Las Petunias.

Decir que Las Petunias hacen punk pop es la manera más directa de explicar su música. Como lo hacían Juniper Moon o ahora Cariño, por poner dos ejemplos. El trío madrileño factura cohetes que nunca sobrepasan los tres minutos y medio de duración. Muy directas, hablando de temas generacionales y universales al mismo tiempo.

Ellas serán las encargadas de abrir la segunda jornada (sábado, 30/09, 19h) de la décima edición del Truenorayo Fest, que también cuenta en su cartel con Queralt Lahoz, La Paloma, Los Manises o Axolotes Mexicanos.

Hoy, en Verlanga, comparten sus discos favoritos.

Pero no pasa nada (Amaia, 2019)

Cecilia: Pero no pasa nada fue el primer disco que sacó Amaia y que a mí me cambió la vida, porque de repente había una chica de más o menos mi edad que cantaba sobre cosas normales que a mí también me pasaban. Esto me hizo darme cuenta de que no había que hacer mil metáforas para hacer una buena canción y gracias a eso escribí una de las primeras canciones de las petunias, Quiero Verte. Se pueden ver claramente estas influencias en la canción y creo que nunca pasarán de moda porque es un disco sin pretensiones, algo que yo siempre he intentado hacer. Hasta el día de hoy sus letras me inspiran para poner palabras a mis canciones, además de hacerme llorar y sentirme reconfortada. Sin este disco yo jamás habría sido música.

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the record (boygenius, 2023)

Cecilia: the record, de boygenius es lo último que han sacado 3 de las mentes más inteligentes, sensibles y superdotadas que yo conozca que son Lucy Dacus, Phoebe Bridgers y Julien Baker. Este disco me ha cambiado la vida por completo. Ha sido tan sanador escuchar historias de amor entre amigas, entre mujeres queer de una manera tan íntima y bien ejecutada que me hace entender mi propia identidad queer de una manera mucho más amplia y que me inspira a seguir dedicándome a escribir sobre lo que las mujeres sentimos hacia nuestra pareja y nuestras amigas, vínculos femeninos tan complejos y satisfactorios que merecen todas mis palabras. Este disco y sobretodo canciones como «Cool About It», «True Blue» y «Emily I’m Sorry» me han inspirado para escribir canciones íntimas y más maduras que pronto verán la luz.

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Omega (Enrique Morente y Lagartija Nick, 1996)

Golla: Como apuesta nacional mi disco favorito sería Omega, de Enrique Morente, juntando los mejores géneros que maneja Granada, gracias a la colaboración de Lagartija Nick, las letras de Lorca y las melodías de Leonard Cohen. Me apasiona, porque para lo antiguo que es, es tradicional y experimental al mismo tiempo, es épico y a la vez íntimo, cuidado y a la vez fácil. Se juntaron dos grandes para homenajear a otros dos más grandes si cabe.

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Graduation (Kanye West, 2007)

Golla: Graduation es el disco más sobrevalorado de Kanye West, no describe su esencia ni su pick, pero lo escojo como filosofía de vida. Este disco puede hacer levitar a cualquiera que esté en una posición victimista y aburrida, necesitamos volver a la mentalidad de 2007, de graduarse y confiar en uno mismo para lograr lo que sea. Repito no es el mejor álbum de Kanye ni mi favorito para nada, pero este disco que roza el tecno pop con sus sintetizadores y samples de Daft Punk tiene aires de grandiosidad propios de un estadio. Para los recién graduados recomiendo este álbum y no la película del tío feo con peluca.

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Visión de futuro (Finale, 2020)

Elsa: Mi último descubrimiento ha sido la banda Finale. Creo que llevaba años sin escuchar algo tan bueno. Es posible que me haya puesto su disco Visión de futuro en bucle durante días y que se lo haya recomendado a cualquier persona que conozca. No sé a lo que suenan y ni siquiera sé lo que dicen, pero es absolutamente medicinal y lleva haciéndome de pañuelo de lágrimas todo el verano, aunque no entiendo por qué. Me transmite lo que a mí me dé la gana que me transmita, no sabría explicarlo, pero suenan a dioses y tienen el mejor disco jamás compuesto.

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Bellavista (Viva Belgrado, 2020)

Elsa: Soy incapaz de no llorar si escucho Bellavista, de Viva Belgrado. No sé cómo lo harán, porque yo suelo pasar de las letras llenas de metáforas y palabras que buscas en la RAE, pero de ellos me las sé todas. Sueltan verdades como puños por la boca acompañadas de melodías tan bien hechas que siento que estoy leyendo mi propio diario. Sería muy obvio decir que es un álbum desgarrador y melancólico y blablabla… pero es que lo es, aunque también tiene alguna canción tranquilita para descansar que se agradece mucho. Es el disco con el que descargar rabia es pan comido (escucharlo en la ducha es una misión suicida).

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