciones parten de una idea inicial que luego se va puliendo y, muchas veces, cuando pulimos lo que hacemos es vaciar armónicamente el acompañamiento de las letras porque son letras sencillas, o lo pretenden. Y la voz acompaña al conjunto y no sobresale.
Esa sensación también se traduce en las portadas de los álbumes. ¿Das muchas indicaciones cuándo encargas una o total libertad?
Doy total libertad, pero las tres portadas son obra de tres personas (Maria Fuster, German Ycobalzeta y Moisés Mahiques) muy cercanas al proyecto musical de «Clara Andrés» y que han sabido muy bien como transmitirlo.
Resulta curioso que ese minimalismo se traduzca en canciones muy ricas en matices, ¿cómo lo logras?
Cómo lo logramos, tengo que decir, porque es un trabajo en equipo. Creo que esa sensación se transmite porque es un tipo de arreglo mucho mas horizontal que vertical. Quiero decir que las canciones no se construyen sobre acordes que marcan la base armónica y luego se decoran, sino que son lineas melódicas que dialogan. Yo no suelo utilizar acordes cuando hago canciones. Utilizo bajos y arpejios que luego German (Ycobalzeta) acompaña con frases de guitarra o cabaquiño. Aleix (Forts) marca la base armónica con el contrabajo pero desde su toque jazzistico y Xarli (Oliver) el ritmo con diferentes instrumentos de percusión que también tienen su propio timbre. El conjunto, pienso, es esa riqueza de matices que cada uno aporta desde su instrumento.
Antes mencionábamos la bossa-nova. ¿Crees que es muy descabellado hablar de bossa-nova mediterránea al referirnos a tu música?
No. De hecho creo que este último disco, buscando esa alegría de la que te hablaba, tiene ese aire. Y música mediterránea no es la primera vez que nos lo dicen supongo que por ese arreglo de cuerda. En el disco anterior, «Huit», alguien dijo que hacíamos pop mediterráneo y también me pareció acertado.
Las canciones de «Entrelínies» narran una historia en conjunto. ¿Cómo te planteaste el disco desde el punto de vista de la composición? ¿Primero escribiste las letras que articularan lo que querías contar o ibas buscando un discurso musical concreto en cada tema?
Cuando hago las canciones no estoy pensando en un conjunto, sino que me centro en la que estoy creando en ese momento. Es cuando tienes 5 o 6 que empiezas a pensar en cómo reunirlas en un disco. Lo que pasó en «Entrelínies» es que todas las canciones están hechas en un periodo de tiempo concreto y sin darme cuenta explican, cada una a su manera, ese momento vital.
En una ocasión elegiste tus discos favoritos para nuestra revista. Fueron álbumes de Django Reinhardt, Cibelle, Jack Jonhson, Kings of Convenience, Kiko Veneno y Madeleine Peyroux, ¿añadirías alguno más en este momento?
Se me ocurren muchos mas! Es tanta la música que te rodea y que te llega. Podría haber dicho Beck o M Ward, Radio Futura, Malevaje, Nina Simone, Belle and Sebastian, Extremoduro, Bebo Valdés, Wilco. Micah P. Himson, Tom Waits, Devendra Banhart, Debussy, Antònia Font, Ovidi Montllor, Yann Tiersen…muchos.
¿Cómo ves la escena musical en Valencia?
Rica, viva y variada a pesar de los pesares.
«Entrelínies»: